El restaurante El Caballo en Jerez reabrirá como hamburguesería gourmet

El emblemático restaurante El Caballo, en Jerez, que cerró sus puertas el pasado mes de junio tras 43 años de vida, reabrirá como hamburguesería gourmet, tal como ha adelantado Radio Jerez de la Cadena Ser. Será de la mano José Antonio Camacho, médico de familia; Emilio Jiménez, farmacéutico, y Antonio Cid, entrenador personal y fisio, que han decidido compatibilizar sus ocupaciones profesionales con la hostelería, y acaban de llegar a un acuerdo con la propiedad del local.

El Caballo era un clásico entre los clásicos de Jerez con sus desayunos, sus tapas, su ensaladilla, sus gambas bechamel, el gallo, las huevas, el brazuelo de cordero o las bocas de La Isla o las gambas al ajillo, que eran los reclamos para una clientela muy fiel, que reservaba mesa incluso con semanas de antelación y que cada Feria de El Caballo y cada Gran Premio de España de Motociclismo abarrotaba su terraza.

Ahora, el menú será otro y el nombre también: Nüvo, además de un lavado de cara radical del local. Nüvo pretende ser un concepto novedoso enfocado a un público heterogéneo, pero con un ticket medio asequible también para un cliente joven. Está inspirado en el modelo de éxito de los locales de Valencia donde se desató la fiebre de las hamburguesas gourmet. Además, cuentan con el asesoramiento de un chef formado en Barcelona, que es quien ha diseñado la carta, en la que además se ofrecerán nachos, alitas, patatas fritas y otros entrantes y complementos, apunta la Cadena Ser. Además de contar con un amplísimo local, su idea es la de aprovechar al máximo el exterior con un gran velador.

El Caballo abrió sus puertas en 1981 con el hostelero Juan Gago, fallecido en plena pandemia, al frente. En 1987 cerró por obras de forma provisional y en octubre de 1989 celebró su reinauguración por todo lo alto. El 12 de julio de 2010 Juan Gago daba el paso de jubilarse y Juan Gallardo y Pepe Olmedo asumieron la responsabilidad de tirar hacia adelante con la gestión del restaurante. Problemas con un alquiler bastante alto y la duración del contrato del mismo que les permitiera llevar a cabo las reformas que necesitaba el local aceleraron el cierre de este restaurante, que dejaba un gran vacío en la plaza que le dio su nombre.