Los periodos acaban, los objetivos cambian
No queremos dejar de recordar el terrible caso del profesor Abel Martínez Oliva. No sería justo. No es posible dejar de hablar de temas como respeto, autoridad, seguridad, confianza y responsabilidad. No es lo habitual, pero no puede consentirse una situación así y eso implica la revisión de los recursos destinados a la prevención y el tratamiento.
¿Qué va a pasar en un futuro inmediato o a medio y largo plazo? No estamos seguros de las cosas que van a cambiar incluso a corto plazo (como ejemplo, el tema de la estructuración de las materias del nuevo Bachillerato o de los ciclos formativos y sus desarrollos curriculares).
Desde mi humilde tribuna animo a que seamos muy creativos, a que insistamos (como hacemos continuamente) en la necesidad de la sensibilidad artística (unida a la rigurosidad científica y el raciocinio humanístico, obviamente) para conseguir que la educación sea algo placentero (aunque todo proceso creativo sea angustioso), reivindicativo (aunque no se olvide el disfrute estético y la responsabilidad ética), ejemplificador (aunque se huya de las verdades absolutas), solidario (aunque se potencie el esfuerzo personal, se deben poner en común los logros y los problemas colectivos) y sobre todo útil para la vida, para la sociedad y, de una manera esencial ,para el conjunto de personas de nuestro entorno.
En estos días se nos ofrecen nuevas posibilidades didácticas para cerrar el curso: actuaciones en el Teatro Villamarta, Día Internacional de los Archivos, actividades en torno al Arte del Grabado en el Ateneo, exposiciones, charlas y una serie de encuentros que harán que el final de curso se convierta en una vorágine de planteamientos que repercutirán en el futuro de escolares, familias, profesorado, equipos directivos y responsables educativos.
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