El sueño de Lola Flores atesorado en un garaje

Centenario de Lola Flores

Un vecino del barrio de San Miguel ha dedicado parte de su vida a reunir y conservar un sinfín de fotografías, documentos, cuadros, revistas y toda clase de objetos de la artista "porque se lo merecía"

Lola Flores, todo un monumento

Malvido y su mujer,  en su casa juntos mostrando un cuadro de Lola Flores.
Malvido y su mujer, en su casa juntos mostrando un cuadro de Lola Flores. / Miguel Ángel González
María Luisa Parra

22 de enero 2023 - 06:00

"A las ocho de la tarde del día 1 de septiembre de 1979 en el vestíbulo de Hotel Jerez, Doña María Dolores Flores Ruiz, firmó el contrato de compra de la casa Nº 45 de la calle Sol (...). La Faraona dijo: "Gracias por haberme guardado esta joya (...) Se la dejaré a mis hijos o a mis nietos", recoge la antigua cabecera de La Voz del Sur el 2 de septiembre del setenta y nueve del siglo pasado. Y concluye: "El motivo de la compra de esta finca fue que Lola quería instalar su museo siempre que el Ayuntamiento se lo permitiera".

Pero no ha sido así.

Años después, la casa dejó de pertenecer a la artista jerezana. Los verdaderos motivos de este hecho no trascendieron. Lo cierto y seguro es que en la actualidad está en manos de un particular y el tan anhelado museo de Lola todavía no ha abierto sus puertas en plaza de Belén, fuera del barrio de San Miguel donde nació y se crio esta artista inigualable.

Por fortuna, José Manuel Malvido, jerezano vecino de Lola Flores en calle Sol, ha materializado lo más parecido al sueño de La Faraona. Durante décadas ha atesorado lo habido y por haber relacionado con ella. Entre esas joyas se encuentran todos los discos de pizarra publicados de Lola y "casi todos los de vinilo". ¿Cómo, dónde ha logrado recopilar todo? Malvido, aprieta los labios, sonríe, dando así la callada por respuesta. ¿Por qué? "Es un hobby. Yo lo comparto. Aquí me ves contento de poder atenderos y difundir la figura de esta artista irrepetible como fue Lola Flores en España y en el mundo. Bailaba, cantaba, recitaba poemas, pintaba, fue presentadora de televisión... Era una persona fuera de lo normal", argumenta con manifiesta emoción. Recuerda cómo encandilaba a vecinos y a allegados cuando visitaba el barrio: "Yo tenía 17 años menos que ella, todos los niños iban detrás de ella gritando Lola, Lola...”, rememora.

El inventario es amplio y variopinto. Desde calendarios, recortes de periódicos con noticias de la artista, esculturas, abanicos, dípticos de sus actuaciones, botellas de anís en cuya etiqueta se lee 'Flores y Caracol' con la silueta de ambos de la destilería de anisados Constantina. También conserva en su estuche original un fino ‘Lolita Flores’, de la extinta bodega Manuel Becerra. Enmarcado guarda algunos documentos originales privados como el contrato de una actuación en el Teatro Villamarta o fotografías con artistas o personajes públicos como Miguel Primo de Rivera cuando ambos recibieron el galardón 'Esto es España, señores'. También otras imágenes más personales de Lola de niña, firmando una bota de la Bodega de González Byass, o tras el fallecimiento de su madre en la cual aparece junto a su hermana Carmen, otra foto del bar Los Gabrieles donde "paraba ella en calle Larga".

Entre los recortes de periódicos tiene archivada la noticia en la que se informaba sobre cómo los bomberos inspeccionaron la casa donde nació La Faraona porque, debido al hedor que emanaba del inmueble, llegaron a pensar que dentro había un cuerpo.

En este garaje convertido en santuario de la artista, Malvido guarda cuadros de Lola como protagonista y otros pintados por ella misma. "Y ahora te voy a enseñar un cómic de Lola Flores del año ochenta y dos, para que te caigas al suelo", presume. "De Lola lo he coleccionado todo, no es por ronear".

Su admiración por ella se vio acrecentada gracias al padre de su mujer. "Él les animó a actuar en el tabanco de su padre llamado La fe de Pedro, donde están actualmente se encuentran Las Banderillas. Ella tocaba las palmas, con nada que hacía ponía a todo el mundo a sus pies, pero claro, aquí del flamenco no se vivía".

Pese a todos los halagos y las actividades conmemorativas por el centenario de su nacimiento, Malvido cree que no se le ha dado su sitio en Jerez, pese a que Lola Flores hizo más de lo que se suele contar por la ciudad. Considera que hubo cierta "maldad" al interpretar la decisión de Lola de ser enterrada en Madrid. "Ella dijo que quería allí para estar junto a sus hijos y nietos y lo interpretaron como que ella renegó de Jerez. Eso es mentira".

Muestra panfletos para demostrarlo. "Hizo muchísimas cosas por Jerez: actuó en el Teatro Villamarta para recaudar fondos destinados a los niños de sanatorio de Santa Rosalía". Seguimos curioseando, lee otro díptico: "Actuará en el Villamarta con Antonio González en el Festival a beneficio de la Campaña de Navidad en 1962. Para que la gente diga que Lola Flores no hizo nada por Jerez. Lola era una persona que tenía un boquete en la mano y ayudaba a todos los gitanos".

Futuro

A la ardua tarea de coleccionar todo lo relacionado con La Niña de fuego, José Manuel Malvido suma charlas y exposiciones que ha ofrecido de Lola Flores como en el Ateneo de Jerez, o en la Sala Julián Cuadra. "He llevado a Lola por bandera como la artista que era". El día que él falte, deja la tarea de administrar estos bienes a sus hijos. "No pienso darlo ni donarlo, yo disfruto con esto. Es un recuerdo de ella a mi modo, a mi forma y dentro de mis posibilidades. Lola Flores se lo merecía", sentencia José Manuel Malvido.

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