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El jerez se pasea en tranvía

La publicidad del vino y el brandy

Un tranvía de doble cuerpo de Barcelona anuncia Valdespino en los años ‘60.
José Luis Jiménez García

17 de marzo 2025 - 03:30

Para anunciarse, los bodegueros del Marco de Jerez han contado con una variedad de soportes a lo largo del siglo XX. En este sistena de comunicación intervienen en gran medida los medios de comunicación de masas como las revistas ilustradas, el cine, la radio o la televisión; sin olvidar otras fórmulas más tradicionales, pero no por ello menos efectivas, ya sean paneles cerámicos, carteles, vallas, letreros, notas de precios instalaciones con luces de neón, y el propio etiquetado de las botellas.

Los creativos y las agencias de publicidad han jugado un papel importante en todo ello.

Como se dice en la introducción del libro colectivo, Imágenes y representaciones de los vinos del Marco de Jerez (2024): “En la construcción del imaginario colectivo influyen decisivamente los medios que utilizamos para comunicarnos, para representar una idea, sea del tipo que sean: mediante la palabra o la imagen -pintura, literatura fotografía, coplas, representaciones simbólicas... -, que tanto históricamente, como en la actualidad, hacen accesible la información y la idea que queremos transmitir’’.

Fotograma del film de Trueba 'El embrujo de Shanghai' (2002).

En esta historia de la cultura de los vinos y brandies de Jerez aún queda mucho por hacer, sobre todo en el periodo del último siglo. Seguimos estancado en el siglo XIX, tal vez por ser el momento de mayor esplendor de nuestros vinos.

Desde estas páginas de mis ‘Rebuscos’ he planteado el reto a los investigadores locales, y qué mejor para la ocasión que subirnos a un tranvia, de aquellos eléctricos (y algún que otro viejo autobús que los sustituyeron) que circularon por las principales ciudades de España entre finales del XIX y la primera mitad del siglo XIX. Una imagen que añoramos.

Tranvia eléctrico de Valencia con Terry, años `50.

Poco tiempo atrás los medios de transporte eran los caballos y los vehículos a vapor. Todo comenzó en 1877 cuando se promulgó la ley de ferrocarriles y tranvías, que reemplazaba a la ley anterior de 1855. Esta nueva ley permitía la creación de redes de ferrocarril de ancho métrico y de menor longitud que las redes principales, algo que reducía su coste de construcción y de materias móviles, así como sus costes de mantenimiento.

En una publicidad de los años 20, de la Compañía del tranvía de Cádiz que hace el servicio entre Cádiz a San Fernando y la Carraca, se ve un vehículo en pleno centro de la ciudad, junto al puerto, donde se puede leer: ‘vinos, coñac y champagne de Pedro Domecq’.

Publicidad de los tranvías de Cádiz, años `20, con Pedro Domecq.

La referencia más antigua que he podido localizar hasta ahora.

Las fotos aportadas corresponden a las ciudades de Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla y Cádiz, y a las bodegas de Valdespino (la que más invirtió en este tipo de publicidad), Pemartín, Domecq, Bobadilla, Terry, Osborne, Bertola, De la Riva, Palomino & Vergara y González Byass.

Tranvía eléctrico de la Barceloneta a Sarria con González Byass, años `40.

Valdespino, la que más se mueve

Se puede afirmar, por la documentación manejada, que las bodegas Valdespino fueron las que más dinero invirtieron en este tipo de soporte publicitario.

Valdespino en un tranvía barcelonés.

Dos facturas de 1928, de 3 de marzo y de 10 de abril, remitidas por la empresa Tranvías de Sevilla les solicitan las cantidades de 180 y 270 pesetas, por los meses comprendidos entre enero a mayo.

Una carta desde San Sebastián, con fecha de 21 de junio de 1944, para anunciarse en los trenes-tranvías rurales de la Casa J.M.Ribo, y los de las ciudades de San Sebastián y Barcelona, con unas explicaciones muy curiosas del agente inspector Bernardo Hurtado de Mendoza.

Carta de la Compañía Española de Publicidad a Valdespino, 1956.

Finalmente, otra factura de 1956 remitida por la agencia Española de Publicidad por importe de 3.904 pesetas por el servicio prestado en los tranvias de Granada, Sevilla, Cádiz y Madrid.

Es por eso que su brandy 1850, Xerez Quina y el vino Inocente son los habituales en los tranvías de Barcelona, Valencia, Sevilla y Madrid.

Por las calles de Valencia con Valdespino.

El tranvía en España

La primera ciudad en introducir el servicio de tranvía eléctrico fue Bilbao, electrificada en 1896. En 1899, en Madrid y en Barcelona empiezan a funcionar las primeras líneas electrificadas. En Valencia la primera línea se fecha en 1900.

Veterano de Osborne por Valencia.

A partir de entonces los tranvías fueron comunes durante gran parte del siglo XX, pero serían desmantelados en los años 60 y 70, aduciendo razones de entorpecimiento del tráfico por las calles de las grandes urbes o por la posibilidad de accidentes.

Coñac Centurión, de Palomino & Vergara, en un tranvía de Barcelona.

Este medio de transporte circuló por Madrid hasta el año 1972.

Este medio se consideraba muy efectivo en aquellos tiempos. El tranvía tenía gran importancia como medio de transporte, aprovechándose sus espacios para cubrir publicidad de una marca, esto generaba una gran visibilidad ya que formaba parte del paisaje cotidiano de las ciudades de la época.

Tranvía con remolque de Barcelona anunciando Veterano, 1959.

La publicidad exterior se convirtió en un medio complementario.

En el año 1901, la Sociedad Anónima El Tibidabo puso en servicio como transporte público la línea de tranvía cuyo recorrido abarca la totalidad de la avenida, de 1.276 metros de longitud y un desnivel de 93 metros, hasta la estación inferior del Funicular del Tibidabo, espacio conocido como Plaza del Doctor Andreu.

Bobadilla en un tranvía de Barcelona, años `60.

De este reproducimos uno de los tranvías de los años `20 que anunciaba los vinos y coñacs de Jerez Pemartín.

Pemartín se anuncia en el tranvía de la Sociedad Anónima El Tibidabo, años `20.

La ciudad de Sevilla también incorporó pronto el servicio de tranvía electrificados.

En 1899, Sevilla contaba con 145.000 habitantes que, desde 1887, disfrutaban de un servicio de tranvías impulsados por tracción animal, llamados de ‘sangre’.

El 12 de diciembre de 1907, la Compañía Sevillana de Electricidad tomó el control definitivo de la red tranviaria de la ciudad, que, desde entonces, sería operada como un negocio más de la empresa. El 18 de agosto de 1921 constituyó la compañía Tranvías de Sevilla, S.A.

La celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929 en Sevilla sirvió para ampliar y mejorar sus servicios, mediante la creación de nuevas líneas y la prolongación de las existentes.

Aunque en los años cuarenta la red sevillana alcanzó su máximo desarrollo las autoridades municipales empezaron a plantearse su sustitución por los autobuses.

El Ayuntamiento decidió establecer su propia empresa de autobuses urbanos, que el 15 de agosto de 1954 inauguró sus primeros servicios, y el 8 de mayo de 1960 se cerró la última de las líneas tranviarias.

Por Sevilla, la antigua Avenida de José Antonio, luciendo panel de Valdespino.

Dos momentos que aportamos con tranvías, el que pasa junto a la catedral, por la antigua Avenida de José Antonio, con anuncio de Valdespino, y el otro anunciando el brandy Hispano de La Riva, una foto de los años `50 tomada por un tal Wiseman.

De la Riva en un tranvía de Sevilla, años `50.

Paseando por las ciudades

El 103 de Bobadilla por las calles de Barcelona, 1963.

Entre la variedad de ilustraciones gráficas revisadas hay que decir que en Madrid destaca el Veterano, de Osborne, especialmente en autobuses, como el que lleva el coñac Dickens de Bertola de forma muy llamativa, en Barcelona el 103 de Bobadilla, y una antigua muy llamativa con un cartelón de González Byass.

Bertola se pasea por Madrid en un viejo autobús.

En Valencia, junto a la plaza de toros, un tranvía luce en el techo el del coñac Centenario, foto tomada por Peter Willen.

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