El mundo de la espada llega a Jerez

José Acedo, de la Asociación Española de Esgrima Antigua, entrena los sábados con unos aficionados en el Palacio de Deportes de Chapín · El seguidor fabrica sus propias armas de entrenamiento en su casa

José Acedo, en el sótano de su casa, con una de las espadas de acero que posee.
José Acedo, en el sótano de su casa, con una de las espadas de acero que posee.

La afición por la espada, el deporte, la cultura y la Historia ha unido a gente de toda España que dedica su tiempo libre a la esgrima antigua. En Jerez, se está empezando a formar un grupo que sólo lleva unas semanas entrenando en el arte de la espada gracias a la labor de José Acedo, miembro de la Asociación de Española de Esgrima Antigua que ha decidido poner en marcha esta iniciativa aquí. De momento, entrenan todos los sábados de diez a una de la tarde en el porche del Palacio de Deportes de Chapín. Son pocos, pero quizá de esta manera se vaya creando escuela en la ciudad.

Hace cuatro años que forma parte de este colectivo que ha unido a personas de diferentes puntos de España. En Sevilla, por ejemplo ya hay un grupo de 60 personas que entrena cada semana. Fue ahí precisamente donde se formó José Acedo, conocido en este mundo por el apodo de Redo, nombre adoptado del personaje de un cómic. Sus compañeros de la sala de Sevilla son Antonio Pérez Paz,uno de los monitores y Marcos Benítez, un alumno adelantado de Jerez, pero que trabaja en la capital hispalense. Óscar Torres es el preboste de la asociación, el maestro de armas. En ocasiones distintos miembros del colectivo participan en ferias medievales que se hacen sobre todo en el Norte de España como en Maderuelo (Segovia) o en el país vecino, Portugal.

"Llevo en esto unos cuatro años porque desde pequeño siempre me ha gustado lo de las espadas, las batallas y la historia. En la asociación hay gente muy aficionada que ha ido buscando información de tratados antiguos para elaborar las armas e instruirse en la esgrima. Ésta es una forma de conocer nuestra historia", apunta Acedo.

Se confiesa un enamorado de la época medieval y de la historia de España y de Europa, que poco a poco ha ido conociendo a través del estudio de las armas y de sus costumbres. Muchos de sus compañeros van sacando modelos de armas de tratados que vienen del alemán y el italiano antiguo, aunque como él mismo dice "hay veces en las que se pasa al latín. No es lo mismo sacar un arma de algo en movimiento que de un grabado o un dibujo que venga en un libro", indica el aficionado.

Los primeros pasos siempre son difíciles, pero la asociación se ha ido abriendo camino a golpe de ingenio. Cualquiera se puede imaginar lo difícil y costoso que puede llegar a ser encontrar armas y ropa de la época. Pues bien, el colectivo en que hay ingenieros de telecomunicaciones; informáticos; abogados; ilustradores; jardineros; agentes comerciales; teleoperadores; estudiantes o albañiles se ha creado un mundillo que incluso se llega a abastecer por sí solos.

Acedo, por ejemplo, que se dedica al mantenimiento de edificios, se ha convertido en un 'manitas' que se fabrica sus propias espadas de entrenamiento. Esas armas se hacen de madera por una mera cuestión económica y también por seguridad, porque no es lo mismo entrenar de primeras con acero que con madera. Conserva la primera espada que hizo para entrenar y que tuvo que pulir porque era muy pesada. No obstante, ahora recibe hasta encargos por Internet que va haciendo compaginándolo con su trabajo. El precio de las espadas puede variar, porque una de madera puede costar barata, entre unos 40 y 50 euros o menos y las de acero pueden oscilar entre los 180 y los 3.000 euros. Los materiales a veces hasta se buscan en el extranjero o se compran directamente las armas de exportación en países como la República Checa, entre otros.

"Cualquiera puede practicar este deporte, cualquiera que por ejemplo puede bailar durante tres minutos y no acaba reventado. Pues igual es un combate de tres minutos. Esto requiere preparación, pero sobre todo, estar muy centrado y tener paciencia", comenta el aficionado. Uno de los requisitos que ha marcado es el de tener más de veinte años, aunque todo depende de la actitud y de "tener las ideas claras. Lo más importante es la seguridad y el control con el compañero", destaca.

Así, para garantizar esa seguridad entrenan con petos y protecciones en cabeza, codos y rodillas. Eso sí, cuando entrenan cada semana, porque luego hay exhibiciones en las que despliegan toda su pasión por la espada vestidos como antaño con su cotas de malla (se usaban para que no traspasase el arma), algo pesadas por cierto, que fabrica un miembro de la asociación. En este trabajo se emplean varios meses, porque es muy laborioso.

Hasta el primer año no se entra en combate propiamente dicho, sino que en un principio se aprende a coger la espada y su manejo inicial. Habla con pasión de las espadas, como la ropera, algo más ligera y que se usaba en la vida civil. Francisco de Quevedo solía llevar una de estas armas, por ejemplo. Se usaba como símbolo de distinción. Otra es la espada bastarda o de mano y media, ya más para la guerra y de mayores dimensiones. Como explica Acedo, no todo el mundo en el Medievo podía tener una espada, sólo los que se las podían permitir económicamente, que eran muy pocos. "Se hacían de forma artesanal y requería su tiempo, por eso, la mayor parte de la gente del ejército llevaba hachas, más baratas y más fácil de hacer. Además, muchos eran gente de campo y estaban más acostumbrados a manejar hachas o azadas", explica el aficionado.

Las armas que maneja son muy diferentes a otras quizá más conocidas como las katanas, porque su función es diferente. Las armas de esgrima antigua son más para estocar, mientras que la katana tiene una hoja más cortante.

El objetivo que se ha marcado Redo es el de abrir una sala con unos cuantos aficionados, no puede ser tampoco un grupo muy extenso, para poder practicar e irlos introduciendo en el mundo de la espada. "El camino de la espada no es fácil, pero nos gustaría dar a conocer la esgrima antigua porque igual que se estudian y practicas las artes marciales, ¿por qué no se va a conocer esto que es nuestra historia y nuestra cultura?", se pregunta Acedo.

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