Monarquía, república y dictadura en la publicidad del jerez

El Rebusco

Historia en imágenes de tiempos revueltos

Una publicidad condicionada

Por Jerez, las bodegas y las viñas

De Rebusco en Rebusco

Monarquía, república y dictadura en la publicidad del jerez
Oloroso Falange Española, de M. G. Galán.
José Luis Jiménez

26 de junio 2023 - 06:20

En algo más de un lustro España pasó en la década de los años `30 del siglo XX por tres regímenes políticos diferentes, incluida una guerra civil: de la monarquía a la república, y de la república a la dictadura.

Un tiempo convulso y agitado que tuvo sus efectos en las bodegas del Marco de Jerez y, por tanto, en la publicidad de sus vinos y brandies. Al igual que en lo sufrieron los creativos de esas imágenes comerciales.

Esta situación va a repercutir, inevitablemente, en la iconografía del etiquetado, como de otros formatos publicitarios, que las empresas van a utilizar para la promoción de sus diferentes marcas. Siendo un curioso reflejo de los diferentes momentos políticos de aquellos años.

En el tomo III de la obra ' Imagen publicitaria del Marco de Jerez. Un retrato de la época, 1868-1936 (2020)', de la historiadora e investigadora Ana Gómez, la autora dedica un capítulo a estudiar esta época, concretamente el que encabeza como 'Monarquía reinante y sistema republicano. Otros gobernantes según destino'.

Bota de González Byass con la firma de Alejandro Lerroux, 1902.
Bota de González Byass con la firma de Alejandro Lerroux, 1902.

En el mismo indica que: 'El cambio de régimen político que se produce en España con el advenimiento de la Segunda República (1931-1936), tiene una repercusión directa en la publicidad comercial de la época'.

Afirmando más adelante que: 'Este grupo de etiquetas mantiene, por tanto, una función histórica al constituirse en fieles testigos gráficos de la evolución política de su tiempo'; cumpliendo también, 'además de sus esenciales misiones informativa y publicitaria, una función social añadida, por la que aquellos grupos de población, adeptos a uno u otro sistema político, podrían hallar en estas ilustraciones y sus vinos otro nexo más de cohesión grupal, que funcionaría vinculando a todos los miembros afines a cada ideología'

El anuncio que hemos encontrado en la prensa local de la empresa de Pedro Naranjo así queda reflejado en su sencillez e impacto: 'Republicanos, pedid coñac 'República Española' y Manzanilla 'República'.

¿Publicidad o propaganda?

En el 2007 el Círculo de Bellas Artes de Madrid organizó una exposición que tituló 'Posguerra, publicidad y propaganda, 1936-1939'. Contó para la misma con Susana Sueiro Seoane, responsable a su vez del ilustrado catálogo.

De ese periodo escribe que: 'Fue tal la intromisión de la España Nacional en las diferentes esferas sociales, tal la politización de la vida social durante la primera fase nacional-sindicalista del franquismo que los anuncios y carteles comerciales fueron en muchas ocasiones simples derivados del cartel político. El régimen de Franco vivió entre 1939 y 1943 una etapa de euforia totalitaria.

Abundando que: 'No solo los carteles de propaganda del régimen sino también la publicidad comercial se llenó de banderas y de los colores predilectos - sobre todo el rojo y gualda - de los nuevos gobernantes'.

Coñac Requeté, de Palomino & Vergara.
Coñac Requeté, de Palomino & Vergara.

Y, por supuesto, también hay una profusa utilización del escudo oficial con el águila imperial, el yugo y las flechas de los Reyes Católicos y el lema 'Una, Grande, Libre

La iconografía oficial del nuevo Estado sería explotada hasta la saciedad. En primer lugar, la bandera nacional bicolor, roja y gualda, 'los dos colores benditos, sin mezcla de morado alguno'.

El Estado franquista, a través de la censura, revisó y corrigió todos los contenidos difundidos a través de los medios de comunicación, incluidos los publicitarios, con un celo reglamentista impresionante a juzgar por la numerosa documentación conservada en el Archivo General de la Administración.

En cualquier caso, a pesar de la gran cantidad de solicitudes denegadas, las páginas de los periódicos aparecieron plagadas de publicidad que utilizaba nombres y eslóganes alusivos a la España nacional victoriosa: 'triunfa, 'invicto', Patria', Patria hispana, 18 de julio`, 'Cruzada'... y, por supuesto, 'imperial' e 'imperio'.

La política del Jerez

'El rey Alfonso XIII será el monarca que mayor número de veces vendrá a Jerez: 'Estas visitas, además de promocionar la industria vinatera de la comarca, sirven al rey para reencontrarse con algunos bodegueros, amigos personales, que comparten y le acompañan en sus aficiones favoritas: la cinegética y los caballos'.

Lo mismo hicieron sus predecesores Fernando VII, Isabel II y su padre el rey Alfonso XII. Todos ellos dejaron su firma en viejos toneles de vino de las empresas más emblemáticas de la zona.

Las visitas de estos monarcas tenían como principal finalidad reconocer la labor desarrollada por los principales bodegueros y comerciantes del Marco, otorgándoles una serie de títulos y prebendas regias. El jerez, durante el siglo XIX y parte del XX, fue el producto español que más riqueza aportaba a las arcas del Estado. Tal vez por eso los retratos de Alfonso XIII y su esposa, la Reina Victoria Eugenia, fueron los que más se utilizaron por las bodegas para apoyar sus ventas, con el consiguiente título de proveedores de la Casa Real.

Algunas de ellas, en los primeros años de la república, fueron manipuladas tímidamente, mezclándose símbolos contrapuestos.

Etiqueta diseñada por José Luis Torres para un vino que Domecq dedicó a Franco.
Etiqueta diseñada por José Luis Torres para un vino que Domecq dedicó a Franco.

Un caso curioso es la etiqueta de coñac Tres Torres, de las bodegas del Duque de Almodóvar del Río, es decir Sánchez Romate, que una vez proclamada la II República modificó la misma cambiando un color de la bandera y el escudo de la Casa Real por el del nuevo régimen. O bien la de Bobadilla y Cía., que mostramos aquí con la figura de la reina Victoria Eugenia.

Otro llamativo ejemplo es la adaptación del popular cartel creado por José Mongrell en la primera década del siglo XX para el Ponche Español de J. Ruiz, y que Carlos Ruano Llopis retocó y actualizó en algunos aspectos, como la borla que adornaba la botella, que de rojo y gualda pasó a ser la tricolor republicana.

Son numerosos los ejemplos de etiquetas donde se representa el escudo de la República, para lo que traemos la de Bruguier y Trujillo.

La llegada, de forma casi inesperada, de la II República y la posterior Guerra Civil, que concluyó con la dictadura de Franco, se puede observar a través del imaginario publicitario generado por los artistas en connivencia con los empresarios del jerez, tal como podemos ver en la etiqueta del oloroso Falange Española, de las bodegas M. Gil Galán.

Imperial Toledo de González Byass.
Imperial Toledo de González Byass.

O bien, el coñac Requeté, de Palomino & Vergara, sin olvidar el amontillado de Domecq, Alcázar; el vino de héroes, Imperial Toledo; de González Byass, y La España Triunfal, de Manuel García Monge.

En plena Guerra Civil, las bodegas de González Byass, gracias a la eficaz labor del que fuera su responsable de publicidad durante muchos años, Luis Pérez Solero, lanzó una activa campaña a favor del bando nacional, militarizando al Tío Pepe con consignas como: 'Lo único que no han podido destruir los rojos', o 'González Byass no engaña. El Tío Pepe es el vino de los soldados de España'.

Estas mismas bodegas ya no volvieron a recuperar, pasada la contienda, el nombre original de su oloroso dulce, Solera 1847, que la República censuró por hacer referencia al monarca: Solera del Rey 1847.

Publicidad con 'mensaje oculto' del brandy Soberano.
Publicidad con 'mensaje oculto' del brandy Soberano.
Etiqueta de Bobadilla en tiempos de transición.
Etiqueta de Bobadilla en tiempos de transición.

Por otra parte, los franquistas no tuvieron más remedio que aceptar, a regañadientes, que González Byass realizara las campañas de su brandy Soberano, adornando la botella con corona real, cetro y capa de armiño. Una manera muy sutil de definirse ideológicamente una vez pasada la página más negra de nuestra historia.

Gonzaáez Byass aún muestra al público que visita sus instalaciones las botas firmadas por los republicanos Alejandro Lerroux en 1902, y Vicente Blasco Ibáñez en 1904.

En cambio, la de Franco, está arrumbada en un rincón oscuro con la firma desvaída.

Bella etiqueta de Bruguier y Trujillo con el escudo republicano.
Bella etiqueta de Bruguier y Trujillo con el escudo republicano.

Tanto Lerroux como Blasco fueron homenajeados por diferentes bodegas, reproduciendo sus retratos en las etiquetas de vinos.

Las bodegas sanluqueñas de Barbadillo, además de representar el águila emblema del franquismo, estamparon de manera informal un recordatorio a Queipo de Llano.

Para sus campañas promocionales Domecq contó, ya en los años 50, con la colaboración del gran artista, Carlos Sáenz de Tejada, famoso por sus esculturales y alegóricas figuras de soldados del bando nacional.

Barbadillo con el emblema de la dictadura y el recuerdo a Queipo de Llano.
Barbadillo con el emblema de la dictadura y el recuerdo a Queipo de Llano.

Para Domecq trabajaría, con su peculiar estilo, el jerezano José Luis Torres, del que mostramos una de ellos.

Gran parte de los creativos y diseñadores gráficos de izquierda que sobrevivieron a esta tragedia nacional sufrieron la represión y el castigo, y poco a poco, con gran esfuerzo y sacrificio, fueron imponiendo su arte y buen hacer.

Surgen nombres como el del jerezano Teodoro Miciano, autor de la etiqueta, entre otras de 'Los buenos catadores', de Palomino & Vergara, que fue condenado a veinte años de cárcel menor por auxilio a la rebelión con agravantes.

Etiqueta de las bodegas M. Morales Pareja con el rostro de Lerroux.
Etiqueta de las bodegas M. Morales Pareja con el rostro de Lerroux.

También el destacado dibujante Andrés Martínez de León, que pasado el tiempo sería contratado por Williams & Humbert para realizar unas cartulinas publicitarias para sus vinos, pasó por el mal trago de ser condenado a 30 años de cárcel previa conmutación de la pena de muerte. Fue indultado en la Navidad de 1945.

Posiblemente el más famoso de todos ellos, por la popularidad que alcanzó su obra, el toro de Osborne, sería el portuense, Manolo Prieto.

Durante la Guerra Civil participó activamente en organizaciones republicanas y comunistas, como el Mono Azul. A pesar de este 'rojo' pasado, estas referencias pasaron desapercibidas por el régimen, y ocultadas discretamente por el interesado.

stats