Un palacete de la calle Naranjas, 'okupado' desde noviembre

Los vecinos relatan que hasta ahora no se han producido incidentes Se trata de la 'casa señorial' en la que nació Lora Tamayo.

Un palacete de la calle Naranjas, 'okupado' desde noviembre
Pablo Fdez. Quintanilla Jerez

24 de febrero 2016 - 01:00

Una placa en la fachada recuerda que en este inmueble, en 1904, nació Manuel Lora Tamayo, ministro de Educación del franquisimo en los 60 y rector de la Universidad Complutense. Un siglo después, la casa señorial que fue sede de la Caja Postal -luego Argentaria, y hasta inicios del milenio, oficina del BBVA-, se encuentra en total estado de abandono y ha comenzado a ser frecuentada por personas sin hogar, según explican los vecinos de la calle Naranjas, en cuya esquina con la calle Honda está la casa. El inmueble sobrepasa los 1.000 metros cuadrados, con sótanos y amplia azotea. Lleva más de una década en desuso. En su momento ya fue objeto del desvalijamiento, como evidencian los cables del falso techo de escayola arrancados en una de las estancias más reseñables, un salón de actos que fue usado por las entidades bancarias.

Según relata la investigadora histórica jerezana Fátima Ruiz de Lassaletta, "fue construida en el final del reinado de Isabel II y es una característica 'casa señorial de Jerez que no llega a tener la categoría de 'casa palacio', con un gran patio central de mármol, habitaciones en todas las plantas y el salón en el piso principal". Según investigó para su libro 'Las casas señoriales de Jerez, bodegas y sabores de Jerez', relata también que "la casa en los 50 fue propiedad de una señora viuda que alquiló la primera planta del inmueble al por entonces joven empresario ganadero Manuel Romero, tío de Álvaro Domecq. A raíz de que muriera esta señora, la casa acabó siendo sede de diversas oficinas bancarias, aprovechando que Jerez era de las pocas ciudades que sin ser capitales de provincia tenía el privilegio de contar con una oficina del Banco de España". Es por eso que Caja Postal realizó una gran inversión que remodeló la casa. Un vecino del entorno que conoce bien la historia de la calle explica que "en su momento se organizaban exposiciones artísticas y todo tipo de actos aprovechando la ubicación y la amplitud del inmueble".

Hasta ahora no se han producido incidentes reseñables, tal y como explican los vecinos, aunque están preocupados y ha aumentado la frecuencia de paso de la policía desde este fin de semana. El pasado mes de noviembre, la pequeña cadena de la puerta fue forzada. El mal estado de los quicios y la estructura de madera provocó que una de las puertas se desprendiera. Las personas que han frecuentan el inmueble, sobre todo por las noches para resguardarse de la bajada de temperaturas, comenzaron por dejar caer de forma discreta la puerta sobre el dintel de piedra para evitar llamar la atención. En cambio, en las últimas semanas se ha hecho más palpable la presencia de 'okupas'.

Otro de los vecinos lamenta la imagen que un inmueble abandonado y ocupado en pleno centro muestra de una ciudad que se trata de vender "tanto por el Festival, que se celebra a un paso, en el Villamarta, como por la Semana Santa". En la calle Naranjas hay al menos cinco casas antiguas más en estado de abandono, de las que al menos tres han sufrido derrumbes que las han convertido en solares. Otras, en cambio, han sido reconvertidas en apartamentos donde residen varias familias, en cuyos bajos aún queda algún establecimiento comercial.

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