La mujer rural reclama su sitio en el campo de la provincia
Día Internacional de la Mujer Rural
"Ellas están siempre al pie del cañón. Gestionan sus explotaciones, produciendo alimentos de calidad. Ellas son responsables de que haya vida y gente en el medio rural. Es #lahoradelamujerrural".
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG-Cádiz) y la Confederación de Asociaciones de Mujeres del Mundo Rural (Ceres Cádiz), celebran hoy lunes el Día Internacional de la Mujer Rural, centrándose en la reivindicación de políticas de igualdad. En concreto, COAG y Ceres consideran tan urgente como necesario el impulso del Registro de Titularidad Compartida, así como una nueva Política Agraria Común (PAC) con perspectiva de género y medidas de apoyo económico y social para las mujeres que viven y trabajan en el mundo rural.
Ambas organizaciones con implantación en la provincia valoran la creación y regulación del Registro de Explotaciones Agrarias y Forestales de Andalucía, que supondrá la unificación de varios censos, entre ellos, el de la titularidad compartida. Así, a partir de ahora, este registro, que estaba activo pero sin contar con personas inscritas, debe recibir el impulso necesario para mejorar su funcionamiento.
Ceres recuerda que la Ley de Titularidad Compartida fue aprobada a finales de 2011, y que incluía el registro necesario para que las mujeres se acogieran a ella. Sin embargo, hasta ahora no había
funcionado de manera óptima y no había explotaciones inscritas.
Asimismo, se aplaude que el registro empiece a funcionar, siendo de capital importancia que la ley se dote del presupuesto necesario para incentivar que las mujeres del medio rural se acojan a ella, trabajando de forma paralela por parte de la Junta de Andalucía, las organizaciones y las asociaciones de mujeres del medio rural, ya que toca continuar haciendo una labor de difusión para que llegue al mayor número de mujeres agricultoras y ganaderas posibles.
También ven con buenos ojos los beneficios fiscales que se plantean, y que ya estaban en la Ley de titularidad compartida, como el descuento del 30% en las cuotas de la Seguridad Social, el reparto al 50% tanto de los rendimientos como de las ayudas agrarias y el acceso a pensiones contributivas por la cotización a la Seguridad Social.
No obstante, Ceres reclama la ampliación del periodo de aplicación de las bonificaciones, que actualmente es de 5 años, como medida de fomento para la incorporación de mujeres a la titularidad. Igualmente, esta organización ha solicitado en reiteradas ocasiones que estas bonificaciones puedan aplicarse a mujeres que tengan más de 50 años, que es el límite actual.
Desde el Área de la Mujer de COAG y Ceres a nivel estatal se ha pedido igualmente al Gobierno el desarrollo de una estrategia de empoderamiento de la mujer rural que aglutine todas las acciones dispersas que se han puesto en marcha para favorecer la igualdad en el medio rural, definiendo objetivos e indicadores con perspectiva de género para cada una de las políticas.
En este sentido, el Ministerio de Agricultura debe liderar una ofensiva a corto y medio plazo para que iniciativas como la Ley de Titularidad Compartida o la PAC post-2020 respondan en fondo y forma a las necesidades de las mujeres rurales.
La presidenta de Ceres, Inmaculada Ibáñez, aboga por que el Gobierno y las comunidades autónomas trabajen para que la aportación de las agricultoras y ganaderas al negocio familiar, y que hasta ahora se ha considerado como una "ayuda", lleve asociados unos derechos económicos y sociales propios (alta a la Seguridad Social, acceso a prestaciones por las bajas por maternidad y jubilación, etc…). "Por ahí se empieza a construir el verdadero empoderamiento de la mujer rural”, apunta.
Además, es vital que la nueva PAC, en este momento en proceso de negociación, incorpore la perspectiva de género, hasta ahora ausente en la Política Agrícola Común. "Las mujeres gestionamos el 30 por ciento de las explotaciones agrarias de la UE pero sólo somos propietarias del 12 por ciento de la tierra, frente al 61 por ciento controlado por hombres. En ningún apartado, ni tan siquiera en el capítulo de Desarrollo Rural, se habla específicamente de medidas orientadas a facilitar e impulsar el papel de la mujer en la agricultura europea". "Es una especie despotismo ilustrado de Bruselas: Todo para las mujeres pero sin las mujeres, algo que en pleno siglo XXI no podemos tolerar", apostilla.
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