50 años de la Unidad de Hematología
De una pequeña habitación con un frigorífico en Jerez a ser referente nacional
ANTONIO AGUJETAS. cantaor
Trajeado y con un zumo en la mano, Antonio Agujetas (Jerez, 1962) se presenta antes de tiempo en la peña La Bulería donde hemos quedado para entrevistarle. Ha llegado antes de tiempo "porque ante todo hay que ser responsable", apunta. Mientras espera, recibe la llamada de su padre, que le canta dos letras de fandangos por teléfono que por un momento rompen con su seriedad y refleja su sensibilidad como persona.
-Le veo ilusionado con volver a subirse a un escenario...
-Sí que lo estoy. Me siento muy bien y con muchas ganas de volver a cantar. La gente me está dando el sitio, me habla con mucho respeto y creo que me he ganado su confianza poco a poco, sin maldad, porque yo no deseo nada malo para nadie. Estoy orgulloso y agradecido de que se hayan acordado de mí en La Bulería, y si te digo la verdad, para mí es como si me tocara la lotería.
-Y con su primo Domingo Rubichi a la guitarra...
-Hombre, eso es una garantía. Para mí Domingo es una de las mejores guitarras que hay hoy en Jerez, al menos para mí.
-¿Qué piensa cantar ese día?
-Lo de siempre, yo no me salgo de lo puro, y tengo claro que esa noche será inolvidable, o me tiran tomates o la gente se romperá las chaquetas. Estoy dispuesto a entregarme y a poner mi corazón.
-Porque usted lleva ya mucho tiempo sin cantar, ¿verdad?
-Sí, me he tirado un tiempecillo sin cantar y estoy deseando volver. Me hace ilusión este recital en la peña y voy con la intención de comerme el mundo.
-¿Cree que le costará después de tanto tiempo sin subirse a un escenario?
-Mira, yo tengo un libro aquí (se señala la cabeza) y no sé las letras que tengo ahí metidas. Tengo tantas letras que me quedaría tres noches cantando seguiriyas y no repetiría ninguna. Esos son los genes de mi padre. Mi abuelo se lo dio a mi padre y mi padre me lo ha dado a mí, aunque mi hermana Dolores canta bien, para mí es la mejor mujer cantando.
-¿Por qué nadie se ha acordado de usted para cantar hasta ahora?
-No lo sé, supongo que por mis errores, eso es algo que no entiendo. Aquí ha habido mucha gente que se ha equivocado, y no una vez, sino muchas, y sin embargo están ahí. El Torta ha tenido cuarenta mil tropiezos y El Torta canta en todos lados, Capullo ha tenido unos cuantos tropiezos, y canta en todos lados. Y ahora porque yo he tenido un 'tropezoncillo' y me he dado cuenta, y he puesto freno, ¿no me lo van a perdonar? Yo reconozco que soy culpable de muchas cosas, sí, lo reconozco, pero también tengo mi perdón, como todo el mundo. Porque yo no he matado a nadie ni soy ningún asesino, me busco la vida con esto porque es el único medio que tengo para poder sobrevivir. Eso y una paguita que tengo de ná, de dos pesetas.
-¿Le ha hecho mucho daño todo este tiempo de ausencia?
-No, a mí nadie me ha hecho daño, el daño me lo he hecho yo a mí mismo haciendo las tonterías que he hecho, porque yo nada más que he hecho payasadas. Si hubiera estado callaíto no hubiera pasado ná.
-En esas tonterías de las que habla supongo que estará la droga. Esa sí le ha hecho daño, ¿verdad?
-Mírame el brazo, ¿quieres más? Y menos mal que puedo moverlo algo. Ahora, cuando canto se me quita esto de las que me entra, y pego cada bote en la silla de medio metro.
-Para usted, por lo que veo, la mejor medicina es el cante...
-La mejor, y cuando veo que la gente disfruta, disfruto yo, si no, no disfruto.
-¿Ha visto a la muerte de cerca muchas veces?
-La he visto cara a cara tres veces y si no es por mi padre, ya estaría muerto. Menos mal que mi padre ha estado ahí, que me ha cogido y me ha llevado al hospital. La última vez me sacaron líquido del pulmón de lo mal que estaba...
-¿Y cómo está ahora?
-Yo me encuentro bien, estoy en mis cinco sentidos y voy por el buen camino, ni alcohol ni nada de nada, buenas comidas y buenas mujeres (risas).
-O sea que no se toma ni una copita para cantar....
-A mí no me hace falta, hay muchos cantaores que necesitan emborracharse para cantar pero yo no. Te emborrachas, pierdes la vergüenza y la gente dice 'mira la que está formando éste'.
-Cuéntenos cómo es su día a día...
-Mira, me levanto de madrugá. A las seis de la mañana ya estoy despierto porque dicen que a quien madruga, Dios le ayuda. Y yo tengo fe. Me levanto del tirón, me voy a mi Vega, me siento allí y me tomo mi cafelito. Y luego doy mis paseítos por Jerez, que me gustan mucho. Ahora mismo hay que estar en el toro, porque si no estás en el toro no te comes ná.
-Habla usted de Dios, ¿se ha apoyado mucho en él en los malos momentos?
-Sí, y le rezo desde que me levanto. Soy cristiano hasta la médula por eso Dios me ha dado un corazón muy grande.
-¿Ha sido justa la vida con Antonio Agujetas?
-Yo creo que sí, ha sido justa. Me han engañado mucho y me han dado muchos palos, pero así es como he aprendido, a base de palos.
-¿Y ese sufrimiento le ha hecho cantar mejor?
-A mí lo que me hace cantar mejor es cuando me acuerdo de mi familia. Cuando me acuerdo de mi padre, de mi hermana Ana, de mi hermana Dolores, y me acuerdo de la fatiga que pasa mi gente, ya ahí pierdo los papeles, ahí me desboco.
-Si pudiera volver atrás, ¿corregiría muchas cosas de su vida?
-Por supuesto, porque yo no sabía dónde iba. Uno empieza a vivir, vas con tus amigos pero te juntas con tres o cuatro que te llevan a la ruina. 'Ompare, vamo a proba esto', 'Ompare, vamo...' Los dineros, al bolsillo y pa la casa. Ya no hay más.
-Por sus palabras parece que ha malgastado mucho dinero, ¿ es así?
-Sí, pero también me lo han quitado por mi buen corazón. La gente se ha aprovechado de mí cuando tenía dinero, porque cuando uno tiene dinero todo el mundo te quiere, qué casualidad. Pero luego cuando he pasado malas rachas me volvían la cara. La gente me ha dado muchos palos, por eso ahora soy una persona más solitaria. Ya lo dice el refrán, 'mejor solo que mal acompañado'. Y eso que no soy rencoroso, soy una persona a la que le gusta la verdad y la sinceridad pero ha habido mucha gente que me ha hecho mucho daño.
-Ha dicho que la vida ha sido justa con usted, ¿y el flamenco?
-No sé, yo creo que no porque he hecho muchas cosas por el flamenco, no tanto como mi padre, pero he hecho cosas. El que ha hecho más es mi pare porque ha luchado mucho para que esto no se pierda. Igual que Mairena, porque si Mairena levantara la cabeza y viera los papanatas que hay ahora cantando...
-Eso lo dice mucho su padre, y sin embargo le critican mucho...
-Mi padre siempre dice la verdad, no ha hecho daño a nadie. Cuando dice 'ese no sabe cantar' es porque es verdad. Háblale a mi padre de Mairena a ver qué te dice, que era un maestro, y no hay quien le quite esa idea.
-Y ser el hijo de Manuel Agujetas, ¿le ha pesado alguna vez?
-Claro que no, para mí es un orgullo. Yo he llegado a los sitios y sólo con mentar la palabra Agujetas se me han abierto muchas puertas. A mi padre sólo tengo cosas que agradecerle, porque ha estado siempre ahí. Con decirte que cuando estaba peor me llevó a cantar a Rota y a Sevilla, y levantamos a la gente.
-(....)
-Mi padre se ha ganado a pulso todo lo que tiene y ha pasado muchas fatiguitas para llegar donde ha llegado. Se lo dijo una vez Chocolate: 'Manué, no me creo donde tú has llegado sin ayuda de nadie'. Increíble.
-¿Queda poca pureza en el cante hoy en día?
-Poquísimo. Yo defiendo el cante puro, porque lo otro que se está haciendo es una pena. Y no me voy a mentar a nadie porque lo único que conseguiré es crearme enemistades y envidia, pero están llevando el cante, con tantas cosas modernas, a un camino que no tiene vuelta atrás.
-En todos sus discos nunca grabó algo comercial, ¿por eso mismo?
-No lo grabé porque no lo siento. La gente está muy equivocada y se ha creído que el flamenco fusión era un filón y al final no ha sido así. Lo que han hecho es estropear el cante, porque no se puede triunfar con dos canciones modernas, con timbales y violín. El flamenco es un cantaor y un tocaor, no hace falta nada más.
-Le preocupa mucho el futuro del cante por lo que veo...
-¿No me va a preocupar? Es una pena lo que han hecho cuatro que no tenían ni por qué haber salido. Lo que hacen es molestar al flamenco y a nosotros, los que nos forzamos porque la juventud hagan el cante bueno, y al final, a la juventud lo que le gusta es la caja, la fusión... Mucho ruido y pocas nueces.
-¿Y eso tiene arreglo?
-Claro que lo tiene. Lo que hay que hacer es llevar a los niños desde chicos a los festivales y que escuchen soleá, seguiriyas, malagueñas, tarantos... Que lo vayan escuchando y seguro que cuando son grandes lo que tienen metido es lo puro. ¿Qué va a cantar entonces? Cantarán puro. Ahora, si a los chavales chicos le enseñan la guitarra eléctrica o el violín entonces vamos de culo. Menos mal que existen todavía las peñas porque si no esto sería un desbarajuste total.
-¿El cante de hoy duele?
-El cante que duele es el de mi padre, por eso nadie lo puede hacer. Cuando Agujetas pega un quejío eso te llega... Fíjate donde te llega. Eso nada más que sale uno cada cien años..
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