Hallan en Jerez el primer documento de la llegada de la patata y su consumo en Europa
Los jerezanos David Caramazana Malia y Manuel Romero Bejarano publican en 'Anuario de Estudios Atlánticos' un artículo que aporta nuevas conclusiones a la historia de la patata y adelantan en diez años, 1563, la fecha documentada en Sevilla
Luis García Jambrina: "En el siglo XVI Roma era Sodoma y Gomorra"

Sin el hallazgo de nueva documentación no se puede construir la historia. El origen hay que buscarlo en el Archivo Municipal de Jerez, “una fuente directa e inagotable. Un fondo que no tiene límite”. En la sección de Protocolos Notariales de este archivo se registran innumerables contratos de compraventa sobre diferentes cosas, por lo que conociendo la fecha en la que se hace ese intercambio se encuentran noticias, por ejemplo, de un 'pájaro azul', “algo que es muy novedoso dependiendo del año”, pues se trataría de la llegada de pájaros procedentes de América. Entre las cosas que se pueden hallar abunda el contacto de Jerez con el Nuevo Mundo: “Muchas personas se van allí, que traen de vuelta productos americanos. Y en ese contexto aparece el primer cargamento de patata de Europa, dato que ha aparecido en Jerez”.
Los investigadores jerezanos David Caramazana Malia y Manuel Romero Bejarano publican en la revista Anuario de Estudios Atlánticos el artículo 'Nuevos datos para la historia de la patata (solanum tuberosum) y la batata (ipomea batatas) durante el siglo XVI. Distribución, consumo y venta de 'patatas' en Jerez de la Frontera'. Hasta el momento, la llegada de la 'patata' a la península ibérica y sus posibles implicaciones alimentarias estaban envueltas en la incertidumbre. Si bien es cierto que desde finales del siglo XIX se señala su proveniencia americana y su producción, cultivo y exportación desde las Islas Canarias a Europa a partir de la segunda mitad del siglo XVI, como bien planteó en su día Antonio Domínguez Ortiz, “todavía no ha quedado resuelto si su uso durante este siglo fue exclusivamente como planta botánica, si tuvo algún fin alimenticio, e incluso, si las patatas que se han documentado fueron realmente patatas y no batatas”, apuntan los autores.
Con el propósito de aportar algo de luz a este contexto, el objetivo principal de este trabajo se dividió en dos propósitos: por un lado, aclarar el uso del término 'patata' en el área principal de recepción europea, que fueron las islas Canarias y la bahía de Cádiz. Caramazana explica que una parte del estudio ha sido la problemática y esquiva etimología del término 'patata': “Lo primero que hay que saber es que 'patata' y 'batata' (nuestro boniato) fueron sinónimos en el siglo XVI. Si el principal problema que han tenido los investigadores hasta ahora fue que no sabían cuándo se referían las fuentes a 'patata' y cuándo a 'batata', lo primero que hemos tenido que hacer en el artículo es discriminar la palabra 'patata' y 'batata'. Una manera de hacerlo fue conocer el sabor que describieron los primeros autores, si sabía a castaña, podía ser 'boniato', si no, podía ser 'patata' (aunque en los documentos apareciesen ambos bajo el nombre de 'patata')”.
Por otro lado, el artículo busca presentar las primeras noticias documentales que confirman un uso alimenticio de este tubérculo en dicho entorno. "Cualquier noticia de la patata es importante porque la patata no se empieza a consumir por los humanos, en Europa principalmente, hasta el siglo XVIII a raíz de una epidemia de peste, ya que la patata se utilizaba para dar de comer a los animales, pero había tanta hambre que la patata llegó a las cocinas".
Para ello, la metodología conjuga primeramente un estudio crítico sobre la etimología del término y a continuación se centra en el análisis filológico de seis nuevos documentos hallados en el Archivo de Protocolos Notariales de Jerez de la Frontera vinculados a la 'patata' en el siglo XVI.
Los documentos publicados son contratos de obligación concertados en Jerez de la Frontera en los años 1563, 1564, 1565 y 1568, anteriores a la actual fecha documentada de la patata en la península ibérica (Sevilla entre 1573 y 1576), y conectados con la década en la que se estima su cultivo y transporte desde Canarias (1560). "En ellos podremos evaluar tanto la recepción por vía marítima de estos productos que se conocen bajo los términos 'patata', 'batata' o 'vatata', como su posterior comercio y distribución. Aunque este intercambio tuvo su centro en Jerez, las ciudades de El Puerto, Sanlúcar, Motril (Granada), Sevilla y —a pesar de no aparecer explícitamente en los documentos— las Islas Canarias fueron los enclaves que funcionaron como ejes de distribución, producción o recepción de estos productos".
Así, por ejemplo, el 10 de diciembre de 1563, el tratante Gonzalo Díaz se encontraba en Jerez de la Frontera vendiendo a Francisco García unas 450 arrobas de 'patatas' a tres reales y 21 maravedís cada arroba, un total de 55.350 maravedís (123 maravedís/arroba). "Más allá de la noticia en sí, el contrato de compraventa desprende información capital para entender el fin de este producto y su llegada a la ciudad. Según el documento, el cargamento de patatas se hallaba en un barco atracado en El Puerto de Santa María, y para proceder a la entrega el barco subiría la corriente del río Guadalete hasta El Portal de Jerez, el muelle de esta última ciudad". El aspecto más interesante de este contrato es que también desprende información sobre la calidad del producto: "buenas patatas sanas e buenas". Es decir, si eran sanas sería porque eran aptas para consumo humano: "Con esta información podemos señalar que el negocio evidencia unas expectativas comerciales altas: 450 arrobas son algo más de 5.000 kilos del producto. No obstante, lo más importante y que nos interesa subrayar es que se puede afirmar que el tubérculo al que hace referencia es el de la patata común (Solanum tuberosum). Aunque no conocemos el origen, debemos pensar en Canarias, cuyo cultivo y exportación en la década de 1560, y contacto fluido con Jerez, están bien documentados. Por último, aunque el documento no especifica las necesidades que debía cubrir el producto, su destino sería el consumo humano si nos basamos en la cantidad, el precio y la mención de "buenas patatas sanas"".
De hecho, otro asunto que debemos tener en cuenta para establecer la distinción entre 'patata' y 'batata' es la diferencia de precio que se aprecia entre el primer documento y los siguientes, incidiendo en la idea de que estamos ante dos productos distintos: mientras el primer documento arroja un precio de 123 maravedís/arroba, los siguientes oscilan entre 50 y 85 maravedís/arroba. Todo esto nos indica que Jerez “fue la primera ciudad europea, documentada, en traer y consumir patata, por delante de la que se tenía hasta ahora, Sevilla, por lo que estamos adelantando la llegada de la patata a Europa”.
En conclusión, la historia de la 'patata', en sus distintas variantes, queda nuevamente ligada a la historia de Canarias y Andalucía, donde los puertos comerciales conectados con la ciudad de Jerez de la Frontera y otras villas de la Bahía de Cádiz emergen como los enclaves de distribución, venta y consumo del alimento que ha llegado a ser imprescindible desde siglo XVIII hasta nuestros días.
Una investigación que demuestra que Jerez era un puerto muy activo en el siglo XVI, no sólo de exportación de vino, sobre todo, sino de importación de productos, y que se vendan patatas es una señal de que el mundo por entonces ya estaba globalizado.
También te puede interesar