El principio de un gran año
CUANDO has pasado un año difícil, con problemas de salud, problemas económicos o problemas familiares, es fácil desear que el nuevo año sea al menos un poco mejor. Son fechas en las que te resulta difícil vencer la tentación de leer los pronósticos para tu signo zodiacal o hacer alguna llamada a algún especulador de los naipes para que te ofrezca algo de esperanza. Sin embargo, la ciencia ha demostrado una y otra vez que nuestro signo zodiacal no nos asegura un futuro determinado, al igual que tampoco determina, en absoluto, nuestra personalidad.
James Randi, un famoso escritor canadiense, realizó un esclarecedor experimento que consistía en utilizar una carta astral de alguien elegido al azar, dándosela luego a cientos de personas haciéndoles creer a cada uno que era el resultado del estudio que se les había realizado. Más del ochenta por ciento de estas personas creían que los resultados describían adecuadamente su personalidad.
Por su parte, uno de los psicólogos más prestigiosos del Reino Unido, junto a dos colaboradores, (Clarke, Gabriels y Barnes, 1996), partiendo de la idea propuesta por la astrología de que la posición de la luna o el sol en el momento de nacimiento podía determinar los rasgos de personalidad, estudiaron la personalidad de 190 estudiantes universitarios en relación a su fecha y hora de nacimiento y la posición del sol y la luna en ese momento. Los resultados mostraron una relación entre extroversión y momento de nacimiento con posición del sol o luna en signos positivos, pero ninguna otra relación fue significativa. Por lo que concluían en su artículo publicado en la revista de Journal of Psychology, que no podía confirmarse que los signos zodiacales determinaran de forma alguna la personalidad.
Más recientemente, otra prestigiosa revista científica, Personality and Individual Differences, publicó un artículo de un estudio realizado por Hartmann, Reuterb y Nyborga (2006), donde estudiaron dos grupos de personas, uno de 4000 personas y otro formado por 11.000 personas. A pesar de que revisaron algún estudio que encontró rasgos de extroversión mayores en personas nacidas entre los meses de octubre y marzo en un grupo de 440 personas (Joinson y Nettle, 2005), el estudio concluía que no existen relaciones entre el momento de nacimiento y los rasgos de personalidad o el nivel de inteligencia.
A la luz de estos datos, nuestra recomendación es que pienses en qué puedes hacer para que tu vida sea mejor o incluso para que siendo la misma te puedas sentir mejor. Recuerda que puedes centrarte en agradecer lo que tienes en lugar de sufrir por lo que te gustaría tener. Busca el momento para resolver los problemas y toma decisiones, no esperes a que se resuelvan solos.
En definitiva, se trata de tener claro que puedes hacer mucho para que el 2016 sea un gran año.
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