"La gente me sigue llamando alcalde"
Pedro Pacheco | Ex alcalde de Jerez
El andalucista, a punto de cumplir los 70 años, asegura que "Jerez está huérfana de gobiernos fuertes"
Afirma que aún no ha olvidado la "pesadilla" de estar encarcelado; a pesar de ello, le gustaría volver a ser concejal
Jerez/Pedro Pacheco Herrera fue alcalde de Jerez entre 1979 y 2003. Además fue primer teniente de alcalde y delegado de Urbanismo entre 2003 y 2007, periodo en el que se produjeron los hechos que provocaron que haya sido condenado hasta en tres ocasiones y que haya cumplido algo más de tres años y medio de cárcel en Puerto 3. Aún sigue durmiendo de lunes a jueves en el CIS (Centro de Inserción Social) de Jerez ya que aún se encuentra bajo las determinaciones del tercer grado penitenciario.
En la entrevista, Pacheco se abre a hablar de casi todo, eso sí, pide no profundizar en los asuntos judiciales. Aún tiene pendiente la petición de libertad condicional cuando cumpla 70 años ( su cumpleaños es el próximo 2 de abril) y una causa pendiente de resolverse en el Tribunal Supremo —el caso Huertos de Ocio—.
Hace casi un año que le concedieron el tercer grado y dijo que no sabía si sería capaz salir de “esta pesadilla”. ¿Lo ha logrado?
Me siento muy extraño, llevo un año en semilibertad, vuelvo por las noches al CIS. Y a pesar de que me encuentro a muchísima gente por la calle y que me paro, a veces diez y doce veces en el trayecto desde casa al centro, y me ven con buen aspecto, yo siempre digo que estoy bien de chapa y pintura, pero por dentro las cosas no van bien. Es muy difícil borrar de un plumazo tres años en esta situación, es muy difícil. Imagino que no es tan fácil. ¿Que se sale? Por lo que se lee de otras personas, grandes hombres han pasado por... Dostoyevski... la historia demuestra que muchísima gente ha entrado y ha salido y yo espero cuando antes salir de esta situación, pero es duro.
¿Le ayudará la concesión de la libertad condicional cuando cumpla los 70 años el próximo martes día 2?
Eso es un paso más en la semilibertad. Ayudará un poco a seguir este proceso interno de intentar olvidar esa pesadilla porque, en verdad, es una pesadilla.
¿Qué le dice la gente cuando le ve por la calle?
Sólo he tenido una interrupción desagradable que, por supuesto, si hubiera estado en activo políticamente, se le hubieran quitado las ganas a esa persona (risas) de abordarme de esa forma tan desagradable. Pero, teniendo en cuenta la situación en la que me encuentro y con la experiencia acumulada, prefería que me resbalara. Una persona desde principio de año hasta ahora no desmerece. Curiosamente en la ciudad hay un vacío de puntos de referencia. Han pasado 12 años desde que dejé de ser alcalde y en medio es la nada. Esta ciudad tiene que buscarse un referente porque por lo visto el alcalde soy yo y a mí me han sucedido varias personas. Creo que han dejado poca impronta en la ciudad o sus personalidades no pudieron con la personalidad de la otra persona. Esta ciudad tiene que superarlo. Y también intentaré superarlo, aunque creo que lo voy a superar yo antes que la ciudad.
Parece que el tiempo de los personalismos acabó... (Interrumpiendo la pregunta).
Sí, pero a mí la gente me llama alcalde todos los días...
Los tiempos han cambiado mucho. Muchos alcaldes tienen un perfil muy bajo o son casi funcionarios. ¿Cree que no hay líderes como antes?
La clase política deja mucho que desear, es muy, muy endeble. Estoy viendo en las respuestas que dan los líderes de los partidos que compiten en las elecciones de abril con un vacío intelectual y cultural muy grande. No quiero que sean enciclopedias pero, si no sabes responder, di ‘hablaremos con los técnicos para ver qué podemos hacer’. Lo que no pueden contestar son esas barrabasadas que lo que hacen es alejar a la gente. La clase política actual es muy mediocre. No salen de los monotemas: la Transición, el procés... pero hay un mundo detrás que no se toca: los desahucios, las políticas sociales, el tema laboral, la desigualdad...
¿Cree que la clase política tiene miedo a que le puede ocurrir lo mismo que a usted?
Bueno, el gerente, el empresario, el técnico y el responsable saben que en su labor hay riesgos. Lo tienen que asumir. Me parece que el hecho de que los medios de comunicación se hayan llenado de temas de corrupción ha servido para que muchos técnicos, no muy eficientes, se hayan aprovechado para no cumplir con su labor. Para encontrar un técnico que en estos años atrás y ahora firme a tiempo y de manera eficiente un informe, hay que cazarlo a lazo. Para cobrar no tienen miedo, para fichar a su tiempo no tienen miedo y para salir a más de un café no tienen miedo. Ahora bien, no se fían para firmar un informe. Me parece que es buscar una excusa que demuestra que es mal técnico.
Se ha dicho que su caso judicial ha sido ejemplar para que ningún otro cargo público intente infringir la ley.
Había mucha gente con casos peores que yo. A nivel nacional, el que está más lejos, en la colonia catalana, el Pujol. ¿Cómo se van retraer si los contratos que yo firmé tenían el visto bueno?. ¿Qué funcionario hoy en día puede alegar que tiene miedo en un expediente que se ha tramitado correctamente? ¿Miedo a qué? Lo que no puede estar es sin decidir, porque al final el que está pagando es el administrado que está recibiendo unas servicios muy malos.
Da la sensación de que antes se gobernaba con lo que decía el alcalde y ahora hay que pedir informes hasta para comprar un bolígrafo. ¿Es así?
Por lo visto es así. Pero es que antes también se trabajaba 24 horas al día, también sábados y domingos, y ahora parece que no. Los tiempos han cambiado pero yo diría, puestos a equilibrar, que ni tanto ni tan calvo. Es esa actitud tan apabullante de ir corriendo por la mañana y llegar a tu casa y llamar a 25 técnicos porque has visto 25 errores a lo largo de tu recorrido por la ciudad; eso no se hace, yo creo que no. Aunque creo que hay quien quiere imitarme hasta en correr (risas). Éramos muy agobiantes, éramos unos chavales con 29 años que entramos en un mundo que desconocíamos porque la facultad no era la ciudad de Jerez. Nosotros llegamos a una ciudad en la que estaba todo por hacer y entramos en el Ayuntamiento a por todas.
¿Qué queda de la ciudad que dejó cuando salió del Ayuntamiento?
Está un poco deteriorada. No se ha gestionado. La veo en un principio de decadencia que hay que cortar de raíz y cuando me encuentro a un político en activo se lo digo. Además, me ha extrañado muchísimo la inactividad de la oposición. Voy a seguir ahora las propuestas que van a hacer en la campaña y, como un coautor de esta preciosa ciudad que está comenzando cierta decadencia, y como ciudadano, quiero saber por qué esta oposición que ha estado muda estos tres años y pico ahora le entra un ardor de hacer propuestas.
Si pudiera, ¿volvería a la política?
Me gustaría ser concejal, es verdad. Me han puesto una inhabilitación demasiado dura.
¿Le quedan ganas de seguir después de todo lo que le ha pasado?
¿Y qué voy a hacer? ¿Voy a seguir leyendo? Es que a a veces me como el coco leyendo. Me gustaría poner en práctica la enorme experiencia que he acumulado.
¿Le piden por la calle que vuelva?
Me dicen alcalde, que es peor (risas). Por favor, creen otro punto de referencia que yo dejé de ser alcalde en 2003 y después estuve de teniente de alcalde, y me fui a trabajar a la Caja de Ahorros y ya está. Jerez está huérfana, en sentido político, de gobiernos fuertes que le marquen hacia donde ir. La gente es agradecida si ve un gobierno fuerte, no despótico y que le marque bien los objetivos.
¿Y cómo puede hacerlo un Ayuntamiento con 1.000 millones de deuda?
Yo lo dejé con 116 millones. Y en este tiempo se ha vendido la joya de la corona, que era Aguas de Jerez. Qué me diga alguien, y yo lo he preguntado, cómo se ha llegado hasta ahí cuando dejé el Ayuntamiento con 116 millones, con la mayor transformación que ha tenido esta ciudad y con un cordón sanitario que nos tenían puesto. ¿Qué se ha hecho con la venta del agua? ¿Dónde se la ha gastado? Los gobiernos posteriores han tenido la suerte de que no les pusieron los cordones sanitarios que sí tuvieron mis gobiernos. ¡Qué me lo expliquen!. Ayer publicó Diario de Jerez una noticia muy preocupante: al Ayuntamiento se le ha pasado el plazo de un proyecto con fondos europeos para seguir potenciando el circuito. ¡Por Dios! Si muchos técnicos están cruzados de brazos, ¿cómo se ha pasado el plazo? Esto hay que decir ¡hasta aquí hemos llegado!
Y mirando hacia atrás, ¿cambiaría algo de su gestión?
Sí, pero entonces no tenía más opción, había cosas que resolverlas sobre la marcha. Hay cosas en lo que nos deberíamos haber parado un poco más, haber sido más participativos y escuchar a otras voces. Pero no tuvimos tiempo; si es que nos metimos en un berenjenal... Nos dio por transformar Jerez y nos absorbió los sesos.
Usted logró aglutinar a votantes de izquierda y de derecha pero ahora parece que hay una política muy de partido. ¿No tiene esa impresión?
A nivel nacional, tal vez sí pero hay dos experiencias internacionales que hay que analizar. Está el caso de Macron en Francia, que ha destrozado a los partidos como el PSOE o la derecha, y López Obrador en México. Ambos están logrando eso; esas experiencias en el mundo hacen ver que eso que vd. dice no ha caído en desuso. En España veníamos de una larga etapa sin democracia, irrumpimos y les caímos bien; éramos eficaces. Hicimos la ciudad que muchos jerezanos querían porque para sacar 17 concejales te tiene que votar todo Dios.
¿Y qué pasó para que fuera perdiendo esa confianza?
Yo creo que el tiempo. Conforme avanzó el tiempo la gente fue más crítica, más madura, pedían más explicaciones... Al final fue una suma de factores. Pero lo digo modestamente, las que me sucedieron no pudieron nunca con lo que habíamos dejado. No estuvieron a la altura.
¿Cree que le sobraron cuatro años? ¿No debió retirarse antes?
Ese debate es muy bonito pero, frente a los que dicen que por qué no me fui, yo les digo: ¿por qué me iba a ir? ¿A dónde voy? ¿A un bufete? ¿A un 'consulting'? ¿ A la Caja de Ahorros? ¿Y me voy a veranear a Vistahermosa? Entonces me hubieran dicho: mira este, ahora se va a descansar. Era muy difícil acertar y pensé que podía seguir siendo útil. Y creo que lo hice, que aporté, solo que eso crearon unos celos que ya los quisiera Juana La Loca. Si me hubiera ido a mi casa, también hubiera recibido críticas de la prensa.
Pero hay políticos que se retiraron...
A mí no me importaría volver a la política. Eso sí, me tendrían que dejar ir con mis nietas. Sandro Pertini fue presidente de Italia con 90 años...
¿El PSOE le hizo alguna vez una oferta para irse a este partido?
Muchas veces. Manuel Chaves, en plena crisis con el andalucismo, me llamaba para ir a Madrid y hablar. Pero siempre le ponía alguna excusa para no ir.
¿Por qué?
Porque no me veía fuera del nacionalismo andaluz. Yo me he enfrentado mucho con mis compañeros pero yo nunca he abandonado el entorno andalucista. Y nunca fui a Madrid como diputado. Y no me gustó ir al Parlamento Europeo, aunque luego me acabó buscando porque ese chaval que había vivido en la calle Arcos y que vio como los tanques rusos aplastaban Hungría vio también la caída del Muro de Berlín. Aquello me cogió en Estrasburgo y sufrí un impacto positivo que nunca olvidaré. Me encantó estar en el Parlamento Europeo pero fue un sinvivir porque tenía que ir cada 15 días. Me iba el miércoles y volvía el viernes. Pero es que el sábado y el domingo tenía que ir al Ayuntamiento a trabajar para recuperar el tiempo perdido. Fue un desgaste enorme.
¿Por qué desapareció el Partido Andalucista?
A nosotros nos perjudicaron mucho algunas actuaciones que fueron por inexperiencia y porque no se supieron explicar. Pero, mirando atrás, pienso también que electorado andaluz se portó muy mal con nosotros, fue muy duro. No hay ni un partido que haya recibido más castigo que nosotros habiendo otros partidos con errores más graves que nosotros.
Pero Andalucía nunca ha sido nacionalista...
Nosotros, cuando hablábamos de andalucismo, hablábamos de federalismo. No éramos ni la 'kale borroka' ni 'Sherry Batasuna', como nos dijeron algunos. Pero también nos encontramos con dirigentes de partidos estatales que eran de Sevilla y que le dijera uno que estaba sentado en un rincón que el PSOE no era andaluz no gustaba.
¿El andalucismo tiene hueco en la actual coyuntura política?
La verdad que no lo sé; esta pregunta me ha dejado en blanco. Esos miles de votantes que teníamos, ante la inactividad, habrán buscado cobijo electoral. ¿Son capaces de tocar a rebato y de volver como El último mohicano?. Eso sí, si se trabaja algo en serio, tendría que montarse algo así parecido a lo que se montó en la Transición con la Federación de Partidos Socialistas y algo muy transversal. Eso sí, el PSOE fue contra ella y se la cargó; de aquello solo quedó el Partido Socialista de Andalucía (PSA).
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