Testimonio de un diácono jerezano en Roma: "Santo Padre, soy Sergio de Jerez"
Sergio Álvarez recuerda el momento en el que conoció al Papa: "La sensación que me llevé es la de una vida entregada"
El Obispo de la Diócesis de Jerez muestra su pesar por la muerte del Papa Francisco

Sergio Álvarez es diácono estudiante en Roma. Hace pocos meses, el jerezano tuvo la oportunidad de presentarse al papa Francisco con motivo del Jubileo de los Comunicadores y este lunes reconoce que fue "un regalo del Señor haber podido estar tan cerca de él".
"Como diácono, la Santa Sede solicita que los diáconos de los distintos colegios nacionales que hay en Roma vayan asistiendo a las misas del Papa. El colegio español de Roma tiene un vínculo especial con la Basílica de San Pedro y por el Jubileo de los Comunicadores pudimos ir un compañero de Zamora y yo", cuenta Sergio, recordando los intensos momentos que vivió ese domingo. "Ya el Santo Padre estaba mal de salud y antes de la celebración nos llevaron a conocerlo. Estuvimos compartiendo muy brevemente un ratito con él, quiénes éramos y de dónde veníamos. Cuando nos preguntó de dónde éramos, me salió "Santo Padre, soy Sergio de Jerez", así con un acento muy de aquí. Me preguntó "¿de dónde?" y contesté "de Jerez de la Frontera, al sur de España". De toda la batería de fotos que se hace del encuentro, hay una justa de ese momento, en la que me estoy tocando el pecho mientras le digo "soy de Jerez". Me resulta emotivo que ese preciso instante esté captado por la fotografía hablando de mi ciudad", subraya.
El diácono jerezano se encuentra estos días en Jerez con motivo de la Semana Santa y está viviendo desde la distancia la noticia de la muerte del Papa Francisco: "En Semana Santa la mayoría de los colegiales y estudiantes en Roma vuelven a sus diócesis para ayudar en los oficios y la verdad es que me pilla con los pies cambiados. Todos los Papas van dejando su huella, que es la huella de Cristo en una etapa específica. El Papa Francisco es conocido popularmente como aperturista, pero es una línea que siempre ha estado, porque la Iglesia siempre ha estado en vanguardia. Para mí es el Papa de mi proceso vocacional. Conocerlo fue un choque de sentimientos. Lo fundamental es que es el vicario de Cristo, es el sucesor de San Pedro y fue un regalo del Señor haber podido estar tan cerca de él. La sensación que me llevé es la de una vida entregada. Es un modelo de entrega".
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