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La pasión de un legado

El CADF alberga desde noviembre el archivo documental del crítico Ángel Álvarez Caballero, en el que se contabilizan más de 23.000 piezas

1 y 3. Algunas de las fichas realizadas por Álvarez Caballero. 2. Parte del archivo discográfico. 4. El periodista, durante una de sus charlas. 5. Algunos de los recortes de periódicos. 6. Discos dedicados por los propios artistas al crítico.
Fran Pereira Fran Pereira

12 de febrero 2017 - 02:07

Jerez/Desde hace unos meses, el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco guarda parte de la vida de uno de los investigadores flamencos más notables, Ángel Álvarez Caballero (1928-2015). Periodista y crítico de medios como ABC y El País durante décadas, a lo largo de su trayectoria profesional no sólo cultivó con minuciosidad el complejo mundo del flamenco, plagado de historias y leyendas que invitan a la confusión, sino que intentó desde el primer momento dignificarlo gracias a trabajos perfectamente asentados.

De su variada bibliografía destacamos la trilogía acerca de los tres pilares del flamenco, el cante, el baile y el toque, editados por Allianza, entre finales de los noventa y principios del 2000, y sobre todo el 'Tratado de la bata de cola: Matilde Coral: una vida de arte y magisterio' (Alianza, 2003), un libro indispensable para comprender lo que es el baile hoy, y lo que queda de la escuela sevillana.

Tras una vida dedicada a la investigación, el 25 de agosto de 2015, el escritor vallisoletano fallecía a la edad de 86 años y su legado, permanece, desde el pasado noviembre en los fondos del mayor centro de documentación del flamenco del mundo, el CADF.

"Fue una decisión fácil", explica su hija Elbia Álvarez porque "temíamos que la documentación se dispersara o se quedara en un cuarto sin ninguna utilidad". Sin embargo, su arrojo y el de la segunda mujer de su padre, Pilar Uruñuela, terminaron por ceder todo al que consideran "el sitio adecuado, sobre todo porque podrán utilizarlo las generaciones venideras", recalca su ahora viuda, que no olvidará el momento en el que "se llevaron todo lo que había en el cuarto, que era el escenario en el que Ángel había vivido, fue entonces cuando me di cuenta que él ya no estaba".

Dentro de ese amplio catálogo encontramos discos, libros, compactos, casettes y una documentación que puede catalogarse como una auténtica joya. De hecho, entre todo ese legado encontramos 55 archivadores con fichas que evidencian un trabajo minucioso, riguroso y de gran pasión por el flamenco. Se calcula que en ellos hay unas 20.000 fichas descriptivas, mecanografiadas y organizadas con su propio sistema, que incluía: Discografía- Artistas, Discografía-Estilos, y datos biográficos y referencias literarias de cada artista (clasificados a su vez en cantaores, guitarristas y bailaores).

"Mi padre era una persona muy humanista", recuerda Elbia, "no miraba sólo el flamenco en sí, sino todo su contenido social o filosófico".

Quizás por ello, este tipo de clasificación también la encontramos en sus 19 archivadores con documentación gráfica. En ellos existen fotografías, diapositivas, postales y diferente material para ilustrar artículos divididos por artistas.

El catálogo cedido cuenta además con una extensa bibliografía de consulta conformada por 891 libros, entre los que, al margen de los publicados por él, se contabilizan muchos de todo tipo de temática relacionada con el flamenco y donde apreciamos la buena relación que mantenía con otros colegas de profesión.

El material literario se completa con colecciones de 11 revistas especializadas en flamenco, y sobre todo con un interesante dossier con todos los artículos publicados por él desde 1968 hasta 2006. Fue su esposa Pilar Uruñueña quien se encargó de recopilar todos estos artículos periodísticos, desde sus primeros pasos en el 'Sol de España', ABC, Dígame y por supuesto el diario El País. Para su conservación, el CADF ya trabaja en su digitalización para tratar de evitar su deterioro, pues se trata de ejemplares de periódico originales.

"Estuvimos en muchísimos festivales", explica Pilar Uruñuela, "por eso de alguna forma me gustaba recopilar sus artículos, eran parte de mi historia también. Además, considero que fue una época gloriosa para el flamenco, porque había un número elevado de grandísimos artistas".

Para muchos, Álvarez Caballero y su forma de hacer crítica periodística contribuyó a abrir otros campos. "Se le ha catalogado de ortodoxo, pero él abrió la crítica a las fusiones de gente como Paco de Lucía y Enrique Morente", destaca su hija. Pese a la complicada labor de la crítica, su viuda relata que su relación "con artistas importantes fue buena. La relación de los críticos con los artistas ya se sabe cómo es, pero en su caso, no, lo respetaban bastante".

La lista de material contiene también 2.140 compact discs, 854 long plays, 100 singles, 195 vídeos, 14 partituras, 350 folletos, programas de mano, dossieres, etc.; 60 cassettes comerciales y 259 cassetes con grabaciones de entrevistas, conferencias, concursos, etc...

Precisamente, este es otro de los trabajos de digitalización en los que actualmente está realizando el personal del CADF, ya que en ellas aparecen contenidos interesantísimos de encuentros con artistas como Matilde Coral y Pilar López (un material que fue editado en sendos libros) y sobre todo de actuaciones en directo. Estas grabaciones las recuerda con nostalgia su hija Elbia quien considera que "eran las que más valoraba. Estamos hablando de los años 60 y de una labor de conservación importantísima, pues aparecen grabaciones a artistas que de no haber sido por él se habrían perdido. Eran grabaciones primitivas y en ellas se conservan cantes que hoy día se hacen poco".

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