El ataque del ministro a la carne dispara el consumo del chuletón
Sector cárnico-ganadero
Al margen del malestar sectorial, la polémica campaña del ministro Garzón provoca un efecto llamada en el consumidor
El aumento de ventas inicial de hasta el 100% se mantiene, aunque más moderado
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, desató una tormenta mediática el pasado 6 de julio con su recomendación para reducir el consumo de carne, de la que aún no se han apagado los ecos. Bajo el hashtag #MenosCarneMásVida, el ministro enfureció al sector ganadero y enojó a sus compañeros de Gobierno, la oposición y gran parte de la población con las, cuanto menos, desafortunadas afirmaciones sobre las consecuencias de la producción y el consumo de carne, a su juicio perniciosas para la salud humana y para el planeta.
Hacía tiempo que un ministro no generaba tanta controversia como la suscitada por las declaraciones de Garzón incluidas en el vídeo publicado en su cuenta de Twitter y que, según Asaja-Cádiz, supone un “ataque gratuito a todo el sector, desde el ganadero al carnicero, sin venir a cuento”.
Precisamente, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, se pronunció este lunes en Jerez sobre la polémica durante su intervención en la clausura de la asamblea general de Asaja-Cádiz para lamentar que el ministro “no tenga otra cosa que hacer que atacar a sectores absolutamente fundamentales para nuestra economía”.
El presidente de Asaja-Cádiz, Pedro Gallardo, también se hizo eco del profundo malestar del sector con esta “nueva agresión” del titular de Consumo que se une a la campaña ‘El azúcar mata’ o al sistema Nutriscore que demoniza al aceite de oliva y al jamón ibérico.
Los productores están cansados de estos ataques, aunque no siempre logran el efecto deseado, al menos en el tema de la carne, donde al ministro le ha salido el tiro por la culata: en las 24 horas siguientes a sus polémicas declaraciones, el consumo creció exponencialmente y aún se mantiene al alza.
Así lo atestigua un responsable de Cárnicas El Alcázar, que asegura que “el efecto fue justo el contrario del que buscaba, pues los pedidos online y las ventas en la tienda física se dispararon un 100% el día después de la campaña, y el efecto llamada continúa en las redes”.
Al margen de la anécdota, el responsable de esta empresa dedicada a laventa y distribución de carne de retinto certificado, vacuno, cerdo ibérico y carne de caza mayor y de lidia señala que “este tipo de declaraciones, plagadas de datos que no son ciertos, le hacen un flaco favor al sector, aunque el consumidor tiene toda la información para tomar sus propias decisiones”.
“Este ataque de pronto no tiene justificación, máxime cuando el sector ganadero cumple las exigencias de trazabilidad y sanidad animal, que son brutales, y una vaca tiene muchos más papeles que cualquier ciudadano”, indican desde esta empresa familiar afincada en La Muela y que cuenta con unos 50 trabajadores en nómina.
En El Alcázar saben de lo que hablan pues cubren el ciclo completo –son ganaderos con unas mil cabezas de vacuno– y mueven unas 900 toneladas de carne al año, la mayoría destinada a la exportación. “El consumo de carne roja se ha reducido bastante en los últimos años, en parte por este tipo de campañas, en parte por cambios en el estilo de vida, pero hay una base muy importante” señalan, no sin recordar la contribución del sector a la preservación del entorno natural y a la lucha contra la despoblación del medio rural.
La carnicería Nieves, con tres establecimientos en Jerez y entre 30 y 40 empleados entre el campo –también son ganaderos– y las tiendas, tampoco ha notado en sus ventas la soflama de Garzón, más bien lo contrario, señala José Manuel Castro Nieves, quien sostiene que “el consumidor es inteligente y no se deja llevar fácilmente por unas simples declaraciones”.
Pese al aumento de las ventas de carne, en particular del vacuno y el cerdo ibérico de producción propia, este ganadero-carnicero comparte que “este tipo de comentarios no ayudan; y luego querrán que el campo no se vacíe”. “A la larga es malo para todo el mundo, como un aguador a la puerta de un tabanco”, indica Castro Nieves, quien recuerda la importancia del sector cárnico para la generación de empleo y riqueza en un país que es productor y exportador neto de carne.
La restauración tampoco es que idolatre al ministro Garzón, menos aún ante salidas de tono de esta calaña que en nada ayudan en momentos muy complicados por la pandemia. Aunque julio no es de los mejores meses para el Restaurante Venta Gabriel, su propietario Manuel Sánchez tampoco ha notado rechazo alguno por parte de sus clientes a las carnes, el principal reclamo de la casa.
Algunos clientes sueltan sarcasmos del tipo “ponme un chuletón a la salud del ministro”, reconoce Sánchez, que en su seguimiento en redes sociales de la industria cárnica, “y sigo a casi todas las del país”, se ha encontrado con comentarios mucho más hirientes que elude reproducir.
E
l sector ganadero-cárnico ha desmontado las manifestaciones que, sin ninguna base ni rigor científico Garzón para justificar su discurso contra el consumo de carne. Nieves y El Alcázar coinciden con los argumentos expuestos por las principales interprofesionales ganaderas en una carta abierta al ministro, en la que rebaten el excesivo consumo de agua y las desorbitadas emisiones contaminantes que atribuye al sector, para recordar, además, que España es el país más saludable y con mayor esperanza de vida del mundo (según el ranking de Bloomberg, Healthiest Country Index y The Lancet).
El presidente de Asaja-Cádiz insiste en este sentido en lo inoportuno de las declaraciones del ministro, que “tira por tierra nuestro trabajo y sacrificio”, pero “es fácil atacar al campo porque somos el 7% de la población frente al 93%”.
Puestos a hablar de datos, ese 7% engloba a más de medio millón de explotaciones familiares dedicadas a la producción de alimentos y a unas 2.800 empresas, muchas ubicadas en el medio rural, mientras que 2,5 millones de personas viven en España del sector cárnico-ganadero, que factura 27.000 millones de euros al año, lo que representa el 2,24% del PIB nacional.
Desde su óptica de ganadero de retinto, el ex presidente de Asaja-Cádiz, Manuel Vázquez, no se muerde la lengua al asegurar que “la ignorancia es atrevida, pero los consumidores son más inteligentes que eso y no se dejan influir por necedades”.
“Como en todo, los abusos no son buenos”, prosigue el ex dirigente agrario, quien considera que la campaña contra la carne “no está fundamentada y es una metedura de pata más del ministro, que busca llamar la atención con salidas de tono como esta ya que goza de poco protagonismo”.
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