Una 'pintora de loza' muy jerezana

Hay una sevillana que siempre me gustó - me refiero al género musical, claro está - que cantaba Rocío Jurado en la película 'Sevillanas' de Carlos Saura, en la que una enamorada cuenta que tiene un novio cartujano y pintor de loza. Pues en Madrid, hay una jerezana, que no es pintor, sino pintora, y que actualmente es de las artistas de vajillas, como se dice por estas tierras, más solicitadas de nuestro país.
Ella es Andrea Zarraluqui, una joven jerezana afincada en Madrid, que, aunque licenciada en Comunicación y Marketing, y tras haber estado casi veinte años dedicada a este sector en varias multinacionales "Antena 3, Telefónica y últimamente como directiva en AC Hoteles", hace un tiempo que, y aunque como ella reconoce pasó "bastante miedo", tomó la genial decisión de convertir su pasión, el diseño de piezas de cerámica y vajillas, en su profesión.
Como cuenta Andrea, que lleva creando piezas de cerámica desde niña, hubo un momento en el que tuvo que decir "ahora o nunca", y tras estar varios años compaginando sus dos trabajos, desde hace aproximadamente un año y medio, se dedica en exclusiva a la creación de vajillas, y de cualquier otro arte decorativo relacionado con éste, habiendo efectuado recientemente con éxito "papeles de pared e incluso murales de azulejos" para los restaurantes más de moda de la capital.
El proceso de elaboración de cada una de sus piezas es artesanal desde el principio. Ella diseña las piezas, las pinta, y no es hasta que está completamente segura de que ha logrado el resultado perfecto, que no las "mete en el horno" para darle el punto necesario y conseguir que sus pinturas perduren en el tiempo.
En una vajilla estándar puede estar trabajando en torno a una semana, aunque a encargos especiales, como dice ella, puede dedicarle "hasta un mes y medio de trabajo en exclusiva". Esto es arte y artesanía. Lo que no puede evitar Andrea es "hacer patria jerezana", no en vano, es algo que sus padres - su madre jerezana de nacimiento y su padre de adopción -le inculcaron desde pequeña. Por motivos laborales de su padre, ella nació accidentalmente en Londres, pero como cuenta "cuando tenía unos cinco años, nos fuimos a Jerez, porque según mi padre, mis hermanos y yo, nos estábamos convirtiendo en inglesitos, y eso no podía ser". Así que para "curar" a sus hijos, el conocido Manuel Zarraluqui, padre de nuestra protagonista, se vino a nuestra ciudad y, cuando ya nadie creía posible que se instalaran nuevas bodegas en Jerez, vino y fundó las conocidas bodegas "Croft", que llegaron a ser las que más jerez exportaron al mundo. Pero esta historia, se merece un capítulo aparte.
Sin duda, Andrea, ha heredado, no sólo la vocación exportadora de su padre; y es que, a través de su red social en "instagram" - "@andreazarraluqui", en la que tiene casi cien mil seguidores, números sólo al alcance de las estrellas de cine; recibe encargos "desde Italia, Dubai, Brasil, e incluso Australia". Sino también, su amor por Jerez y el jerez, ya que, en todas sus exposiciones, a pesar de que lo "chic" en el mundillo sea acompañar las vajillas con copas de champán francés, nuestra protagonista sólo impone un requisito innegociable: "de champán nada, para acompañar o una copita de fino, una copita de oloroso, o una de amontillado". Así, da gusto.
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