Núcleos despoblados; pedanías que aún resisten
Población oficial de la zona rural de Jerez
Un año más decrece el número de jerezanos que residen fuera de la zona urbana
Los núcleos rurales más pequeños han perdido casi un 14% de su población en la última década
Las entidades locales autónomas, en cambio, solo tiene un 2% menos de empadronados
Un año más continúa descendiendo el número de jerezanos empadronados en la zona rural. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al pasado año, había empadronados 20.954 jerezanos en las pedanías, barriadas rurales y diseminados del término municipal. En 2011, en cambio, había 21.779.
Tras alcanzar casi los 22.000 habitantes en 2007, la población del Jerez rural empezó una tendencia decreciente que tuvo especial incidencia en el periodo comprendido entre 2010 y 2016 donde perdió más de 400 empadronados. En los últimos años de esta década, la caída se ha suavizado puesto que apenas ha perdido dos habitantes entre 2019 y 2020, según el instituto estadístico. Esta bajada de vecinos contrasta con el incremento producido en la zona urbana. Entre 2011 y 2020 su padrón aumentó en algo más de 3.000 personas (la población total de Jerez ya ha superado los 213.000 habitantes.
Ahora bien, no toda la zona rural ha tenido un mismo comportamiento demográfico durante este periodo. Los núcleos más pequeños (aquellos que no están catalogados, ni siquiera, como barriada rural) han perdido más del 14% de empadronados en la última década. La bajada de empadronados se sitúa en casi el 40% si se tienen en cuenta los datos con los que arrancó el siglo.
Enclaves como Los Isletes o Fuente de Rey han perdido la mitad de sus empadronados en los últimos 10 años. Por el contrario, el núcleo de El Chaparrito, próximo a la linde con el término municipal de San José del Valle, ha aumentado su población en un 20% en el presente siglo (tiene 56 habitantes, según los registros oficiales). Otros núcleos históricos como La Jarda, en los Montes de Propios, ya no tiene empadronados, en cambio.
Mientras tanto, las barriadas rurales han perdido más del 20% de su población desde 2000. Las Tablas ha perdido en este periodo un 43% de su población; La Ina, un 37%; y Mesas de Asta y Rajamancera-Cañada del León, un 33% cada una, según el nomenclátor que cada año edita el Instituto Nacional de Estadística. El Portal y Majarromaque-José Antonio (con un 31%), además de El Mojo y Añina-Polila (con un 25% menos), son también otros núcleos rurales que han perdido buena parte de su población en estos últimos 20 años.
Sin embargo, hay barriadas rurales que han aumentado su censo en este siglo. Es el caso de Lomopardo, cuyo número de empadronados aumentó un 30% entre 2000 y 2010, manteniéndose relativamente estable a partir de entonces. Mientras, en Torremelgarejo la población se ha incrementado en un 6% en este periodo. Gibalbín y El Portal siguen siendo las barriadas rurales más grandes del término municipal con 629 y 438 habitantes, respectivamente.
Mientras tanto, Cuartillos, con casi un millar de habitantes, ya no es de manera oficial una barriada rural sino una pedanía. Su padrón oficial está conformado por 964 habitantes, nueve más que en 2019.
Más estable han estado los registros poblacionales en las siete entidades locales autónomas del término municipal. De hecho, en conjunto apenas han perdido poco más de un punto porcentual de población a lo largo de la pasada década. Ahora bien, esto se debe a la expansión que han tenido los núcleos de Estella del Marqués y Torrrecera, los únicos que han visto incrementada su población entre 2010 y 2020 (un 5% aproximadamente).
Guadalcacín sigue siendo la pedanía más poblada con casi 5.200 habitantes. Este núcleo tuvo un importante incremento de población entre 2000 y 2007. Desde entonces, se ha mantenido relativamente estable aunque con ligeras bajadas interanuales. Mientras, La Barca de la Florida continúa decreciendo en población año a año tras haber alcanzado su máximo en 2013. En 2020 había registrados unos 4.026 barqueños. Nueva Jarilla y El Torno, por otro lado, han perdido un 6% de su población en los últimos 10 años.
Finalmente, San Isidro del Guadalete, por el contrario, con apenas 572 habitantes es la entidad local autónoma con menos habitantes. De hecho. tiene un padrón más reducido que Cuartillos y Gibalbín, según el INE.
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