La ruina de los autobuses turcos de Jerez: piezas de baja calidad, continuas averías y sobrecostes de mantenimiento

El 8 de octubre se celebra el juicio donde la empresa municipal Comujesa le reclama a una empresa de renting más 356.000 euros por las averías de los vehículos de la marca Otokar

Un informe técnico advirtió hace más de un año que es insostenible económicamente que estas unidades continúen en la flota de autobuses

La empresa municipal Comujesa cerró 2023 con 1,5 millones de euros de pérdidas

Los nueve autobuses de la marca Otokar, el día de su presentación en el Circuito de Jerez.
Los nueve autobuses de la marca Otokar, el día de su presentación en el Circuito de Jerez.

El próximo 8 de octubre, la empresa municipal Comujesa y la firma de 'renting' de vehículos Fraikin Assets SA están citados en un juicio. El motivo es la reclamación impuesta por la mercantil municipal contra la compañía de alquiler de vehículos por las averías de los autobuses de la marca turca Otokar que le suministró en 2019 para el servicio de transporte público. El importe exigido supera los 356.000 euros.

Inicialmente, la vista oral debería haberse celebrado en abril del año pasado, pero finalmente se ha aplazado hasta el próximo mes de octubre. Comujesa acordó en 2021 abrir un expediente de imposición de penalidad debido a que se vio obligado a retirar temporalmente de la circulación estas unidades por los fallos que se habían detectado cuando aún estaban en periodo de garantía. De este modo, la mercantil municipal demanda, por un lado, unos 266.000 euros por penalización y unos 127.000 euros por los días en los que estos vehículos no estuvieron operativos (un total de 1.334 días para los nueve autobuses).

El anterior gobierno del PSOE licitó a lo largo de 2018 dos licitaciones para renovar parte de la vieja flota de autobuses urbanos. Por un lado, el Ayuntamiento adquirió con fondos europeos nueve autobuses de la marca Mercedes. Mientras, a través de Comujesa, inició un procedimiento de arrendamiento de otras nueve unidades mediante 'renting' por un periodo de 10 años. El concurso público, tras numerosas vicisitudes, se lo llevó Fraikin Assets que ofreció unos autobuses de la marca Otokar de gas natural comprimido. Un año más tarde, se compró otro autobús de las mismas características, aunque esta unidad era la que utilizaba la representante de esta marca en España de muestra.

Sin embargo, estas unidades empezaron a dar problemas muy poco después de que empezaran a circular por las calles de Jerez. De hecho, en agosto de ese año ardió un motor de uno de esos autobuses debido a que los racores hidráulicos no estaban suficientemente apretados y por una fisura en el radiador del hidro ventilador, un fallo que también se detectó en otras unidades por lo que fueron retirados para inspeccionarlos. Sin embargo, con posterioridad a estas inspecciones hubo otros dos incidentes similares en otros vehículos de la misma gama, tal y como apuntaban los informes de los servicios de taller del servicio de autobuses. Ya se apuntaba entonces la escasa fiabilidad de estos autobuses.

Pero los problemas han ido a más dado que se ha detectado que el mantenimiento de estos vehículos es mucho más elevado que otro tipo de autobuses que tiene el servicio municipal de transporte público. De hecho, así lo atestigua informe elaborado a mediados de junio del año pasado por parte de la empresa municipal que alerta de los sobrecostes de estos vehículos de la marca Otokar.

Autobuses "únicos" y de "baja calidad"

En ese informe se apunta de la "peculiaridad" de estos autobuses Otokar de los que se asegura en este informe que son "únicos" en "todo el territorio mundial por sus características. De hecho, se indica que esto provoca que sea el "principal foco de las dificultades" para contar con el material para su mantenimiento, así como el sobrecoste que ello supone, "sin tener en cuenta la baja calidad del vehículo en todas sus dimensiones".

Entre las averías más habituales de estos vehículos se encuentra que el colector de escape (los elementos que conducem los gases de la combustión hacia el exterior del vehículo) se rajan continuamente produciendo fugas que hay que corregir con prontitud ya que pueden generar un incendio. Los servicios de taller de la empresa municipal lo achacan a la aleación de estas piezas, que no soportan las temperaturas extremas. Este problema se ha detectado en "más del 70%" de los vehículos Otokar.

También se ha detectado problemas en los turbocompresores del sistema de escape, con un material que se derrite por las altas temperaturas y provocando que la turbina se bloquee, un fallo que ha aparecido en el 50% de estos autobuses, según el informe. Y a ello se une que se han dado casos de que han estallado los ventiladores de refrigeración provocando otro tipo de daños, así como se ha detectado un deterioro prematuro de la óptica de los faros delanteros, provocando que estos vehículos tengan menos luz al circular. En el informe se advierte de que estas averías "no deberían producirse" en unos vehículos que acaban de cumplir cinco años en circulación.

Un sobrecoste de más de 46.000 euros cada seis meses

El informe de junio del año pasado realiza una comparativa entre el coste del mantenimiento de estos autobuses Otokar con otros de la marca Mercedes que el Ayuntamiento adquirió poco antes de esta operación de renting —estos son también de gas natural comprimido—. En él se apunta que las nueve unidades de la marca Mercedes tienen un coste de mantenimiento cada seis meses de unos 53.400 euros aproximadamente. En cambio, los nueve autobuses de Otokar estas labores suponen un gasto de algo más de 80.000 euros en ese mismo periodo cuando se da la circunstancia añadida que tienen unos ocho meses menos de antigüedad y unos 60.000 kilómetros menos.

A ello se une que el gasto en horas de trabajo de los vehículos de la marca turca se elevan hasta los 43.875 euros cada seis meses mientras que los de la firma alemana no llegan a los 29.400 euros. A ello se une que los primeros requieren de más tiempo de trabajo que los segundos.

Por este motivo, el informe concluye que todos estos gastos hacen "insostenible económicamente" a medio y largo plazo el mantenimiento de estos vehículos en la flota de autobuses, a lo que se suma el "alto coste del material de repuesto, "la imposibilidad de encuentrar material fuera de la marca" y "los tiempos de entrega" ya que solo hay un proveedor en todo el país.

En 2023, la empresa municipal Comujesa se gastó más de 493.000 euros en labores de reparación y conservación de los autobuses, un 41% más que en 2022.

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