El 24% de la población está en situación de exclusión social

El 24 % de la población de la provincia se encuentra en exclusión social, una situación que afecta a 297.000 personas y a más de 100.000 hogares, con especial incidencia en 136.000 personas (el 11%), que corresponden a 42.000 hogares y que viven en la exclusión más severa. Son algunos de los datos que se destacan en un informe realizado por las Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez, Cáritas de Cádiz y Ceuta y Cáritas Española, en el que se analiza la realidad de la provincia y de la ciudad de Ceuta y que fue presentado ayer en el Obispado. No obstante, el dato que más preocupa a los responsables de Cáritas es que el 57% de la población de la provincia se encuentra en una situación de integración social precaria, un término que sitúa a este alto porcentaje de personas "al filo de la navaja", tal como expresó el director de Cáritas de Jerez, Francisco Domouso, es decir, en el límite próximo a la exclusión o con un elevado riesgo de vulnerabilidad social. Este porcentaje es mucho más elevado que el de Andalucía, donde un 44% de la población se encuentra en esta situación de integración precaria y que el de España, con un 41%. De hecho, aunque a nivel de todo el país, el informe constata que los hogares que tienen una integración social plena han pasado a ser minoría, en la provincia la realidad es mucho más alarmante ya que sólo un 20% de los ciudadanos o uno de cada cinco hogares, disfrutan de una integración plena frente al 34%, por ejemplo, de Andalucía.

Cáritas atiende a 65.000 personas entre la provincia y Ceuta y en estos últimos tres años se han implantado nuevos perfiles de personas que demandan asistencia, según dijo Emilio López, de Cáritas Española, quien destacó que para la mitad de los que recurren a esta institución a pedir ayuda, Cáritas es la primera puerta a la que llaman.

En el caso de la población atendida en la diócesis de Jerez entre 2011 y 2013, el análisis pone de manifiesto que cada vez son más las personas de nacionalidad española, que representan ya el 92% del total, las que demandan ayuda, mientras que los ciudadanos extracomunitarios ha visto reducido su peso en la intervención. Con respecto a la situación legal de los participantes en la encuesta, destaca que del pequeño porcentaje de personas con nacionalidad diferente a la española, un 22% se encuentra sin permiso de residencia desde hace más de un año, lo que dificulta la reinserción laboral y por consiguiente la creación de una fuente de recursos. No obstante la mayoría de las personas atendidas no españolas posee permiso de trabajo y residencia (el 33%) o bien permiso de residencia (44%).

Además, el 51% de los hogares donde Cáritas interviene están formados por parejas con hijos, y con respecto a los ingresos familiares, el 67% cuenta con ingresos, sobre todo, derivados de prestaciones de desempleo de una o varias personas que conviven en el hogar, pensiones de jubilación o viudedad o ingresos derivados del trabajo.

Ligado a lo anterior, la mayor parte de las personas atendidas no se encontraban realizando ningún tipo de actividad económica la semana previa a la encuesta pese a que el 71% sí estaba en situación laboral activa. Sólo un pequeño porcentaje, el 17%, estaba desempeñando algún trabajo, pero en su mayoría sin contrato y sin alta en la Seguridad Social. Y aunque el desempleo es la principal puerta de entrada a la pobreza, según remarcó López, a diferencia de los primeros años de la crisis, se constata que cada vez más las personas que se acercan a esta institución tienen algún tipo de trabajo, pero con salarios que resultan claramente insuficientes para llevar una vida digna.

El apoyo social es otro de los temas abordados en el estudio y como aspecto positivo, el 62% de las personas manifiesta contar en el momento de la encuesta con apoyo de familiares, mientras que el 57% tiene apoyo de otras asociaciones y organizaciones. Aunque sea en menor medida, algunas personas (el 16%) cuentan también con la ayuda de amigos. Los responsables de Cáritas llaman la atención sobre el hecho de que en los últimos años el apoyo recibido de la Administración Pública ha ido descendiendo.

El informe concluye con una serie de propuestas para la transformación de la acción que lleva a cabo Cáritas, orientadas por un lado al análisis de la realidad, a la intervención, a la coordinación interna, la coordinación con otras entidades sociales y las Administraciones y por último, a la comunicación en la sociedad.