Las mujeres representan más del 82% de los nuevos parados

El perfil de las víctimas de la reforma laboral es el de una mujer, mayor de 35 años y con estudios

Pancartas en una de las muchas protestas contra la reforma laboral convocadas por las centrales sindicales.
Pancartas en una de las muchas protestas contra la reforma laboral convocadas por las centrales sindicales.
Á. E. Jerez

19 de mayo 2014 - 01:00

Las mujeres salen muy mal paradas en el reparto de los 1.500 parados de más que acumula Jerez desde la aprobación de la reforma laboral hace poco más de dos años. En concreto, las féminas representan más del 82% del repunte del paro en los últimos 24 meses con 1.238 desempleadas más frente a los apenas 325 hombres afectados.

El perfil del parado tras la reforma laboral se corresponde con el de una mujer, mayor de 35 años de edad, con un alto nivel de estudios y que cuenta con experiencia laboral en el sector servicios.

Frente a la subida del paro entre los mayores de 35 años, y que tiene especial repercusión entre los comprendidos entre los 45 y los 54 años con 1.266 desempleados más, , los jóvenes menores de veinte años y los comprendidos entre los 25 y los 29 años registran las mayores bajadas, los primeros con 220 parados menos y los segundos con 357.

La precariedad de los contratos a la que aluden los sindicatos viene avalada por la evolución del paro en función del nivel de estudios, toda vez que baja los parados con estudios elementales o sin estudios, mientras que toda la subida la acaparan las personas con estudios secundarios, universitarios y postgrado.

En el reparto por sectores, los servicios copan con diferencia la subida de los dos últimos años con 4.000 parados más, a los que se unen otros 300 desempleados de la agricultura. En el extremo opuesto se sitúan la construcción, que rebaja unos 2.000 parados, el apartado de personas sin empleo anterior, que reduce 670 y la industria, que registra 200 menos.

En cuanto a los 3.000 empleos destruidos desde marzo de 2012, cabe reseñar que la cifra se asimila a la merma de cotizantes en el régimen general. El régimen agrario pierde 400 afiliados, los mismos que ganan los empleados del hogar, mientras que los autónomos suman 247 cotizantes más en los dos últimos años.

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