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Los barrios de Jerez que pierden población

Demografía

La zona oeste, el casco histórico y el Jerez rural son los enclaves de la ciudad que más habitantes se han despoblado en las dos últimas décadas

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Viandantes por la calle Larga. / Manuel Aranda

Jerez tenía más de 212.000 empadronados en 2022, unos 20.000 más que dos décadas antes. En este periodo ha habido enclaves de la ciudad que han crecido ostensiblemente, la mayoría de ellos situados en las zonas norte, sur y este de la ciudad. En esta última, por ejemplo, ha aumentado en 13.800 empadronados en este momento. La zona norte ha crecido en más de 6.000 jerezanos y el sur, en 5.555.

En cambio, el distrito oeste jerezano es el que más población ha perdido en estos últimos 18 años, tanto en valores absolutos como relativos, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La zona de intramuros y algunos núcleos residenciales de la zona noroeste como El Almendral o Montealto también están entre los enclaves que han visto reducida su población. A ello, se une que son enclaves en los que, además, se ha producido un incremento de la población mayor de 60 años superior al de otras zonas.

El centro histórico

Algo más de 24.000 jerezanos viven dentro del perímetro conformado por las secciones censales vinculadas al centro histórico unos 600 menos que en 2004, primer año que el instituto estadístico publicó datos a escala de sección censal. Ahora bien, el descenso es más agudo en la zona de intramuros que en la de extramuros.

No en vano, el casco histórico ha perdido en torno al 4,5% de población. Según estas estadísticas, en 2022 había unas 4.800 personas empadronadas en este enclave. Además, en este periodo se ha producido un envejecimiento progresivo de su población. Así, el número de personas mayores de 60 años ha aumentado un 6,1% en los últimos 20 años. Por el contrario, la población inferior a los 18 años se ha reducido un 2,8% y la de jóvenes, un 11,5%.

Es en la sección censal que se extiende desde los alrededores de la Catedral hasta la calle Larga, incluyendo Plaza Plateros, la Alameda del Banco y Plaza Monti, han dejado de vivir unas 230 personas. Pero no solo eso, es el enclave del centro histórico donde más ha crecido la población anciana con un 11,2%. Mientras, en el entorno de la plaza Belén ha perdido un 16% de su población en los últimos 18 años.

El contrapunto lo pone el barrio de San Mateo, cuya población aumentó en un 21,8% desde 2004. Todo apunta a que este incremento se debe a las últimas promociones residenciales construidas en la zona en este periodo, concretamente en el entorno de la Puerta de Rota y la Ronda del Caracol.

Mientras, en extramuros, aunque en el barrio de San Miguel la población se ha mantenido relativamente estable en estas casi dos décadas, la población mayor de 60 años ha aumentado casi un 3%. Por el contrario, el entorno de la calle Corredera y plaza de las Angustias ha perdido más de un 20% de sus empadronados o el entorno del Mamelón (plaza Aladro y calle Sevilla), un 4,9%, según el instituto estadístico.

La zona oeste

Una de las plazas de La Coronación. / Vanesa Lobo

En el distrito oeste de Jerez había 21.065 jerezanos empadronados en 2022, casi 2.000 menos que en 2004. Barriadas como Las Torres, La Coronación y La Serrana han perdido en este tiempo más de un millar de habitantes. Además, en 2004 algo más del 20% de sus residentes no tenían más de 18 años; actualmente solo llega al 16%, según los registros del INE.

En este periodo, Icovesa tenía un 16,5% menos de empadronados y su población anciana supera ya el 30% del total; en La Plata han dejado de vivir unos 200 jerezanos; y en Picadueñas han dejado de vivir casi 500 personas.

La disminución de población en esta zona de la ciudad se ha amortiguado al desarrollo residencial producido en enclaves como Jardines del Tempul y algunos puntos del barrio de Santiago (calle Asta, fundamentalmente), zonas que se han desarrollado urbanísticamente en el periodo analizado, con el consiguiente incremento del número de empadronados.

La zona noroeste

La zona noroeste de la ciudad, que comprende enclaves como el Polígono San Benito, La Unión, El Almendral o Montealto, es la zona de la ciudad que más población ha perdido en las últimas dos décadas, tanto en valores absolutos como en porcentaje (2.270 menos). Ahora bien, estos dígitos están maquillados debido al desarrollo urbanístico de Los Villares, situado en la otra margen de la antigua travesía.

Esta zona residencial, incluida también dentro del distrito noroeste, se empezó a edificar hace casi dos décadas, por lo que en este periodo ha tenido un notable incremento poblacional. Esto maquilla el descenso de censados en esta zona pues, si se excluyeran los datos correspondientes a esta sección censal (que incluye Los Villares y algunas calles de las Casitas Bajas), la caída poblacional desde 2004 sería de más de 3.400 personas.

De este modo, zonas como el Polígono San Benito y las Casitas Bajas han perdido más de 1.300 habitantes, El Almendral, unos 600; La Unión, algo más de 500; y el entorno de Merca-80 (avenida de la Cruz Roja) y la barriada San Ginés (entorno de las Piscinas José Laguillo), casi 300.

Uno de los bloques de El Almendral. / Manuel Aranda

Se da la circunstancia añadida de que en esta zona se ha producido en este tiempo un notable incremento de la población mayor de 60 años. Así, si en 2004 un 19,8% de los empadronados la zona noroeste tenían 61 o más años, en 2022 este porcentaje ya estaba cerca del 25%. Ahora bien, en el entorno de Merca-80, en El Almendral o Montealto más del 40% de los residentes tenían en 2022 más de 60 años.

Otro dato que corrobora el envejecimiento de esta zona de la ciudad es que en 2004 un 33,1% de los jerezanos residentes tenía entre 20 y 39 años. 18 años después, este porcentaje apenas supera el 21%.

La zona rural

La zona rural también sufre el fenómeno de la despoblación en los últimos 20 años. En 2004, había más de 21.662 jerezanos censados entre las pedanías, barriadas y otros diseminados rurales. En 2022, en cambio, tenía 1.116 menos (un 5,1% menos).

Eso sí, esta disminución de la población no tiene el mismo comportamiento en todos los núcleos. Así, la mayoría de las pedanías han crecido en estas dos últimas décadas. En cambio, las barriadas rurales y demás núcleos sí han visto reducido el número de habitantes. Estella es la entidad local autónoma que más ha crecido en este periodo con 225 habitantes más, seguida de Guadalcacín, con 193. Mientras, hay 108 residentes más en Torrecera que en 2004. La Barca ha crecido ligeramente con 28 empadronados más.

En cambio, la población se ha visto reducida en El Torno (58 censados menos), Nueva Jarilla (54 menos) y San Isidro (78 menos, aunque en estos dígitos están incluidos también los núcleos de Cuartillos y Torremelgarejo al pertenecer a la misma sección censal). Mientras tanto, barriadas rurales como La Ina y Rajamancera han perdido unos 244 habitantes, según estas estadísticas.

Además de esta disminución poblacional, también se está produciendo un progresivo envejecimiento. En 2004, casi el 14% de los habitantes de estos núcleos tenía más de 60 años; en 2022, en cambio, este segmento supone ya más del 21% del total.

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