Un mundo gráfico
El rebusco
El baúl de los recuerdos del jerez
Rebuscando en un pasado glorioso
La vitivinicultura del Marco de Jerez, a lo largo de sus siglos de historia, ha generado una multitud de vínculos con la cultura en su más amplia acepción. Esto se percibe con más intensidad entre los siglos XVIII, XIX y XX.
La literatura, la pintura, la música, la arquitectura, el teatro, el cine, la televisión, la publicidad, incluso la gastronomía, han sido unos soportes fundamentales a la hora de crear un imaginario único, imperecedero e incomparable.
A pesar de ello es un terreno virgen, poco estudiado por los especialistas, que nos plantea importantes cuestiones aún por dilucidar. Solo hemos arañado la superficie, un reto al que pocos se han enfrentado.
Esta vez traemos un variado de material gráfico que despertará la curiosidad de los lectores. Espero que, a mis amigos ingleses, Paul y Anne Lancaster lo disfruten, a ellos va dedicado este 'Rebusco' que cierra el año 2024.
Un libro cargado de imágenes
Hoy lunes 25 se presenta en la sede del Consejo Regulador una obra colectiva dirigida por dos profesores de la Universidad de Cádiz, los historiadores Alberto Ramos Santana y José Marchena Domínguez.
El libro, de más de 300 páginas y editado por Silex en su colección Universidad, tiene un título que nos llama la atención: 'Imágenes y representaciones de los vinos del Marco de Jerez'.
Para el diseño de la portada han tomado prestado un atractivo anuncio que para Hijos de Agustín Blázquez diseñó el artista valenciano José Segrelles Albert (1885-1968) en 1905.
Según los editores: 'Casi desde los albores de la civilización, el vino ha sido objeto de interés por el hombre, fundamentalmente por su temprana elaboración y consumo, pero también como constructor cultural y representativo. Partiendo de la definición genérica de lo que podemos entender como imaginario, es decir, imagen simbólica que desarrolla un tipo de representación mental, no exenta de trazas míticas y metafóricas, y vinculada a un grupo social o incluso una comunidad concreta en la que llega a identificarse, trasladamos la definición a la praxis de nuestro objeto de análisis historiográfico, el vino, y lo hacemos desde diversos enfoques con el fin de enriquecer su mirada poliédrica.
Los trabajos de esta monografía, fruto del último proyecto del Grupo de Estudios Históricos "Esteban de Boutelou" de la Universidad de Cádiz, giran sobre el imaginario del vino de Jerez forjado a lo largo del tiempo hasta el presente, e investigan sus representaciones e imágenes desde ámbitos tan diversos como la literatura, la cultura popular, las letras de carnaval, las etiquetas, el consumo y la sociabilidad, la idealización del viñedo y el medio físico, del paisaje rural y urbano, el vino en la fiesta o en la medicina, en suma, la mitificación del vino de Jerez en el imaginario colectivo'.
Un trabajo que al parecer se circunscribe al imaginario generado en el ámbito de nuestro entorno, con un punto de vista limitado, localista, descartando el abundante material generado, por ejemplo, en el mundo anglosajón en aspectos como la publicidad, series televisivas o en el séptimo arte.
La bodega de Antonio Atané Díaz
En un anterior artículo lanzaba al aire la pregunta sobre quién sería el bodeguero que se 'ocultaba' en las iniciales de AAD que adornaba, junto a la fecha de 1871, la fachada de un casco de bodega situado entre las calles Cervantes y Luis Pérez. En la actualidad forma parte de las instalaciones de Sánchez-Romate.
En el Archivo Municipal, con la ayuda de su eficiente técnica, Eulalia Barea Gutiérrez, hemos podido saber que las letras corresponden al empresario Antonio Atané Díaz.
Atané, nacido en Lucena en 1836, fue un próspero comerciante de vinos, licores y destilados afincado en Jerez.
En 1871 encarga al arquitecto Elías Gallegos Díaz la construcción de dicha bodega. La documentación y plano se conservan en el Archivo Municipal, en la sección de protocolos municipales, numerado con el 160.
Este empresario fallecería en Jerez el 15 de septiembre de 1893.
Su hijo Antonio Atané Palomino fallecería trágicamente en 1907, durante el incendio de una destilería.
El jerez en Inglaterra
En el grabado venos a dos importantes políticos de la época victoriana, a Lord Salisbury (conservador) y a Sir Wiliam Vernon Harcourt (liberal), ideando un nuevo impuesto al jerez.
El título de la caricatura dice: 'Acuerdo entre dos grandes partidos'.
Salisbury está sirviendo un jerez del decantador a Vernon, y los dos tratan del vino de jerez.
Lord Salisbury; Let´s tax sherry (Vamos a gravar al jerez).
Sir William Vernon: I´ve no objection. It´s a most 'testable liquid' (No tengo ninguna objeción. Es un líquido muy 'probable').
El periódico The Spectator, del 7 noviembre 1885, recogía esta noticia:
Lord Salisbury, en su discurso del martes ante las Asociaciones Conservadoras del Sur de Londres, se quejó amargamente de la creencia en el libre comercio como «una especie de culto fetichista», e instó a que cuando cualquier nación erija un muro de aranceles contra los productos británicos, abandonemos el libre comercio hasta el punto de tomar represalias con fuertes aranceles sobre las cosas que importamos de ellos. Si España, por ejemplo, gravara nuestras manufacturas, gravaríamos el jerez español hasta que se volviera más razonable.
Lord Salisbury utilizó muy hábilmente a España como ejemplo, porque el jerez caro no significaría nada para los pobres y todos los impuestos sobre el licor son aprobados por la opinión general; pero no podía aplicar su principio ni por un momento sin considerar el caso americano'.
Azulejos publicitarios
Sevilla conserva un buen número de azulejos publicitarios, adornando las paredes de casas y el interior de comercios dedicados a la hostelería, muchos de ellos anunciando los vinos y brandies del Maraco.
La investigadora Carmen Teresa Librero ha estudiado este aspecto de la publicidad en su trabajo El azulejo publicitario: Puesta en valor y salvaguarda (Facultad Bellas Artes, de la Universidad de Sevilla, 2020).
La autora comenta que, 'en las primeras décadas del pasado siglo, la publicidad encontró un nuevo soporte, algo peculiar pero ideal para sus fines: la cerámica. A partir de entonces, la publicidad sobre azulejo estará presente por todo el país, siendo Sevilla, Manises (Valencia) y Talavera de la Reina (Castilla la Mancha) los principales centros de producción. Los retablos cerámicos publicitarios serán la antesala de los escaparates y, con el tiempo, aunque hayan desaparecido los comercios que lo publicitaban y a los que publicitaban, acabarán formando parte de ``la memoria e identidad de la ciudad y, por tanto, del patrimonio de esta. Sin embargo, este tipo de soporte publicitario acaba abandonándose en los años 60 debido a la irrupción en el mercado de nuevos materiales, como el neón, el plástico o la formica, junto con el desarrollo industrial que va experimentando las ciudades y el cambio de gustos estéticos por parte del consumidor'.
El conjunto más importante se puede contemplar en la famosa Venta de Antequera, a la entrada de la ciudad.
Recientemente se ha recuperado una bella y colorida pieza dedicada a los productos d Agustín Blázquez, en la calle Zaragoza.
En el recinto de los jardines del Parque María Luisa se mantiene un kiosko de la Exposición Iberoamericana de 1929, que ha sido reformado en dos ocasiones, en los años ' 50 y en el 2000. Destacamos el de la manzanilla amontillada Pipiola.
Otras piezas relevantes son las del antiguo bar Los Gabrieles, bar los claveles, o en el interior de local El Comercio, donde la barra está totalmente decorada con un fondo verde y alusiones a vinos de la zona como el Trafalgar 1805 de CZ.
Manifestaciones artísticas
La reciente visita a Sevilla me ha permitido una visita pausada a la magnífica colección Bellver, que ocupa un palacete en el barrio de Santa Cruz.
Entre sus piezas expuestas una del pintor sevillano José Rico Cejudo, cuadro que hasta hora había permanecido en el almacén.
En la alegre escena de un café cantante de la segunda mitad del XIX se desarrolla una actuación flamenca, y sobre la mesa, junto al escenario, una caña de manzanilla y una botella en cuya etiqueta se lee las primeras letras de Jerez.
Otro feliz hallazgo ha sido un bodegón del pintor alemán Otto Scholderer (1834-1902), el titulado Stilleben mit Trauben auf einer Porzellanschale, zwei Pfirsichen und gefülltem Sherryglas.
Este artista residió en Londres en el periodo comprendido entre 1871 a 1899.
El Grupo Estévez posee una magnífica colección de obras de arte, entre las que destaca las dedicadas al mundo de la viña y la bodega encargada al artista jerezano Carlos Ayala, y del que hemos traído sus 'toneleros'.
Si de artistas hablamos. el conocido dibujante Ángel Antonio Mingote, visitó Jerez el 7 de julio de 1966, dejando en las bodegas Domecq un recuerdo de su arte que permanece en el frontal de unas botas.
Cartelería
Otro aspecto importante es la cartelería generada por las bodegas del Marco, he aquí algunas de esos carteles poco, o nada, conocidos.
Las bodegas de Teodoro Ruiz tenían una buena clientela en Cuba y Puerto Rico. Su amontillado Giralda, distribuido en Cuba por F. García Bardella, tuvo este bello diseño.
Aunque el mercado francés no es especialmente proclive a los vinos de Jerez, no faltaron propuestas para consumirlo como aperitivo entre un público de buena posición social y económica, tal como se aprecia en este anuncio de Williams & Humbert,
Tampoco faltaron a las diferentes citas de las Exposiciones Universales organizadas en Francia, más aún si la bodega tenía origen francés, Domecq estuvo incluso en la Exposition Universelle Internationale & Coloniel que tuvo lugar en Lyon en el año 1894.
A los británicos CZ les atraía con un vino 'del más puro estilo inglés', el medium dry sherry Trafagar 1805, que lo remata con la alusión al deporte nacional del cricket.
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