Jerez íntimo
Marco Antonio Velo
Ecos sociedad jerez Quevedo Mariscal Plazuela Soler
Energías renovables
Entre una interminable fila de estructuras de acero hay distribuidos de manera ordenada unos embalajes en forma de cubo que guardan paneles solares. Nada está dejado al azar. La construcción de una planta fotovoltaica está diseñada al milímetro con el objetivo de optimizar recursos y, por ende, ahorrar tiempo y costes. Todo debe estar en su lugar para que no haya interferencias o interrupciones en esta ‘cadena’ de montaje.
Así, dos operarios desembalan con precaución cada uno de los paneles bifaciales elegidos para el proyecto, un dispositivo que permite capturar los rayos de sol por ambos lados aprovechando no solo la radiación directa sino también la reflejada del suelo. Tras colocarlos sobre el soporte donde estarán durante las próximas décadas, un tercer operario termina el trabajo de fijación. Las estructuras ya tienen instalado el cableado necesario para su interconexión. La tarea se repite una y otra vez; así, hasta unas 100 veces al día.
En paralelo, se ultima la construcción de los centros de transformación y de los inversores, los equipos que están conectados a los seguidores a través de una kilométrica red de cableado subterránea y que tienen la función de aumentar la tensión necesaria para el vertido de la electricidad generada para su consumo final.
Esta es la rutina diaria en el paraje de Malabrigo, una finca de más de 138 hectáreas ubicada a pie del kilómetro 23 de la carretera de Cortes (A-2003), casi en la linde entre los términos municipales de Jerez y de San José del Valle, donde desde finales del pasado año se construye la que será la tercera planta fotovoltaica que se ponga en marcha en el término municipal jerezano en los dos últimos años.
Desde hace meses, ya se encuentran operativas las plantas de la finca Las Quinientas, en el paraje de Roalabota, y del Cortijo de Frías, con 105 y 49 megavatios de potencia instalada respectivamente. Mientras, en las inmediaciones del Puente de la Guareña, en Las Majadillas, un grupo inversor también ultima la construcción de otra instalación solar. Además, un importante grupo energético nacional ya cuenta con las licencias municipales para construir cinco plantas en las proximidades de Torrecera y otras siete cuentan con la autorización previa de la Junta de Andalucía. Finalmente, otras nueve han solicitado permiso al organismo autonómico que, por el momento, no se ha pronunciado. No en vano, Jerez es uno de los epicentros del ‘boom’ fotovoltaico que está viviendo el país en los últimos años.
La de Malabrigo está promovida por el gigante energético noruego Statkraft, una empresa de capital totalmente estatal que en noviembre de 2020 adquirió la firma británica Solarcentury, que había sido la encargada de iniciar la larga tramitación administrativa que requieren este tipo de proyectos de generación de energía renovable antes de que puedan empezar a realizarse las primeras zanjas donde instalar los seguidores con los paneles fotovoltaicos.
La planta solar encara ya la última fase de su construcción. José Miguel Ferrer, director general de Statkraft en España, explica a Diario de Jerez que la de Malabrigo, junto a las otras tres que también están en obras en San José del Valle (las denominaciones de estas tres son Arenosas, La Guita y El Yarte), estarán concluidas a lo largo del próximo mes.
Pero, al igual que en otras fases de este proyecto, la burocracia es un factor muy a tener en cuenta. De hecho, la compañía estima que, aunque esté próxima la conclusión, no será hasta el tercer trimestre del año cuando pueda estar operativa. El motivo no es otro que los permisos necesarios para empezar a verter en la red. “La puesta en marcha de este tipo de instalaciones tiene tres patas: el promotor, la Junta de Andalucía y Red Eléctrica Española. Eso sí, estamos ya en contacto con la Junta para poder agilizar todo lo posible esta tramitación”, apunta Javier Cobos, responsable del proyecto.
Según la normativa, el Estado es el competente para autorizar plantas de generación de energía con una potencia superior a los 50 megavatios; mientras, las comunidades lo son para las de menor potencia. Eso sí, José Miguel Ferrer niega que algunas administraciones sean más laxas que otras a la hora de conceder los permisos para este tipo de instalaciones. “Todas son muy exigentes”, advierte con contundencia.
Según los datos aportados por la compañía, cada uno de los cuatro proyectos que promueven en la provincia tienen una potencia instalada de unos 50 megavatios cada uno. Una vez estén operativos, se estima que puedan generar unos 500 gigavatios/hora, una energía que podría cubrir el consumo de unos 120.000 hogares. Por el momento, la electricidad que se generará en estos parques solares se destinará al mercado para el consumo minorista. Para ello, se evacuará a la red a través de una nueva subestación eléctrica que se está construyendo junto a una ya existente próxima a las dos plantas termosolares que desde hace más de una década están operativas en San José del Valle. Estas instalaciones están interconectadas a través de unas líneas de evacuación subterráneas que también están en fase de culminación.
Statkraft presume que en estas plantas trabajan actualmente unos 140 vecinos tanto de Jerez como de San José del Valle, aunque afirma que se han llegado a picos de 450 personas. “Nuestros proyectos en la provincia de Cádiz se han enfocado fundamentalmente a la generación de empleo, no sólo con la firma de acuerdos de planes de empleo con los ayuntamientos de Jerez y de San José del Valle, sino también contando con los proveedores locales. Nuestra última estimación es que hemos contratado con 44 empresas de la zona durante la construcción”, asevera José Miguel Ferrer. Con el Ayuntamiento de San José del Valle, además, se ha firmado un plan de intervención social mediante actuaciones en materia educativa, alimentaria y bienestar social. Además, la empresa ha concedido una decena de becas para jóvenes vallenses.
Este tipo de proyectos genera una importante carga de trabajo de su construcción, aunque no así durante sus años de operatividad (se estima una vida útil de unos 30 o 40 años) al requerir únicamente labores de vigilancia y de mantenimiento. Ahora bien, desde Statkraft se incide en que, además de la apuesta decidida que suponen este tipo de instalaciones por la generación de energía limpia y más barata que otras, conllevan también un “importante” impacto económico para los ayuntamientos a través de la vía fiscal.
Sus responsables inciden, además, en la ‘herencia’ formativa que deja este tipo de instalaciones. “Estamos formando a nuevos profesionales en la construcción y el mantenimiento de plantas fotovoltaicas que está facilitando que puedan trabajar en otros proyectos. Nos ha pasado en nuestra planta de Tarayuela (Extremadura) que ha permitido que muchos trabajadores que formamos y la construyeron estén actualmente trabajando en otras plantas”, afirman.
En sus planes de futuro, la compañía contempla otra instalación fotovoltaica más en Jerez, concretamente en la finca El Rancho, en las inmediaciones de la pedanía de Cuartillos. Meses atrás se conoció que ha solicitado autorización a la Junta de Andalucía para otro parque fotovoltaico con unos 44 megavatios de potencia instalada.
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