El moscatel, más de Chipiona que nunca
El nuevo reglamento de la denominación de origen dejará por contra en el 'limbo' al fino de Chiclana
Fedejerez y las organizaciones de viticultores están de acuerdo en introducir importantes novedades para las bodegas inscritas en la zona de producción (fundamentalmente para las de Chiclana y Chipiona) en el nuevo reglamento de las denominaciones de origen Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda.
A la posibilidad de que Trebujena críe vino en madera, bajo la condición de culminar el proceso en alguna bodega de la zona de crianza -Jerez, El Puerto, Sanlúcar- se unen novedades importantes en toro al moscatel y el uso de los tipos o menciones tradicionales de Jerez. Sobre la primera, el Consejo Regulador reconoce a las bodegas de Chipiona y Chiclana -que son las que tradicionalmente han venido elaborando este tipo de vino- la posibilidad de utilizar las leyendas 'moscatel de Chipiona' o 'moscatel de Chiclana' con todos los derechos de la denominación de origen, por lo que podrán incluso hacer referencia en su etiquetado a Jerez-Xérès-Sherry, lo que puede suponer un importante valor añadido para aumentar su comercialización. Se trata de reconocer una situación de hecho para unas bodegas que desde hace muchos años realizan todo el proceso de crianza y elaboración del vino en sus instalaciones, con un tipo de uva reconocida reglamentariamente en el Marco de Jerez, junto con la palomino y la Pedro Ximénez.
En un segundo plano queda el uso de los tipos propios de la denominación Jerez-Xérès-Sherry. El reglamento en el que siguen trabajando el Consejo y las organizaciones sectoriales recoge la posibilidad de que las bodegas de la zona de producción puedan utilizar en su etiquetado el tipo de vino del que se trata -fino, oloroso, cream, etc- y la localidad en la que se elabora -bien sea Chiclana, Chipiona, Trebujena y, más improbablemente, Rota, Lebrija y Puerto Real- ese vino.
Se trata de dar carta de naturaleza a una situación que, en algunos casos, se da desde hace mucho años y cuyo máximo exponente tal vez es el fino de Chiclana. Esta situación, como se ha señalado, no implica grandes cambios respecto a la situación de hecho en que trabajaban estas bodegas, que desde hace años salen con una contraetiqueta en la que figura que están sometidas al control de un Consejo Regulador que no se especifica y que, por lo tanto, no se relaciona con Jerez-Xérès-Sherry. Eso va a seguir igual, lo que se hace es reconocer una situación vamos a decir 'alegal'.
Por el momento -y por el momento en el sector bodeguero jerezano son tranquilamente veinte años- seguirán aparcadas las aspiraciones de Trebujena de convertirse a todos los efectos en la cuarta localidad de la zona de crianza del Marco, después de Jerez, El Puerto y Sanlúcar. Si Trebujena consiguió hace años que el viñedo de su municipio pasase a ser considerado a todos los efectos jerez superior, ahora sus tesis sólo han encontrado eco a medias en las organizaciones sectoriales para permtir una crianza a medias, ya que sólo Coag es partidaria de abrir la crianza a todos los municipios de la zona de crianza.
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