Muere Faustino Rodríguez, Fau, el padre de la hostelería del centro de Jerez
Obituario
El genial hostelero del Bar Juanito, toda una institución en su Jerez natal, de la que es Hijo Predilecto, fallece a los 75 años
Deja una profunda huella con su bondad, simpatía y su risa contagiosa a carcajadas como grandes señas de una persona "irrepetible"
"Si estás en el suelo hundido, ¿qué ganas con no levantarte?"
“¿Tú lo coge..., nene?”. Jerez está de luto por la muerte este domingo a los 75 años de edad de Faustino Rodríguez Marín, por todos conocido como Fau, noticia que conmoncionó ayer a tantos y tantos jerezanos que se preciaban de ser amigos del propietario del Bar Juanito, un enamorado de Jerez, donde era también muy querido.
“¿Tú lo pilla?”, ¿tú lo entiende” Jerez pierde a un Hijo Predilecto, autor de un sinfín de frases geniales, un vocabulario propio que acompañaba de gestos y una mirada socarrona, como la de un niño travieso y burlón, dotado con un carisma y una sonora risa contagiosa, a carcajadas, capaz de llenar un auditorio sin megafonía y donde ahora sólo habrá silencio.
“Hola guapo”, “¡Ay, qué te quiero”.... Sus amigos solían imitarlo, aunque sin mucho éxito, parafraseando algunas de las expresiones que darían para una enciclopedia y con las que Fau solía saludar en sus interminables romerías diarias por su adorado Jerez. Era difícil no cruzarse varias veces al día por las calles del centro con una persona irrepetible, que deja una profunda huella, una huella indeleble entre los que le conocieron y que aún no dan crédito a tan triste pérdida a causa de una grave enfermedad, que el mísmo ocultaba a sus allegados, a los que en sus últimos días solía decir que “los médicos no dan con la tecla”.
“Todavía no me lo creo; es una putada”. Pedro Pacheco, no podía ocultar su emoción horas después del fallecimiento de Faustino Rodríguez, con el que entabló amistad desde sus primeros años de alcalde, para convertirse en inseparables. “En esos años solíamos estar en contacto casi a diario para una cosa u otra, me acompañaba a todos sitios y cuando estaba ya todo listo para la Fiesta de la Vendimia, venía conmigo a revisar el montaje como si fuera el delegado de Fiestas para darle el visto bueno”.
Son tantas las anécdotas que recuerda en tantos años de amistad con Fau, del día a día en Jerez, de viajes a Madrid y a Londres, que sería imposible recopilarlas, pero si hay algo por lo que Pacheco cree que su “gran amigo” debería ser recordado es por su apuesta por el casco histórico de Jerez y por la Feria del Caballo.
“Su gran mérito es que fue el hombre que apostó –desde la hostelería–, y lo hizo solo, cuando nadie creía en el centro y ha logrado que todo el mundo esté volcado ahora en el centro. Y lo mismo hizo con la Feria, donde llevó hasta cuatro casetas y era una atracción turística internacional”.
Nacido en Jerez el 21 de diciembre de 1946, hijo de Juan Rodríguez Velázquez y Dolores Marín Morales, Faustino hizo frente a grandes sacrificios desde niño y comenzó a trabajar de ordenanza en el Casino Jerezano a los 16 años, mientras ayudaba en el bar fundado en 1946 por su padre en la plaza de la Yerba y que a mediados de los ochenta se trasladaría a la calle Pescadería Vieja, donde permanece abierto, desde hace unos años con su hija Rocío y su esposa Carmen Enríquez al frente.
El Bar Juanito, símbolo de la gastronomía tradicional de Jerez, no puede entenderse sin Faustino Rodríguez, el padre de la hostelería jerezana. Un establecimiento recomendado por la Guía Michelin y donde las alcachofas son la gran seña de identidad, cuyo éxito animó a la familia a emprender nuevos proyectos hosteleros, que desofortunadamente no cuajaron por su coincidencia con la crisis económica tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Rafael Navas, ex director de Diario de Jerez, igualmente muy afectado por la pérdida del que consideraba como su padre y del que destaca su capacidad de levantarse frente a los muchos palos que le ha dado la vida como el de la malograda ampliación del negocio hostelero, al que años más tarde se uniría otro aún peor, el de la prematura muerte de su hija Cristina en 2020 que tanto daño le causaría.
“Jerez siempre estará en deuda con Faustino, una persona adorable, que forma parte de la memoria de la ciudad y que ayudaba y hacía feliz a los demás cuando muchas veces era él el que necesitaba ayuda; pero así era Fau, que seguía adelante con la misma mentalidad que cuando los negocios le iban estupendamente o, como él mismo decía, los tiempos guapos o cuando yo estaba guapo”.
Para Rafael Navas, que le dedicó, “y no por casualidad”, su última entrevista y su último artículo en Diario de Jerez como director, Faustino Rodríguez es “un ejemplo de vida y de superación” que tendrá presente siempre. “Se ha ido antes de lo que nos habría gustado, pero también lo hemos disfrutado mucho”, indica.
Navas, que en su perfil de Facebook ha dedicado sentidas palabras a Faustino y su familia, en especial a su esposa Carmen, “que ha sido sus manos, sus pies, sus ojos y la que le ha mantenido los últimos años en pie” y a sus hijos Juan y Rocío, también recuerda los años gloriosos de la Feria del Caballo, en la caseta ‘El Ajolí’, “la primera en la que se instaló un aparato de aire acondicionado” y por la que pasaban todas las personas conocidas que visitaban el Real.
El ex director del Diario de Jerez, periódico que leía a diario mientras desayunaba en El Camino del Rocío, en un bar junto a Merca 80 comiendo ‘churritos’, en la Venta Gabriel o los fines de semana, con su mujer, en el Bar Cristina entre otros muchos establecimientos que frecuentaba, guarda gratos recuerdos de sus frecuentes encuentros y largas horas de conversación, que amenizaba con ese “don especial” que tenía para contar historias y su don de gentes con el que se granjeó grandes amistades allá donde fue.
Tras la muerte de su hija Cristina, y con los achaques Fau frecuentaba menos su querido Bar Juanito, donde se echaba en falta su imagen departiendo con los clientes en cada mesa. En los últimos años le gustaba pasar más tiempo con sus nietos, de los que disfrutaba todo lo que podía, y colorear los cuadernos ‘Mandala’, con los que se entretenía cuando no estaba viendo la tele o escuchando la radio cuando estaba en su casa de la calle Sevilla.
Entre sus reconocimientos, en febrero de 2015, Faustino Rodríguez se convirtió en el primer hostelero nombrado Hijo Predilecto de la ciudad en un acto cargado de emotividad y con pleno respaldo de todos los sectores de la sociedad. Un nombramiento que siempre llevó con orgullo.
En noviembre del año pasado, Faustino Rodríguez fue uno de los protagonistas de los premios que la Asociación Hostelería de Jerez entregó a cuatro restauradores jerezanos en reconocimiento a su labor en la promoción de la gastronomía local.
El funeral por su eterno descanso se celebrará este lunes a las 10.30 horas en la iglesia de Santo Domingo.
Adiós querido amigo, tenemos un desayuno pendiente. Descansa en paz.
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