Zambombas
Jerez, destino de moda para el puente de diciembre

Un paseo por las viñas y las bodegas

El Rebusco

Mirada sentimental al universo del jerez

Hermanar Bristol con Jerez

La reina y el tonelero.
José Luis Jiménez

04 de octubre 2021 - 06:00

Jerez/Me gusta releer el libro de mi admirado, vecino y amigo Francisco Bejarano, El Jerez de los bodegueros (2004)

Los señores del jerez.

. Un placer leerle, y también oírle en nuestros breves encuentros callejeros. De ese libro tomo esta frase que nos viene tan a pelo para la ocasión: “La belleza urbana del Jerez de hoy conserva el sello de los bodegueros”.

Yo, que he nacido en la calle Justicia, exactamente en el número 42, veo con tristeza el aspecto desolador que desde hace años presenta la que fuera una tradicional casa de vecinos del barrio de San Mateo, en el corazón mismo del casco histórico de Jerez. Un proyecto inmobiliario frustrado; aunque me temo que una vez acabada será un edificio que afeará aún más aquel entorno.

No lo puedo asegurar, pero esa casa tenía su historia. Tal vez el investigador local Juan Manuel Moreno Arana sepa algo sus orígenes. Sigo viviendo en el barrio, no me he movido de allí, y me preocupa la degradación que está sufriendo en las últimas décadas.

Un sentimiento de pesimismo que se ve compensado cuando observo la obra de restauración que, desde hace meses, se lleva a cabo en un imponente casco de bodega existente en esa misma calle, en el número 28, esquina con calle Alcaidesa.

Sus nuevos propietarios están haciendo, a mi parecer, un buen trabajo, al menos por fuera. Habrá que verla terminada.

Muy cerca de allí, en la pequeña calle Colores, aún podemos percibir los olores de los vinos viejos que almacena el empresario jerezano Juan García Jarana

-Publicidad del Harvey's Bristol Cream.

, en su coqueta bodega de El aljibe. Después de muchos años esperando la oportunidad tuve la suerte de girar una rápida visita y disfrutar de su bella estructura, como de su solera de Pata de gallina, un oloroso que embotella Lustau y Peter Dauthieu.

Otro edificio bodeguero emblemático de la zona, en fase de recuperación desde hace unos años, es el de la Plaza Orbaneja. En su fachada se puede leer el año de 1899.

Y si de urbanismo jerezano estamos hablando, hay que celebrar la lectura una nueva tesis doctoral que estudia este aspecto de nuestro pasado más reciente.

A finales del pasado año, en plena pandemia, la historiadora jerezana María Isabel Serrano Macias, recibió su doctorado por la Universidad Pablo Olavide por su trabajo: La influencia inglesa en Jerez de la Frontera: Urbanismo y arquitectura (1850-1914).

Esperemos que pronto lo podamos disfrutar en su versión libro, una oportunidad que no debe perder el tándem Maldonado-Aguayo para publicarlo en su colección especializada de la Historia de la Vinatería.

Bristol, un hermanamiento pendiente

Orbello venencia ante Jacques Chirac.

Uno no deja de sorprenderse cuando analiza las diferentes campañas publicitarias que diseñó la compañía Harveys para su principal marca de jerez, el Bristol Cream.

Sobre todo, las creadas para el mercado británico y norteamericano, sus principales consumidores en las décadas de los años 60 y ‘70. No en vano su actual propietaria, Fundador, se enorgullece de ser el único producto español que posee el sello oficial The Royal Warrant como proveedores oficiales de la Casa Real Británica. Distinción otorgada en 1895, durante el reinado de la reina Victoria.

En uno de ellos, publicado en 1979 en una revista de amplia tirada, se puede ver cómo cae en una copa la última gota que sale de una botella de Harveys. El texto impacta y llama la atención: Is this the end of civilisation as we know it? (¿Es esto el fin de la civilización tal como la conocemos?). Genial.

Los vínculos entre las ciudades de Bristol y Jerez son tradicionales, basados en unas intensas relaciones comerciales. Bristol, junto con Londres, fue uno de los principales puertos de entrada de los vinos del Marco, incluso hay una viña en la zona que lleva ese nombre.

Sin embargo, sorprende que aún no ese haya llevado a cabo el proceso de hermanamiento entre ambas ciudades

En la viña Carrascal.

, iniciado en su momento, pero no concluido. El dato que aparece en la entrada de la Wikipedia dedicada a Jerez y sus ciudades hermanas no es correcto, como con la ciudad mexicana de Jerez de Zacatecas.

¿Como es que tampoco a esta ciudad inglesa no se la ha dedicado aún una Fiesta de la Vendimia? Increíble, pero cierto.

¿A qué esperan las autoridades municipales y los responsables del sector del vino? Algo debería de decir la bodega más interesada para que esto se lleve cabo.

No olvidemos que durante muchos años, desde el siglo XIX, la representación consular británica en la ciudad la ostentaron bodegueros de origen escocés e inglés hasta finales de los años 70.

El 22 de abril de 1974 se trasladó a Jerez el embajador británico en España, Sir John Russell, para la inauguración de las nuevas oficinas del este vice-consulado, cargo que ostentaba en ese momento las relaciones públicas de Williams&Humbert, Bridget Amelia Swithinbank. Así lo recogía el diario local, La Voz del Sur, en un amplio reportaje a toda página publicado al día siguiente.

Los señores del jerez

Juan Macias González saludando a Juan Luis Bretón (foto Carretero).

Revisando viejos papeles de mi archivo personal me encuentro con tres amplios reportajes dedicados a destacadas familias jerezanas vinculadas con la industria del vino.

Estos fueron publicados, tanto en la revista El País Semanal como en el formato diario de ese medio de comunicación nacional, en los años 80 y 90 del pasado siglo.

El primero de ellos apareció el domingo 13 de febrero de 1983, con texto de Inmaculada Fuentes y fotos de Pablo Juliá.

En la portada, ocupando toda la página, el perfil característico de José Ignacio Domecq González catando una copa de vino de Jerez. Con el siguiente título: Los señores del Jerez.

En el interior, el artículo se encabezaba de esta manera: Las familias del jerez: El esplendor y el ocaso; aunque previamente el escritor jerezano, José Manuel Caballero Bonald, hacía una breve introducción en Jerez, exposición, nudo y desenlace.

Bonald escribía: “Hay una novela sin escribir - y que probablemente nunca se escriba- sobre las pautas familiares de la vinicultura jerezana... Fundaron, de hecho, la burguesía industrial de la región, ramificaron sus negocios, construyeron magníficas casonas y se fusionaron con la vieja nobleza comarcana”.

tas de cine por las viñas. 8.-Casco de bodega de calle Justicia esquina con calle Alcaidesa.

Una década después, cuando la venta de las bodegas Domecq a una empresa inglesa acababa con siglo y medio de dinastía económica jerezana, El País rotulaba con un “Good bye, señorito” un amplio reportaje de dos páginas, también en domingo, con fecha 3 de abril de 1994. Esta ve a cargo del periodista Pablo Ordaz.

Finalmente, Jerez y sus familias bodegueras era un asunto de interés, se le dedicaba un nuevo informe con este llamativo título: Los últimos señores de Jerez. Si el de 1983 su contenido era de 8 páginas, el del 24 de octubre de 1999 fue de 16. Esta vez a cargo de Ignacio Carrión para el texto, y de Joan Tomás para las fotos.

Paseo por las bodegas

Rutas de cine por las viñas.

Las bodegas del Marco han sido visitadas por un gran número de personalidades a lo largo de los últimos siglos. Pocos se han sustraído a sus atractivos a la hora de probar sus tesoros líquidos guardados en grandiosas bodegas y perfumados toneles unos sobre otros en varios niveles. El espectáculo estaba garantizado.

Una fecha para recordar sería la del 29 de abril de 1920. La reina Victoria Eugenia, que se encontraba en Sevilla con su esposo Alfonso XIII, decidió hacer una escapada a Jerez, sin la compañía de su augusto consorte, para asistir a una de las corridas de feria.

La reina sería recibida en El Altillo por el alcalde de la ciudad, a la sazón, Dionisio García Pelayo y Cordoncillo, acompañado del gobernador civil de la provincia y de otras autoridades locales y provinciales. La reina venía en automóvil, acompañada de un séquito de dieciocho personas, entre ellas sus hermanos los marqueses de Carisbrooke, la princesa de Meternich y Pemblach, y sus damas las duquesas de San Carlos y de Santoña; dirigiéndose inmediatamente a las bodegas del Marqués del Mérito, donde serían agasajadas con un refresco y un almuerzo. Itinerario y menú descritos al día siguiente, en primera página, por el periódico local El Guadalete.

l reportaje gráfico sería reproducido en una colección de postales, algunas pueden verse en internet, por la empresa Hauser y Menet. En su serie Bodegas Mérito-Marqués de Misa queremos destacar el momento en el que Victoria Eugenia pasea por la tonelería siendo observada por uno de los operarios. Juego de miradas y contrastes.

En un tiempo más cercano, pero no por ello menos nostálgico, es el recuerdo que nos trae la foto que me ha pasado mi prima. En ella podemos ver la entrega de una placa a Juan Macias González, su padre, y tío político mío, de manos de Juan Luis Bretón, con motivo de su jubilación en Williams&Humbert como oficial arrumbador. La foto se fecha a principios de los años 80.

Algunos miembros de mi familia, tanto por parte materna como la paterna, estuvieron vinculados con el mundo de las viñas y las bodegas. Mi tío Fernando Jiménez Manuel fue uno de los siete trabajadores con los que José María Ruiz-Mateos inició su imperio Rumasa.

Mi abuelo materno, Vicente García Cabral, fue un pequeño viticultor de Trebujena que tuvo que dejar el trabajo de la viña para venir a Jerez.

Las grandes bodegas estuvieron presentes en los más importantes eventos para promocionar sus productos, como en el Salón de la Alimentación celebrado en París en 1972. Al expositor de Domecq se acercó el que era ministro de agricultura francés, Jacques Chirac, al que el venenciador de la casa, Alfonso Orbello Toribio le venenció una copa.

Paseo de cine por las viñas

Para no perderse, tanto locales como foráneos, es la ruta que organiza la empresa de turismo Rutasiete por las viñas de la zona.

La abandonada casa de viña de La Esperanza.

Los participantes podrán conocer al detalle los lugares emblemáticos que sirvieron de escenario natural en el rodaje de importantes producciones audiovisuales, como el film El verano que vivimos y la miniserie de TV La templanza.

El recorrido, en un 4x4 adaptado a las actuales circunstancias, terminará con un aperitivo acompañado con vino de Jerez ante una incomparable puesta de sol.

Una labor pionera e innovadora que reivindica el valor de los famosos pagos del entorno.

Su responsable, Salvador Pineda, es un guía experto, reconocido en el sector por su amplia experiencia y profesionalidad.

En el recuerdo, como aquellas fotos en blanco y negro conservadas en las recicladas latas de membrillo, la viña Carrascal y la de La Esperanza. Será lo que nunca debemos de perder.

1 Comentario

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último