Los brumosos orígenes de la novela negra en España

Lectores sin remedio

Los brumosos orígenes de la novela negra en España
Los brumosos orígenes de la novela negra en España
Ramón Clavijo Provencio

03 de noviembre 2023 - 06:00

Jerez/Durante el largo periodo de la posguerra española y especialmente el que abarca el primer franquismo, la novela negra apenas sobrevive en nuestro país, ya que el evidente interés por este subgénero literario se ve coartado por la restrictiva política que en torno a determinadas publicaciones aplicaba el Régimen surgido de la Guerra Civil. Este querer y no poder por parte de los lectores de la época de acceder a estas publicaciones, llevó a situaciones curiosas y a algunas aparentes paradojas. Una de ellas era que si bien todo lo que llegaba del exterior, en este caso el género negro, era meticulosamente escudriñado por la censura y muchos de sus más relevantes representantes eran vetados o cuando no se daba a la imprenta versiones al castellano retocadas; en cambio, muchos escritores y escritoras represaliados de nuestro país se escondían bajo seudónimo publicando novelas policiacas -en esos formatos de bolsillo, los bolsilibros o “libros de a duro”, que tan populares se hicieron entre el público- para subsistir.

¿Pero podemos considerar a esas novelitas los antecedentes del género negro en España, novelitas publicadas principalmente por Bruguera? Evidentemente no. Si estas colecciones policiacas circulaban libremente en la España de la posguerra era por su carácter marcadamente alejado de cualquier crítica social o política, o atisbo de sexo en sus escenas, y sus protagonistas estaban muy alejados de esos detectives que llegaban de allende del Atlántico, inclinados al whisky y las mujeres, duros de pelar (“hard-boiled”) como el Mike Hammer de Spillane o el Sam Spade (en la imagen) de Hammet.

Por estos lares las tramas de estas novelitas, para evitar la censura, se situaban bien en escenarios indefinidos o en otros países especialmente Norteamérica, una Norteamérica de cartón piedra. Ello independientemente de que el carácter alimentario con el que se escribían estas novelas hacía primar la cantidad sobre la calidad literaria. Si ya en España la tradicional novela policiaca tardó en aparecer a través de escritores y escritoras propios, la novela negra autóctona solo progresó en nuestro país tras la muerte de Franco, y lo hace de la mano de dos grandes: Francisco González Ledesma, que ya había hecho su travesía del desierto durante la posguerra publicando bajo seudónimo (Silver Kane), y que ahora crea al singular inspector Méndez, y Manuel Vázquez Montalbán, que hace lo propio con el ya legendario Pepe Carvalho. Luego vendrán muchos más como Juan Madrid o Alicia Jiménez Bartlett encabezando un largo etcétera. Pero una vez dicho esto no deberíamos olvidarnos de que en los estertores del franquismo nos topamos con ‘Los atracadores’ de Tomás Salvador, novelista al que su vinculación con el Régimen condenó al ostracismo, y Francisco García Pavón, también caído en el olvido, que con ‘Las hermanas coloradas’ (1970) inicia una saga protagonizada por el policía rural Plinio.

¿Tú también, Rojas?

Leo en el estudio previo a la monumental edición de ‘La Celestina’ de la editorial Crítica, a cargo de Íñigo Ruiz Arzálluz, que “Rojas fue un lector de best sellers”, entre los que se encontraban allá por finales del siglo XV la ‘Fiammetta’ de Boccaccio, la ‘Historia de duobus amantibus’ de Eneas Silvio Piccolomini, el gran poeta del siglo Juan de Mena y, por supuesto, la novela sentimental ‘Cárcel de amor’ de Diego de San Pedro. Todo un conspicuo licenciado en Leyes, un escritor ocasional pero que dio a luz una de las obras más importantes en la historia de la literatura española, un hombre que supo ahondar como pocos en los caracteres de sus personajes, convertido en lector de esa lista de “los más vendidos” con la que hoy incitan los medios de comunicación a los lectores que no distinguen entre la buena literatura y el interés de las grandes editoriales por publicitarse.

De vez en cuando curioseo estas listas que van especializándose por géneros, por temas e incluso por recomendaciones de alcance universal: “las diez novelas históricas que todos deben leer”, “las veinte novelas negras que nadie debe perderse”, “los cincuenta libros que recomienda la universidad de Oxford (no podía ser otra) que todo ser humano debe leer a lo largo de su vida”… y así una larga y variada enumeración de listas de libros que tienen en común la pertenencia a grandes y potentes editoriales y, en consecuencia, la ausencia total de las pequeñas, y con ellas de autores y obras que bien merecerían ser incluidos al menos en listas alternativas, independientes, al margen de intereses comerciales.

Pero, claro, estas listas alimentarían una competencia que ni las editoriales ni los propios medios de comunicación estarían dispuestos a consentir, aunque estén incitando a consumir una literatura en muchos casos de muy dudosa calidad. Fernando de Rojas no sufrió la influencia de estas listas, fueron los propios gustos de los lectores de la época los que decidieron convertir a Boccaccio, a Piccolomini o a Juan de Mena en autores de éxito. El tiempo les ha dado la razón, el mismo tiempo que se la quitará a estas listas de hoy. José López Romero

Reseñas

El expreso de Tokio

Seicho Matsumoto. Libros del Asteroide, 2017.

Después de haber iniciado la lectura de este escritor con su novela ‘Un lugar desconocido’, que me animó a leer posteriormente ‘La chica de Kyushu’, no hay dos sin tres, y he completado el dicho popular con la más famosa de su producción literaria: ‘El expreso de Tokio’. Ninguna de las tres defrauda porque entretienen y las tramas están bien urdidas, aunque quizá a un lector de novela negra más exigente le puedan parecer un tanto simples y con un estilo algo reiterativo. En ‘El expreso de Tokio’ la trama gira en torno a un caso de corrupción en el ministerio X, que tiene como protagonista a Tatsuo Yasuda y el suicidio de un funcionario de este ministerio junto con una camarera del restaurante que frecuenta Yasuda. La investigación la inicia el veterano inspector Jutaro Torigai, del que se echa en falta más protagonismo, y en Tokio el joven subinspector Mihara. J.L.R.

Un plan sangriento

Graeme Macrae Burnet. Impedimenta, 2021.

Leída su primera novela (‘La desaparición de Adèle Bedeaut’), me dispuse a leer la segunda obra de este excelente escritor escocés. Y lejos de defraudar, está a la altura e incluso mejora la primera. El 10 de agosto de 1869, en Culduie, una aldea perdida en las Tierras Altas escocesas se produce un espeluznante triple asesinato. El joven Roderick Macrae, se confiesa autor de ellos: ha matado de forma brutal, violenta a los hermanos Flora, de quince años y Donnie, de tres, y a su padre Lachalan Mackenzie, aunque su intención era matar sólo a este por el continuo acoso a que estaba sometiendo a su familia, pues ostentaba el cargo de alguacil de la zona. Las memorias que escribe Roderick en la cárcel y el juicio por sus crímenes son el grueso de una magistral narración que mantiene el interés del lector desde la primera página. Una excelente novela. J.L.R.

El limbo de los cines

Luis Mateo Díez. Ilustraciones de Emilio Urberuaga. Nórdica, 2023.

Hay pocos escritores en el panorama literario nacional de la brillantez estilística de Mateo Díez, pero además nunca defrauda en cada nueva propuesta que hace a los lectores. Es lo que hemos encontrado en esta colección de doce relatos en torno a los cines. En este caso, no solo es la pasión cinéfila la que late en estas páginas, sino la defensa de unos espacios que están grabados en el imaginario de muchos lectores y lectoras y que los tiempos que nos ha tocado vivir han ido desapareciendo del paisaje urbano de nuestras ciudades y pueblos. En estos relatos, ilustrados por Urberuaga, sus protagonistas viven historias dentro o fueran de alguna de estas emblemáticas salas de cine de siempre, en una mirada nostálgica por momentos, divertida en otros, pero siempre reivindicativa a través de una prosa siempre cautivadora. R.C.P.

La sangre helada

Iam Mc Guire, Roca bolsillo, 2018.

Leí hace algunos años la primera edición de esta novela que tuvo un espectacular éxito en el mercado anglosajón a finales de la pasada década (uno de los diez mejores libros publicados en 2016 según The New York Times). La versión castellana la editó Roca y cuenta ya con varias ediciones. Novela narrada con vigor y que recoge la impactante historia de un barco ballenero, el Volunteer, en el ocaso de la caza de estos animales y en el que embarca un joven médico, Patrick Summer, que oculta un trágico pasado que le atormenta. Pero aquella dura travesía que él ha elegido para escapar de sus demonios es una verdadera trampa de la que parece no poder escapar. Una historia que ahora vuelve a estar de actualidad por la adaptación que ha realizado de la misma Andrew Haigh para la BBC y que ha conseguido el aplauso de crítica y público. R.C.P.

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