Fundador, ¡está como siempre!
El Rebusco
Este año celebra su 150 aniversario
Un brandy que ha hecho historia
'No quiero nada mejor que el Fundador de Domecq de 1874'.
George Saintsbury, en 'Notes on a cellae-book', 1920.
CUANDO se estudia el periodo crítico que vivió la industria vitivinícola de la comarca del jerez en la segunda mitad del XIX, hay historiadores, como el portuense, Javier Maldonado, que la producción de brandy compensó la caída de ventas de los vinos, teniendo un efecto económico multiplicador (impulso del embotellado, ...), evitando la pérdida de empleo e incidiendo en la modernización del sector.
En torno al origen del brandy Fundador hay una historia singular que el tiempo ha ido adornando, a falta de una documentación contrastada y fiable.
Pero lo que sí se puede afirmar es que Pedro Jacinto Domecq Loustau (Usquain, Sauveterre (Francia), 1824 – Sainte Gladie, Bearn (Francia), 1894), es el principal impulsor de la elaboración del brandy de Jerez, –aguardiente vínico envejecido en botas de roble americano envinadas con jereces, mediante el sistema de criaderas y soleras–, que en pocos años llegó a convertirse en el factor de renovación y consolidación de la vinatería jerezana.
La tradición cuenta que el origen del brandy jerezano fue el resultado de una serie de hechos fortuitos que tuvieron lugar allá por el año de 1867. Pedro Domecq Loustau recibió el encargo de elaborar 500 bocoyes de alcohol de gran calidad, pero llegado el momento, el cliente no pudo hacer frente al pago, por lo que el pedido fue almacenado en las botas en las que se criaba el vino de Jerez.
Para llevarlo a cabo contó con un aparato especial en el que se estaba haciendo unas pruebas, invento de un francés llamado Maese Pedro Alegre, el cual se había instalado en las bodegas de la Pueta de Rota.
Pasado el tiempo, el bodeguero descubrió que el aguardiente se había transformado en un extraordinario licor dorado y de penetrante aroma, que bien podía competir con un buen coñac francés.
En 1874 Domecq lanzaría al mercado Fundador, el primer brandy producido y comercializado en España, de ahí su nombre.
Una nueva era
Actualmente la compañía está en manos del magnate filipino, de origen chino, Andrew Tan, artífice de la gran transformación experimentada por la antigua Domecq en los últimos años.
Bodegas Fundador pertenece a Emperador Distillers, parte del holding filipino de la familia Tan. El Grupo es líder mundial en el mercado del Brandy y el mayor fabricante de bebidas espirituosas y licores.
Cuando el empresario se hizo con Fundador, en noviembre de 2015, lo primero que hizo fue conocer en persona las instalaciones adquiridas así como al personal responsable de las mismas.
A los periodistas contó que el día de su graduación por la Universidad de Filipinas, su padre lo celebró abriendo tres botellas de ‘Fundador’, contenido que compartió con sus mejores amigos.
Desde entonces, ‘Fundador’ ha formado parte especial en todos los eventos en los que se reúne la familia.
Anuncios para el recuerdo
Tal ha sido la fama de este destilado jerezano que en 1988 el grupo de música español, Mecano, lo incluiría en la letra de su conocido tema ‘No hay marcha en Nueva York’. Canción compuesta por José María Cano, para el álbum ‘Descanso dominical’.
Una de las estrofas decía así: ‘Me marcho a Nueva York / con la botella de Fundador / me marcho a Nueva York / con la navaja de explorador’.
En 1965, en la portada del LP, ‘Juerga gitana’, vemos a un pensativo Manolo Caracol sentado ante una mesa con una botella de Fundador.
La de los 60 fue una década espléndida para la compañía. La televisión en España había nacido en 1956. En los inicios de esos años, los Estudios Moro realizó el primer filmlet publicitario para cines con la mascota de Fundador, ‘Don Pedrito’, que rápidamente se convirtió en el popular reclamo de la marca del coñac de Pedro Domecq. Este popular personaje fue el encargado de promocionar las campañas del disco sorpresa de Fundador, iniciada en 1962. Se mantuvo hasta comienzos de los años 70.
De sus modernos estudios nacería la figura de ‘Don Pedrito’, también conocido como ‘zapatones’, idea que atribuyen a Josetxu Gardoqui, director de la Agencia de publicidad Alas. Un reclamo publicitario que enseguida se hizo muy popular en los filmlets de los cines y la televisión, como en las páginas de revistas y diarios.
Su eslogan, difundido por las emisoras de radio, era canturreado por todos: ‘Está como nunca / el coñac que mejor sabe, Fundador / porque es seco y suave, Fundador / Está como nunca...Fundador’.
Su simpática figura, con una cabeza desproporcionada en relación a su cuerpo, se vincularía, al principio, con la otra campaña del regalo del disco sorpresa. Esta iniciativa duraría desde 1962 hasta 1973.
Tal fue su éxito que en 1964 la editorial Bruguera adquirió los derechos de explotación en sus publicaciones para el público joven, encargando a Francisco Ibáñez el trabajo de llevarlo a las páginas del tebeo. A partir de 1967 este trabajo lo harían otros dibujantes. Su primera aparición fue en el número 185 de ‘Tío Vivo’.
Este ‘Don Pedrito’, que está como nunca, así se encabeza la tira de las viñetas, no anunciaba el brandy en los tebeos, tal como hacían otros personajes con otras marcas.
¡Está como nunca!
De la mano de Gardoqui y José Luis Borau, la joven Patty Shepard, hija de un oficial americano destinado en Torrejón, se hará conocida en toda España gracias a los anuncios del brandy jerezano.
Su atractivo rostro la convertiría en la musa de la casa, disparando el consumo del Fundador a mediados de los 60.
Los discos sorpresas, que iban cambiando su diseño de portada cada temporada, contenían aquella sintonía previa: ‘Redondo es el disco sorpresa de Fundador, redondo es el placer del que bebe Fundador, redondo es su sabor, que está como nunca’. Una creación del compositor Augusto Algueró.
La actriz, que falleció en Madrid el 3 de enero del 2013. llegó a ser una habitual del cine español de los 70 y 80.
Cuando a finales de los 60 Shepard dejó la publicidad por el cine se quiso buscar una sustituta. La encontraron en la modelo finlandesa, de veinticuatro años, Sussy Lindberg. Sin embargo no consiguió el éxito esperado.
También el actor jerezano Antonio Pica participó en la promoción del Fundador para su difusión entre un público más joven en forma de combinado.
La impronta creativa del diseño para carteles promocionales la dejaron artistas como Dionisio Nadal, Sáenz de Tejada, Saavedra o Balbuena.
Literatura
El poeta Rafael Alberti cuenta en su libro de memorias La arboleda perdida, escrita en 1959, como muy joven fue agasajado por el mismo marqués de Domecq, admirado por el igenio del joven, con ‘diez flamantes billetes de 500 pesetas’. El motivo el poema que le dedicó.
En una de las estrofas exalta al brandy Fundador:
‘Presida siempre en la celeste altura/ de los más encendidos comederos/ este que es por su lustre y su finura/ dios de los verdaderos bebedores/ y tributos le rindan y respetos/ el Extra y el Tres cepas, sus dos nietos’
Siendo el exquisito escritor británico Robert Graves el que haga mención al mismo en uno de sus relatos cortos: ‘...and a bottle or two of my own Domecq Fundador’.
Un brandy de película
La técnica publicitaria conocida como brand placement, o publicidad por emplazamiento, consiste en incluir un producto, marca o mensaje dentro de la acción narrativa, en este caso de un film de ficción.
Esto es un hecho muy conocido en la actualidad, cuando se trata de grandes producciones de Hollywood.
Sin embargo, ver las botellas de Fundador en producciones cinematográficas nacionales era habitual en los años 40, aunque no disponemos de información para saber de qué manera se relacionaban los representantes de la bodega jerezana con los productores y directores de cine, o si simplemente se elegía al azar.
En la memoria colectiva de aquellos que vivieron los años `70 está grabada la escena de la película de José Luis Borau, ‘Furtivos’ (1975), en la que Lola Gaos calma sus ansias con una copa de brandy Fundador.
Presencia que se repetiría en ‘Un, dos, tres... al escondite inglés’ (1969), producida, mira por donde, por Borau y con la actriz Patty Shepard.
Esto no fue un hecho aislado, sino que lo podemos encontrar en otros títulos nuestro cine. La más antigua donde aparece Fundador es en ‘El Frente de los suspiros’ (1942), de Juan de Orduña.
Se puede hacer un seguimiento en aquellos títulos donde las historias se desarrollan en ambientes militares, como ‘Balarrasa’ (1951), ‘El frente infinito’ (1959), o ‘Los novios de la muerte’ (1974); o bien las de dramas sociales y policiacas: ‘Hay un camino a la derecha’ (1953),‘Distrito quinto’ (1957), ‘Los atracadores’ (1962), o ‘A tiro limpio’ (1963).
En el cine mexicano lo podemos ver en diversos títulos de los años 40 y 50, destacando la que dirigió el mismo Luis Buñel en 1947, ‘Gran Casino’, con Jorge Negrete.
Los ejemplos en las cinematografías de otros países son escasos, pero no por ello menos importantes. De Inglaterra es la historia que se desarrolla en la España de la segunda mitad del XIX, ‘Caravan’ (1947), con el galán Stewart Granger, o bien, de Estados Unidos, la gran superproducción ‘Fiesta’ (The Sun Also Rises,1957), adaptación de la novela de Ernest Hemingway, que ya lo refiere en sus páginas.
En este caso es el mito de Hollywood, algo desmejorado, Errol Flynn, el que disfruta del brandy en el cuarto del hotel de Pamplona, en pleno sanfermines.
Y cerramos este apartado con el héroe de los westerns, John Wayne, que en ‘El fabuloso mundo del circo’ (Circus World, 1964), de Henry Hathaway, rodada en Barcelona, invita a Rita Hayworth con este brandy.
Lástima que no podamos comprobar en los archivos de la empresa los motivos, comerciales o no, por los que en estas películas aparece la distintiva botella de Fundador.
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