Los Montes de Propios, al descubierto
Más de una veintena de hombres trabaja estos días en la saca de corcho que se realiza de manera tradicional en la finca La Jarda, dentro del Parque Natural de los Alcornocales
Imágenes de la saca del corcho en los Montes de Propios de Jerez
Hay aviso naranja por altas temperaturas pero en el campo la actividad no para. José Andrés Santana conduce el coche por uno de las decenas de carriles que se pierden por los Montes de Propios. Mientras avanza, un animal se cruza delante del vehículo: es una cría de corzo, concretamente de corzo morisco. Según cuenta, se están perdiendo en muchos sitios pero en este paraje natural aún corretean en libertad.
El jefe de departamento sigue subiendo montaña arriba hasta que llega al lugar donde una cuadrilla de más de una veintena de hombres está trabajando. Si no fuese por el camión y algún que otro vehículo más, parecería que el tiempo se ha congelado por la estampa que puede verse: hacha en mano, los empleados se afanan en las labores de descorche de los alcornoques. Imponentes ejemplares que forman parte del Parque Natural de los Alcornocales.
El material aún es transportado por mulas tal como se hacía hace más de cien años
Una vez realizada la tarea, con sumo cuidado para no dañar el alcornoque, el material es transportado por mulas, tal como se ha estado haciendo desde hace más de cien años en Jerez. La inclinación de los terrenos y el escaso espacio entre árboles impide que se haga de otra forma y mantiene el encanto de una profesión tradicional para la que cada vez cuesta más encontrar discípulos. El campo es muy duro.
El camión espera más abajo para ser cargado y transportar la mercancía hasta el secadero. Aún no son ni las diez de la mañana y la cuadrilla, que lleva trabajando desde el amanecer continuará hasta cerca de las tres de la tarde. El sudor baña sus espaldas y la tarea se repite un día tras otro durante casi dos meses, ya que se espera que la saca del corcho se prolongue hasta principios de agosto. La banda sonora la ponen las chicharras, cuyo canto resuena con fuerza entre los árboles.
Una vez cada diez años
La Junta de Andalucía autoriza el descorche de alcornoques cada nueve años, pero Ememsa lo realizada cada diez intentando cuidar al máximo sus ejemplares. No en vano, la explotación del corcho es habitualmente la mayor fuente de ingresos de esta empresa encargada de la gestión de Montes de Propios.
Por ello, el paraje ha sido dividido en diez áreas y cada año se escoge una de ellas para realizar la saca del corcho. En esta campaña están trabajando en la finca La Jarda, concretamente en la zona denominada Montenegro.
En esta ocasión, como cada verano, se ha buscado personal altamente cualificado y se ha evitado contratar a destajo. A pesar de que hacerlo así es económicamente más costoso, el cuidado de los montes es lo prioritario para no lamentar daños a largo plazo.
El capataz, Fernando Jaén Aguilar, al igual que su cuadrilla, saben bien cómo hacerlo. El extremo de su hacha está recubierto de cobre: “Lo tengo así porque daña menos la madera. La madera contra la madera hace más daño”, cuenta orgulloso. Pese a la dureza de las tareas que realizan, el buen ambiente de trabajo se percibe a simple vista.
Parece sencillo viendo la habilidad con la que estos expertos -denominados corcheros o peladores- manejan el hacha, partiendo la corteza a lo largo del árbol para despegarla con delicadeza, sin forzar. En muchos casos sale entera, una especie de ‘rulo’ casi perfecto que es cortado para disponerlo en forma de planchas.
Portugal domina el mercado del tapón y es el principal comprador del corcho
Los trabajadores golpean con delicadeza cada tronco. Trabajan como artesanos, de forma tradicional y con sumo cuidado. Saben el punto exacto en el que deben hacerlo dependiendo de el grosor del tronco o de las características del alcornoque. En pocos minutos la corteza del árbol ha sido despegada por completo y se va cargando a las mulas. Podría parecer que van cargadas en exceso por la cantidad de corcho, pero el material pesa poco y los animales suben y bajan en filas con apenas un par de indicaciones. Son parte imprescindible de la cuadrilla y también son ‘contratados’ cada año para estas labores.
El corcho de Jerez
Este año parece que la producción será mayor que el pasado aunque con algo menos calidad, según reconoce Ana Timermans, gerente de Ememsa. Los compradores provienen normalmente de Portugal, país que domina el mercado del tapón, pero también parte se queda en España. Se trata de un material destinado principalmente al mercado del vino, para la realización de tapones.
No obstante, se trata de un material tan versátil que puede ser utilizado en construcción o, incluso, en la Nasa, tal como apunta Timermans.
Uno de los beneficios de la saca del corcho es, tal como apunta el delegado de Medio Ambiente, Jaime Espinar, que esta actividad permite potenciar los montes y también cuidarlos. De hecho, antes de cada descorche, durante los meses previos, se preparan las veredas precisamente para facilitar esas tareas. “Desde el Ayuntamiento estamos muy orgullosos por que desde Jerez se apueste por este tipo de actividad, una actividad natural que permite mantener el monte, el Parque Natural de los Alcornocales, con una actividad cien por cien ecológica y natural y que permite crear empleo en zonas rurales”, asegura Espinar.
Inversión en senderos
Los ingresos por la explotación del corcho permiten cada año mejoras en los Montes de Propios. En esta ocasión, se espera que los beneficios puedan repercutir en la ampliación de los senderos actuales y en habilitar una mayor oferta, de modo que “más personas puedan conocer este espacio natural”. De momento, se permite -en determinadas temporadas- el alquiler del Cortijo de Rojitán como alojamiento rural y el Ayuntamiento trabaja ya con Ememsa para poder habilitar otros espacios.
Un paraje natural
Los Montes de Propios de Jerez son un espacio natural situado en el término municipal de Jerez, aunque cerca del límite con la provincia de Málaga. Forma parte del Parque Natural de los Alcornocales y cuenta con una extensión de más de 7.000 hectáreas. En este espacio se desarrollan diversas actividades como la forestal -con la producción del corcho que se realiza en estos momentos-, la cinegética, la ganadera, la apícola, así como otras relacionadas con la naturaleza y el turismo activo.
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