En el reino del 'rey del vinagre'

Acto

El bodeguero Antonio Páez Lobato recibe el reconocimiento de la ciudad, que le dedica una rotonda en la antigua circunvalación.

En el reino del 'rey del vinagre'
En el reino del 'rey del vinagre'
Á. E.

08 de mayo 2015 - 01:00

Hasta cuatro generaciones de la familia Páez se dieron ayer cita en el reconocimiento tributado por la ciudad al bodeguero Antonio Páez Lobato, quien a sus 92 años de edad cuenta desde ayer con una rotonda dedicada en la antigua circunvalación jerezana, en cuyo rótulo, y junto a su nombre, reza el cariñoso apodo 'rey del vinagre', por el que es conocido en su Jerez natal.

El fundador de las bodegas Páez Morilla es el segundo bodeguero con glorieta propia en la avenida Reina Sofía, la antigua circunvalación en la que esta misma semana se inauguró la rotonda de José Estévez de los Reyes, a la que da continuidad junto a la Casa de las Chimeneas la dedicada a este otro jerezano ejemplar y orgulloso de su tierra en esta suerte de nueva 'ronda de los bodegueros'.

Su reino, levantado piedra a piedra y no sin dificultades con la creencia sin fisuras en un producto que avergonzaba a los bodegueros de la época y que hoy está presente en los cinco continentes, se extiende de Jerez a Arcos, donde se asientan la bodega del vinagre y las viñas del Tierra Blanca y el Viña Lucía, con los que fue pionero de los hoy conocidos como vinos de la Tierra de Cádiz, en pleno auge en estos días.

Su reino se asienta en su amplia familia, representada ayer por siete de sus ocho hijos, 27 nietos y algún biznieto que le arroparon en todo momento con numerosas muestras de cariño. Con una sonrisa plena y con la emoción contenida en el rostro, Antonio Páez Lobato destapó con ayuda de la alcaldesa María José García-Pelayo la bandera jerezana que cubría el rótulo entre aplausos de familiares, amigos y representantes bodegueros e institucionales.

Tras el acto protocolario y las fotos para el recuerdo, la comitiva se trasladó a la bodega Páez Morilla en la carretera de Cartuja, donde la alcaldesa desveló que la iniciativa, impulsada por la familia y amigos, ha contado con más de un millar de adhesiones, algo inusual y más si se tiene en cuenta que muchas de ellas las firman colectivos y no personas a título individual.

Pelayo recordó que Antonio Páez lleva toda su vida ligado al mundo del vino, desde que comenzó a trabajar en el despacho de vinos de su padre en la calle Sevilla -'Los Palitos' con sólo nueve años hasta que cedió a sus hijos el mando al frente de la bodega familiar. En su repaso a la vida de Antonio Páez, la alcaldesa significó que en los años 40 montó su propia tonelería, si bien "en 1945 dio un paso fundamental con la compra de soleras de vinagre para empezar a distribuirlo y comercializarlo, convirtiéndose por méritos propios en el 'rey del vinagre' porque con 22 años comenzó a defender las excelencias de un producto que hoy está reconocido en todo el mundo y que gracias a su esfuerzo, es una Denominación de Origen".

En nombre de la familia, su nieta Carmina Rodríguez Páez, agradeció el apoyo de los jerezanos y del Ayuntamiento para hacer realidad una iniciativa que no acaba aquí, pues los familiares ya han encargado el diseño de varios bocetos para completar la rotonda con un monumento, posiblemente una placa en una piedra tallada, y distintos motivos vegetales. "Abuelo, sin rotonda ya eras un orgullo y un ejemplo de luchador incansable para toda tú familia".

El jefe del departamento de marketing de la bodega, Jesús Martín Moreno, abrió el turno de intervenciones con una loa al homenajeado, al que calificó entre otros muchos adjetivos de "único, irrepetible y jerezano" "un inconformista, emprendedor y luchador".

De su dedicación de "toda una vida" a la actividad bodeguera, Marín Moreno destacó que Antonio Páez fue pionero tanto con el Vinagre de Jerez como con los tintos y blancos que ahora se producen en la provincia. "Antonio es un adelantado a su tiempo que ha podido saborear las mieles de su triunfo y que tiene en su familia el mayor tesoro, símbolo del jerezanismo puro que lleva en el alma y que ha paseado por el mundo".

Antonio Páez Lobato presenció toda la ceremonia sin perder detalle desde una silla de ruedas, y aunque las fuerzas sean ya las justas, bromeó con todos los que se acercaron a darle la enhorabuena recordándoles que sus productos siguen dando guerra, como el Tierra Blanca, "con el que nos han dado dos premios este año".

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