Más de 25 años de cárcel al asesino de una mujer a la que descuartizó y arrojó en un pozo en Jerez
El jurado lo declaró culpable tras un juicio donde no solo reconoció los hechos sino que no mostró arrepentimiento alguno
El cuerpo de la víctima, que era de nacionalidad iraní, fue hallado unos dos meses después de denunciarse su desaparición
El asesino confeso de una mujer a la que arrojó a un pozo en Jerez no se arrepiente: "Si volviese a nacer, la volvería a matar"
La sección jerezana de la Audiencia Provincial ha condenado a Miguel M. M. a 25 años y cinco meses de prisión por el asesinato de una mujer de nacionalidad iraní a la que mató y posteriormente desmembró para poder ocultarla en un pozo situado en un paraje próximo al Cortijo de Ducha, al norte del término municipal de Jerez. El juicio se celebró a finales de diciembre y el jurado declaró la culpabilidad del ahora condenado, que no solo confesó lo ocurrido sino que no mostró arrepentimiento alguno por ello. No obstante, el fallo no es firme y puede ser recurrido ante el TSJA (Tribunal Superior de Justicia de Andalucía).
Tal y como declaró probado el jurado, en la mañana del 6 de julio de 2023, el asesino recibió una llamada de la víctima para mantener relaciones sexuales en su vivienda, situada en la zona de Picadueñas. Aunque inicialmente hubo un acuerdo sobre el precio convenido, ya en la vivienda hubo una discusión entre ambos por el precio a pagar y, según el condenado, la víctima le amenazó con denunciarle por violación. Tras esto, la invitó a que fuera a fumar a otra instancia de la vivienda, momento que aprovechó para golpearla hasta tres veces en la cabeza y por la espalda con una machota. Ya en el suelo, volvió a golpearla con esta herramienta y, finalmente, la hirió de muerte con un cuchillo. Una vez muerta, la desmembró, metió sus restos en varias bolsas de basura y se la llevó en su vehículo hasta el paraje del Cortijo de Ducha arrojándola finalmente a un pozo y ocultándola con escombros.
La hermana de la víctima denunció su desaparición y, tras las primeras indagaciones, la Policía comenzó a sospechar del ahora condenado, aunque no logró localizar el cuerpo sin vida de la víctima hasta casi dos meses después. Fue en una de las veces que Miguel M.M. acudió al pozo —su vehículo, por entonces, ya contaba con un dispositivo de seguimiento instalado por la Policía Nacional— para arrojar más piedras sobre el cuerpo para que siguiera oculto.
El condenado ya confesó el crimen cuando fue detenido y puesto a disposición judicial por lo que permanece en prisión desde finales de agosto de 2023 cuando fue detenido en las inmediaciones del paraje donde semanas antes había arrojado los restos. Y en la vista oral volvió a reconocerlo sin mostrar arrepentimiento alguno. De hecho, en varias ocasiones llegó a decir que "si volviese a nacer, la volvería a matar” justificando esa animadversión hacia la víctima en la mala relación que, según él, esta tenía con su familia y en la amenaza que le hizo de denunciarle por violación aquella jornada.
La Audiencia establece una condena de asesinato con alevosía ya que, para empezar, reconoció "expresa y contundentemente los hechos". En el juicio no fue necesario practicar más prueba más allá de la declaración del acusado puesto que se aceptó el escrito de acusación de la Fiscalía. De hecho, ni siquiera fue preguntado por las partes ya que el ahora condenado pidió la palabra para intervenir y describir lo que ocurrió aquella mañana. Además, el tribunal ha tenido en cuenta que este ya había sido condenado a 15 años de cárcel por el asesinato de otra persona en Almería a principios de este siglo, cuya pena terminó de cumplir a mediados de 2021.
Ahora bien, a esto se suma la condena por el delito contra los sentimientos religiosos y el respeto a los difuntos al descuartizar a la víctima y arrojarla a un pozo tras asesinarla.
El tribunal condena también a indemnizar a la hija de la víctima con 150.000 euros y a la hermana con 60.000 euros.
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