Ser payaso, una forma de vida
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Esteban Viaña y compañeros del teatro llevarán el humor al hospital
Jerez/Artista de circo, generalmente caracterizado de modo extravagante, que hace reír con su aspecto, actos, dichos y gestos. Así define la Real Academia Española la figura de 'payaso'. Pero Esteban Viaña añadiría algo más. Hablaría también de 'payaso' como una forma de vida, una filosofía. A sus 79 años, el jerezano lleva por bandera ser aún un payaso. Esos que hacen reír a carcajadas, llevan flor en la solapa y nariz roja.
"Mi padre era un hombre que tenía mucho humor. De hecho, antiguos compañeros de trabajo de mi padre me han dicho que iban con ganas a trabajar gracias a él. Era un showman y creo que eso se me pegó. Yo no soy partidario de los genes, sino del mimetismo, de lo que tú ves. Tanto que uno de mis hijos es payaso y mi hija es actriz, aunque trabaje de otra cosa", declara Viaña. El humor es para Esteban la herramienta para "que la gente sea feliz". "Pero no hay que ser felices olvidando los problemas, sino intentando llevar las situaciones de una manera agradable. El humor es lo que me ha impulsado para seguir vivo muchos años".
Hay que remontarse a los años del colegio para encontrar los primeros pasos de Esteban en el mundo del teatro y el humor. "En el colegio se hacía mucho teatro y a mí me escogieron de niño para una obra de los mayores. La obra era de humor, de Pedro Muñoz Seca y estaba adaptada sólo para hombres. Yo era el aprendiz de zapatero y recuerdo que cuando decía una palabra la gente se reía. Aquel rebote, como si fuera un frontón, no te puedes imaginar lo que hacía en mí. Yo nunca me lo he creído, porque creo que no he sido un gran payaso, pero ahí empezó todo", recuerda Esteban. Y del colegio a la casa. El jerezano relata que en los veranos en casa de su tía prepara una velada para despedir las vacaciones: "Yo hacía de payaso, recitaba, cantaba... Años más tardes comencé a actuar con compañeros en las 'BBC' (bodas, bautizos y comuniones) y en el Club Nazaret hemos estado casi 20 años actuando para los niños".
Nadie diría que está a punto de soplar las 80 velas, "me lo dice mucha gente", declara entre risas: "Pues tengo la edad que tengo, el carnet no miente. Lo único que el humor me ha dado vida". Junto a compañeros de profesión han creado una asociación que pronto recorrerá los pasillos del hospital para provocar carcajadas entre los más pequeños. "Era una ilusión que tenía desde hace mucho tiempo, queremos llevar a los niños un poquito de alegría. Soy payaso, aunque haya gente que lo entienda peyorativamente. Para mí payaso forma parte de mi vida. Llevo unos 60 años siendo payaso". Y a mucha honra.
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