El jerez en las novelas de Rosamunde Pilcher
El Rebusco
Un vino para historias románticas
Sus relatos contienen numerosas menciones al sherry
“Si a la cocina le quitas el olor y el sabor, llegará un momento en el que se perderá”
NO son muchas las mujeres escritoras que han alcanzado el éxito. La mayoría que lo consiguieron las localizamos a partir del siglo XIX y, concretamente, en ámbito de la cultura anglosajona.
Para el caso que nos ocupa, ellas han destacado, sobre todo en la literatura llamada de suspense o policiaca. La más famosa de todas ellas es Agatha Christie. Tanto la maestra del género, como Mary Higgins Clark, P. D. James, Ruth Rendell o Martha Grimes la hemos traído a esta sección por hacer presente en sus relatos los vinos de Jerez.
En nuestro país el caso más relevante, y podríamos decir que excepcional, es la novelista gallega doña Emilia Pardo Bazán, a la que recientemente le hemos dedicado uno de nuestros Rebuscos.
Siguiendo la pista a estas autoras ‘aficionadas al jerez’ hemos dado con la inglesa Rosamunde Pilcher. Esta novelista inglesa está considerada la genuina representante del género romántico, o también llamado ‘rosa’.
Pilcher tiene un público fiel que le ha hecho vender millones de ejemplares en todo el mundo, sobre todo lectoras.
En al menos una docena de sus historias, algunos de sus personajes son buenos aficionados a nuestros vinos, entre los que destaca el Tío Pepe.
Sus libros, como los de las otras creadoras mencionadas, nos proporcionan una información clave a la hora de estudiar el jerez desde un punto de vista femenino.
Una visión esclarecedora de modas y costumbres sociales en torno al jerez desde una perspectiva de género. Un acercamiento muy de actualidad, y del que no hemos podido sustraernos.
Una escritora con éxito
Rosamunde Plcher fue una novelista inglesa de gran fama, especializada en sagas familiares de la clase media británica, casi todas ellas ambientadas en el condado donde nació, Cornwall y sus alrededores.
Después de pasar años escribiendo novelas románticas y relatos de poco éxito, ‘Los buscadores de conchas’ la impulsó a la fama internacional cuando vendió millones de copias traducida en muchos países.
Los dramas domésticos de Rosamunde Pilcher giran en torno a mujeres fuertes que se enfrentan a las vicisitudes de la vida, padres ancianos, hijos descarriados, maridos enfermos y una variedad de problemas domésticos.
Sus novelas y cuentos se vendieron especialmente bien en Alemania, Suiza y Austria. El bello paisaje de Cornualles se convirtió en parte de la cultura popular alemana y provocó una gran afluencia de turistas de aquel país al condado. Este hecho motivó que fuera distinguida con el Premio Británico de Turismo en 2002.
Rosamunde Pilcher nació el 22 de septiembre de 1924 en Lelant, en el norte de Cornualles.
Le fue bien en la escuela, pero en lugar de ir a la universidad se formó como secretaria. Después de la guerra, regresó a casa, y al poco tiempo escapó de la casa familiar para casarse con Graham Hope Pilcher.
A medida que su familia crecía, Rosamunde se sentaba frente a su vieja máquina de escribir colocada sobre la mesa de la cocina y escribía romances e historias cortas ‘rosas y puras’ para Mills&Hoon y más tarde para Collins, ganando unas 1.000 libras esterlinas al año bajo el seudónimo de Jane Fraser.
A principios de la década de 1970, cuando la editorial estadounidense St. Martin´s Press compró un par de sus libros, irrumpió en el mercado norteamericano, ya con su nombre verdadero.
Sus ganancias aumentaron en 20.000 libras al año. Sus observaciones sobre el clan Pilcher y su hábitat le proporcionaron la materia prima para sus argumentos posteriores.
En 1994, un periódico calculó que ella era una de las 10 mujeres con mayores ingresos en Gran Bretaña.
Prolífica escritora con gran oficio, la obra de Pilcher, con una treintena de títulos publicados, se encuadra plenamente en el género de novela romántica. Destaca por la elegancia y delicadeza en la creación de personajes y de sus relaciones sentimentales.
La escritora fue nombrada OBE por la reina en 2002, y la Universidad de Dundee le reconoció sus méritos literarios con el título de doctor honoris causa.
Falleció en Longforgan (Escocia), a la edad de 94 años.
Un vino para historias románticas
Siguiendo un orden cronológico, en una de sus primeras novelas, ‘El tigre dormido’ (Sleeping Tiger), de 1967, ya podemos ver que Selina, personaje central es una buena conocedora del jerez cuando su acompañante (que toma Martini) había pedido para ella su habitual “glass of pale dry sherry”.
Parte de la historia se desarrolla en una pequeña isla cercana a la costa española.
En ‘Días de tormenta’ (The Day of the Storm, 1975), ambientada entre Londres e Ibiza, el vino de Jerez aparece en unas diez ocasiones. Un vino habitual que beben en situaciones alegres (“We drank our sherry, smiling, content with each other”; o bien, agradables, tomando el sol: “We sat out in the sunshine, drinking sherry”.
Se muestra servido en su decantador; “...and pour us both a glass of sherry from the decanter”.
Un año después, lo vemos en tres momentos en ‘Bajo el signo de Géminis’ (Under Gemini), Y de nuevo son las féminas las más proclives al jerez. En un momento dado Flora se lo ofrece a Anna: “Would you like sherry”.
‘Tomillo silvestre’ (Wild mountain thyme) fue puesta a la venta en 1978. Aquí vuelve aparecer ocho veces, compitiendo con el whisky, claro está.
Si en otras ocasiones son las mujeres, no siempre abuelas, las habituales consumidoras, no ha de faltar un representante de Iglesia anglicana que ofrezca jerez a su invitado. Aunque Jock pensaba en un “dark, sweet and warming sherry”, el reverendo Christie solo tiene el tipo pale: “Only the pale kind. Dry as a bone”.
Por otra parte, en ‘Voces de verano’ (Voices in summer), de 1984, uno de los personajes se hace siempre un lío con las copas de oporto y jerez.
Su obra más famosa, y la que más dinero le proporcionó, fue ‘Los buscadores de conchas’ (The Shell Seekers), lanzada en 1987. La elegante pluma de Rosamunde Pilcher recrea un microcosmos de sentimientos enmarcados en unas complejas relaciones familiares. Parte de la historia tiene lugar en Ibiza.
Dos miembros de la familia recuerdan como la madre solía repartir el jerez en “vasos diminutos” (“sherry in tiny glasses”). Reproducimos ‘vaso’ tomándolo de la ridícula manera como la mayoría de los traductores españoles lo hacen al tratar el recipiente que se usa para servir el jerez. Fue adaptada a la TV en 1989 con Ángela Lansbury, y en el 2006 con Vanessa Redgrave.
Pilcher edita ‘Septiembre’ (September) en 1990. Con motivo de una fiesta de cumpleaños, una serie de personajes procedentes de Inglaterra, Estados Unidos, Escocia y España coinciden en el pequeño pueblo de Strachroy. En Escocia, al compás de un ambiente festivo, el destino arrastrará a los protagonistas a situaciones tan dramáticas como sorprendentes.
Y una de las protagonistas, Lucilla, aceptará de buen grado una copa de jerez: “...and gratefully accept the offer of a glass of sherry”.
En este punto terminamos con ‘Flores bajo la lluvia y otros relatos’ (Flowers in the rain and other stories, 1991). En uno de los de ellos, historias de amor e infortunio en torno a dramas domésticos, el jerez es ofrecido en cuatro ocasiones, en 'The Red Dress'.
El Tío Pepe, su jerez preferido
Después de leer las novelas de Rosamunde Pilcher podemos concluir que su jerez favorito es el Tío Pepe, al menos es la marca que más veces aparece en sus historias.
Y lo hace en fecha tan temprana como 1968, en ‘Lazos profundos’ (Another view). Es el que toma la pareja, Emma y Robert como aperitivo a la comida del restaurante: “Two glasses of Tío Pepe while decided what they were to eat”.
Las historias de ‘Alcoba azul’ (Blue Bedroom and other stories, 1985) recrean una Inglaterra rural y apacible, donde se plasma el devenir de sentimientos profundos al compás de la vida cotidiana.
En dos de sus trece cuentos, en ‘El árbol’ y en ‘Una velada para recordar’, se beberá Tío Pepe.
En el primero será Ian el que tome de forma cuidadosa un sorbo de su ‘Tío Pepe’; en el segundo, la señora Alison ofrece al señor y la señora Fairhurst este fino jerezano de González Byass, “Tenemos una botella de Tío Pepe”; exclamando los dos al unísono “¡Qué bien!”.
En otro de sus éxitos literarios, ‘El regreso’ (Coming Home), de 1995, el jerez está en boca de los personajes en diferentes situaciones, más de una docena. Estamos en la Inglaterra de 1935.
Sin embargo, en esta ocasión, Pilcher tiene una pequeña confusión cuando describe el contenido de una caja para regalos en Harrods: ‘Harvey´s Tio Pepe sherry’.
Hasta en su última novela ‘Solsticio de invierno’ (Winter Solstice), publicada en el 2000, incluirá el jerez cuando sea Carrie la única que pida un ‘Tío Pepe’ en el restaurante italiano (“Tío Pepe for herself”).
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