El lobby para la protección del origen del vino gana nuevos adeptos en EEUU
La coalición 'Wine Origins', con participación activa del jerez, lanza una nueva ofensiva contra los "usurpadores" de indicaciones europeas
La alianza suma adhesiones de congresistas a su causa
Jerez/El reconocimiento de las denominaciones de origen de vinos en Estados Unidos es su lucha. No es tarea sencilla, pero cada paso, por pequeño que sea, sabe a victoria. La coalición 'Wine Origins', lobby abanderado por Jerez, Oporto y Champagne que agrupa a más de una veintena de regiones vinateras europeas, americanas y australianas, sigue adelante con sus acciones para acabar con sus imitadores norteamericanos.
El Consejo Regulador del jerez, representado por su director César Saldaña, ha tenido una participación activa en la nueva ofensiva protagonizada días atrás por esta gran coalición del vino para avanzar en la protección de las indicaciones protegidas.
El principal logro de esta alianza ha sido "abrir una brecha en la hasta ahora monolítica posición de la industria americana del vino, dominada por compañías como Constellation, Gallo o Corbell, agrupadas en el Californian Wine Institute y principales usurpadoras de las denominaciones Port, Sherry o Champagne", señala el Consejo en un comunicado, en el que se congratula de que "los legisladores norteamericanos hayan empezado a escuchar la opinión de aquellos productores que, cada vez en mayor número, creen que los nombres de origen de los vinos deben de protegerse, tanto fuera como dentro de las fronteras norteamericanas".
La nueva ronda de actividades de 'Wine Origins' arrancaron el pasado día 5, donde con ocasión de la feria Vinexpo de Nueva York se presentaron en una rueda de prensa multitudinaria los resultados de una encuesta desarrollada por la compañía GBA Strategies por todo el país, que arroja que 94% de los consumidores norteamericanos de vino apoyan reformas legislativas que conduzcan a una mayor protección de las menciones de origen, de forma que el etiquetado no de lugar a equívocos sobre al auténtico lugar donde se elabora el vino. Tras la rueda de prensa hubo una degustación de vinos de los miembros de la alianza, entre los que se incluyó una selección de cuatro jereces.
Posteriormente, los miembros de la coalición se trasladaron a Washington, donde mantuvieron una serie de encuentros con una nutrida representación de senadores y congresistas con el fin de hacerles llegar la posición de apoyo a la protección de las denominaciones de origen, tanto americanas como europeas. En este línea, se solicitaron y obtuvieron importantes adhesiones -tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes- para una resolución presentada a iniciativa del congresista de Oregón Earl Blumenauer, que pone en valor el sistema americano de las AVA´s (American Viticultural Areas), equivalente a las denominaciones de origen europeas. Tras la maratonianas sesiones con los miembros de las cámaras y con medios de comunicación de relevancia, como el New York Times o Politico, la delegación mantuvo igualmente una importante reunión con altos representantes de la US Trade Representative, la agencia norteamericana de comercio internacional.
La jornada finalizó con una nueva degustación de vinos de las regiones de la alianza, entre ellos el jerez, en el emblemático edificio Rayburn, de Capitol Hill, a la que asistieron más de trescientas personas de las cámaras legislativas, la administración americana y la representación diplomática europea en Washington.
En su nota, la institución jerezana del vino recuerda que "Europa pagó un precio muy alto al aceptar el mantenimiento de los derechos de los productores americanos que -a la fecha de la firma del Wine Accord, 1 de marzo de 2006- tenían etiquetas registradas con nombres como Chablis, Port, Champagne o Sherry".
En virtud del acuerdo comercial específico sobre vinos firmado por la Unión Europea y Estados Unidos se autorizaba el uso de 1e nombres 'semigenéricos' -la legislación de EEUU considera que el nombre de estos vinos, precisamente los de las indicaciones europeas más prestigiosas, no responde a su origen, sino a la forma de elaborarlos-, asociados a una localización, es decir, se hacía una foto fija de lo que ya había prohibiéndose la comercialización de nuevos productos.
Pero aunque el acuerdo preveía un plazo para el abandono de esos 'semigenéricos', los norteamericanos incumplieron lo pactado e hicieron lo imposible por evitar volver a negociar. "Esto supone en la práctica que denominaciones como Jerez, Champagne, Oporto o Burdeos coexistan en el mercado norteamericano con sucedáneos locales que hacen uso indebidamente de sus respectivas denominaciones de origen. Las diferencias en precio y en calidad con los vinos originales son abismales; pero ello no hace sino agravar aún más la situación, pues para muchos consumidores americanos sin los debidos conocimientos, el término 'Sherry' alude a productos de ínfima calidad, habitualmente utilizados para cocinar".
Con el fin de modificar esta "injusta" situación, y ante las dificultades de la negociación bilateral, las denominaciones europeas históricas, con Jerez, Champagne y Oporto a la cabeza, impulsaron la coalición, en la que tienen cabida las regiones vinícolas americanas más prestigiosas, para demostrar que el modelo europeo de denominaciones de origen era también interesante para la industria americana del vino y para los consumidores americanos. A aquella primera 'Declaración por la protección de los nombres de origen', firmada en Napa (California) en 2005, se han sumado ya 23 regiones de Europa (Burdeos, Borgoña, Chianti Clásico, Rioja, Tokay y Chablis), Canadá, Australia y, lo que es más importante, hasta diez regiones vinícolas de Estados Unidos, como Oregón, Long Island o Sonoma.
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