"Si naciera mil veces, mil veces sería magistrada de lo Social"

Ana María Orellana Cano | Magistrada de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo

La magistrada jerezana ha sido elegida por unanimidad para formar parte de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo

Reivindica el papel de la mujer en la justicia: "Hay un porcentaje mayor de mujeres que de hombres, pero no estamos bien representadas en los cargos discrecionales"

Ana María Orellana Cano: de Jerez al Tribunal Supremo

Ana María Orellana, en el espacio cultural 'Arteadiario' de Diario de Jerez.
Ana María Orellana, en el espacio cultural 'Arteadiario' de Diario de Jerez. / Vanesa Lobo

El Pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) aprobó por unanimidad el pasado miércoles el nombramiento de 21 puestos que estaban vacantes en el Tribunal Supremo y otros 11 en audiencias provinciales y tribunales de justicia. Entre ellos se encontraba el de la jerezana Ana María Orellana Cano, que ha sido designada magistrada del turno de especialistas de la Sala Cuarta (Social) del alto tribunal.

De este modo, Orellana pasa a formar parte de la máxima instancia judicial del país en una jurisdicción de la que es una de las mayores especialistas. No en vano, fue la primera mujer en España que obtuvo la especialización de este orden jurisdiccional ocupando, además, su primer puesto en el escalafón. Tras estar al frente del Juzgado de lo Social número dos de Jerez a principios de los noventa, se convirtió en la primera magistrada de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), órgano en el que estuvo hasta 2019, donde pasó al de Madrid.

Perfeccionista en sus resoluciones y con un continuo afán por la formación, algo que considera imprescindible en su profesión, la magistrada aborda en esta entrevista la situación de la judicatura y reivindica su independencia frente al poder político. Habla con pasión de la Justicia con mayúsculas y, en especial, de la jurisdicción social, orden en el que se especializó al poco de ingresar en la carrera judicial por oposición. Desde hace unos años está investigando la aplicación de la inteligencia artificial en la justicia, no como un elemento de sustitución sino de complemento y agilización de trámites. De hecho, se encuentra inmersa en su segunda tesis abordando este reto tecnológico.

Pregunta.¿Cómo recibió el nombramiento? ¿Lo esperaba?

Respuesta.Sabía que el pleno del Consejo General del Poder Judicial iba a ser el 29 de enero. Nunca se sabe si te van a nombrar o no, pero sí es cierto que, por mi currículum, estoy en el número uno del escalafón por lo que tenía unas posibilidades altas. Sí decidí pedir un permiso para estar ese día con mi familia, mis hermanos Alfonso y Nuria, mis cuatro hijos y mis tres nietas. Y sobre las once de la mañana empecé a recibir mensajes dándome la enhorabuena. Fue un momento de mucha emoción junto a mi familia, que me arropó muchísimo. Me emocioné porque, si el nombramiento hubiera llegado antes, lo hubieran podido vivir mis padres, que siempre pensaron que probablemente llegaría al Supremo. Pero, al menos, ellos han podido verlo desde el cielo. Pero bienvenido sea cuando viene, porque es un momento muy ilusionante de mi vida.

P.Usted es la primera jerezana que llega al Tribunal Supremo...

R.Yo soy muy de Jerez y siempre he vivido en Jerez. Mi familia es jerezana. Para mí ser jerezana es un plus y estoy muy vinculada a mi ciudad. Soy vicepresidenta de Ciencias, miembro de la junta de gobierno y académica de número de la Real Academia de Artes y Ciencias de San Dionisio de Jerez, una institución que hace tanto por la cultura en Jerez y que personalmente me enriquece muchísimo. Y me siento muy afortunada por las felicitaciones tan bonitas que he recibido por el nombramiento, como la del Ayuntamiento. El colectivo jurídico que tenemos en Jerez también es una maravilla y todos me han llamado para felicitarme y compartir esta alegría juntos. Me he encontrado con mucho cariño de la gente, lo que nunca me pude imaginar.

P.Su nombramiento, al igual que el del resto de nuevos miembros del Supremo, ha sido por unanimidad...

R.Es muy importante que los magistrados del Tribunal Supremo seamos nombrados por unanimidad. Eso lo ha conseguido la presidenta y el nuevo Consejo del Poder Judicial que tenemos ahora. La carrera judicial está muy contenta con este consejo y tenemos muchas expectativas puestas en él. Está formado por grandes profesionales, unas personas muy éticas e íntegras. Y es muy importante que un magistrado sea refrendado por unanimidad de los vocales del consejo porque así se legitima más su nombramiento. No menosprecio aquellos en los que no hubo unanimidad, pero me parece que nos da un refrendo importante. Es un plus de legitimación.

P. En estos últimos años ha habido excesivo ruido político en torno a la renovación del CGPJ...

R.La justicia no tiene nada que ver con la política y es un poder completamente independiente. Además, está formado por magistrados y jueces que dedican toda su vida al estudio de los asuntos, con ética, integridad e imparcialidad. Somos personas que únicamente estamos sometidos al imperio de la ley. El Poder Judicial es independiente del poder político, que es el ejecutivo y el legislativo. Y como dice el artículo 117 de la Constitución Española, el Poder Judicial está integrado por jueces y magistrados independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la Ley. Y el cumplimiento de este precepto es realizado por todos los jueces de España. Esa cierta idea popular de que la política influye en la justicia no es cierta. No la hay. Todos los jueces damos nuestra vida por la administración de justicia y por los justiciables; nos formamos para dar lo mejor de nosotros a la sociedad. No podría hablar ni siquiera de porcentajes. Todo miembro de la carrera judicial se esfuerza por hacer bien su trabajo. Somos personas que no tenemos un horario; trabajamos mañana, tarde y noche todos los días, incluidos fines de semana y vacaciones. Somos incapaces de desvincularnos del trabajo. Le dedicamos a un asunto el tiempo que necesite y resolvemos conforme a derecho, dando lo mejor de uno que se puede dar.

P.Pero parece tentador atacar continuamente a esa independencia judicial...

R. Nos atacan porque somos muy discretos y responsables. Y como poder judicial no debemos entrar al trapo. Nuestra vida es sosegada, solitaria, aunque trabajando también de manera colegiada para emitir sentencias acordes al criterio de todos. Nuestro trabajo está en los libros para conformar las sentencias.

P.¿Y qué le parecen las etiquetas ideológicas que se ponen a algunos jueces?

R.No es cierto que seamos jueces progresistas o conservadores. Somos independientes. ¿Cuántas sentencias ideológicas hay en España? Yo no he puesto ni una en mi vida. Y mis compañeros, igual. El justiciable pide justicia y la diosa de la Justicia tiene los ojos vendados, que no quiere decir que no vea, sino que no recibe ninguna influencia exterior.

P.Usted es magistrada especializada en lo Social, una jurisdicción con una enorme carga de trabajo y una importante demora en las resoluciones. ¿Cómo se puede revertir esa situación?

R.La jurisdicción social es muy humana. A mí me enamoró desde el principio y le aseguro que, si naciera mil veces, mil veces sería magistrada de lo Social. El gran problema de la justicia en España es la falta de jueces. En otros países de la Unión Europea la ratio de jueces por cada 100.000 habitantes es 24,7 de media y nosotros estamos en 11,2. Por lo tanto, hacen falta más jueces y magistrados formados y especializados. En la jurisdicción social somos 52 los magistrados especializados en toda España y estamos muy bien formados. El número de jueces debe incrementarse, pero no de manera precipitada. Hacen falta jueces con la formación adecuada.

P.Pero bien es cierto que en muchos asuntos de la jurisdicción social hay retrasos considerables...

R.Es un problema grave porque estamos hablando en lo Social de aspectos muy importantes como pueden ser un despido o una incapacidad, por ejemplo. Bien es cierto que requieren de resoluciones rápidas, pero no precipitadas. Nos tenemos que sentar a reflexionar sobre la reforma de la administración de justicia.

P.Ahora ha entrado en vigor la Ley de medidas en materia de eficiencia del Servicio Público de Justicia. ¿Qué le parece esta nueva legislación?

R.Creo que es una buena norma. Debemos tener en cuenta que la administración de justicia está viviendo una enorme transformación tecnológica. Desde el Real Decreto 6/2023, se implantó el expediente judicial electrónico y se ha realizado una inversión muy importante en transformación digital del Ministerio de Justicia. El Ministerio está sumamente preocupado por hacer de la justicia una administración ágil, eficiente y eficaz y se están implantando la más moderna tecnología. Yo en Madrid, que es donde trabajo, ya no veo ni un papel; todo está en el expediente judicial electrónico. Sí es cierto que hay un problema por las diferencias de los programas de gestión procesal en las comunidades autónomas y todos no funcionan igual, aunque bien es cierto que el Ministerio de Justicia está estudiando solventar este problema de disfunción entre los distintos sistemas. Claro está que esas montañas de papel que se solían ver en los juzgados puedan seguir existiendo en muchas zonas que no están tan informatizadas aún, pero la administración de justicia está realizando una tarea de transformación digital ingente y maravillosa. Incluso, se prevé la utilización de los sistemas de inteligencia artificial que facilitarán el acceso a la jurisprudencia. Eso sí, hay que dejar claro que está prohibido por un reglamento europeo que se dicte una sentencia basándose únicamente en un sistema de inteligencia artificial. La inteligencia artificial es una herramienta de apoyo al juez o al magistrado que permitirá que la administración judicial sea mucho más ágil. Si se consigue la implantación total de la transformación digital en todo el territorio nacional, conseguiremos una agilización de todos los procedimientos porque permitirá que los órganos judiciales se dediquen a lo que se tienen que dedicar realmente. Hacen falta jueces, sí, pero hacen falta también jueces formados y preparados, además de la implantación del sistema de transformación digital.

P.Ha hecho mención del uso de la inteligencia artificial en la Justicia. Es un asunto que usted está estudiando en una tesis doctoral...

R.Las empresas están implantando sistemas de inteligencia artificial. El problema de su implantación es la vulneración de derechos fundamentales por incumplimientos de la Ley de Protección de Datos Personales o de discriminación. Le pongo un ejemplo cuando una máquina de inteligencia artificial es la hace una selección de trabajadores. Hubo una gran empresa que hizo una selección de ingenieros y utilizó un sistema de inteligencia artificial. Para ello, cogió todos los currículos que había recibido en los últimos años y la gran mayoría eran de hombres. Por lo tanto, la máquina, cuando hizo la selección, descartó a las mujeres. Eso se captó porque era una vulneración de derechos. Hay que subirse al carro de las nuevas tecnologías, pero hay que hacerlo bien. La inteligencia artificial es una carrera de potencias mundiales y la Unión Europea tiene un reglamento que es bastante bueno, aunque está entrando en vigor de manera progresiva, pero que es de obligado cumplimiento en nuestro país. Eso sí, los jueces y magistrados no somos sustituibles por la inteligencia artificial. Es un apoyo perfecto, pero el justiciable nunca puede recibir una resolución basada únicamente en inteligencia artificial.

P.¿La legislación está adaptada a los cambios que se están produciendo en los sistemas de trabajo?

R.Sí, lo está. Contamos en la legislación española con leyes de protección de datos y de garantía de los derechos digitales que están muy avanzadas. Están contemplados la implantación de cámaras de videovigilancia para controlar al trabajador, la geolocalización o el derecho a la desconexión digital. Le estoy hablando de la Ley 3/2018 de 5 de diciembre, una ley que está vigente y fue muy avanzada y pionera cuando se aprobó. Aquí hay seguridad jurídica porque el trabajador sabe lo que tiene que hacer y el empresario sabe cómo puede controlar.

P.Usted optó desde sus inicios en su carrera profesional por la jurisdicción social, especializándose en ella al poco de ingresar en la carrera judicial. ¿Qué le llevó a ello?

R.En aquel momento había solo dos opciones para opositar: o Contencioso-Administrativo o Social. Y, como acababa de aprobar las oposiciones y no sabía qué hacer, mi preparador, que era magistrado de lo Social, me invitó a estudiar para la especialización en esta jurisdicción, que en aquel momento estaba empezando. Y le estoy muy agradecida porque cuando empecé a estudiar esta oposición restringida me enamoró. Y me encantó porque cuando estás en la instancia eres un juez de verdad; todo se realiza en el juicio oral. Te sientes magistrado con todo el poder para estudiar el asunto, alegaciones, pruebas, conclusiones... todo, en una unidad de acto y oral. Además, es una jurisdicción muy humana que puede darle mucho a la sociedad y ayudar a la justicia social. Puede ocurrir, pero es muy difícil, que en tu vida tengas un juicio penal, pero uno social cualquiera puede tenerlo porque estamos hablando de trabajo o de prestaciones sociales.

P.¿Ha apreciado algún tipo de evolución en los asuntos analizados desde que empezó en Jerez como jueza de lo Social hasta pasar por los tribunales superiores de justicia de Andalucía y Madrid en este tiempo?

R. No ha habido un gran cambio en los procedimientos, pero sí en el derecho del trabajo y de la Seguridad Social. Los despidos no son como antes porque ahora se da muchas veces el caso de que no se sabe, ni siquiera, cuál es el empleador. Hay grupos de empresa, holdings, sucesión de empresas, contratas y subcontratas, empresas de trabajo temporal... El derecho del trabajo ha tenido una transformación absoluta y ha cambiado también la prestación de servicios. Antes era impensable el teletrabajo y ahora es ya algo habitual. Ahora prima la productividad. Mientras, la Seguridad Social también ha cambiado al tener que adaptarse a la sociedad. Antes era impensable un permiso de paternidad y ahora estamos en un momento donde se está analizando si es posible que una madre de familia monoparental se le pueda sumar el permiso paterno al materno. Otro ejemplo. Antes las parejas de hecho no tenían derecho a una pensión de viudedad; ahora sí. O la gestación subrogada que, aunque sigue estando prohibida en España, sí se tiene el derecho a obtener el permiso de maternidad porque prima el derecho del menor. Sobre discriminación a la mujer, antes era impensable y ya no lo es. Se ha avanzado mucho en igualdad.

P.Ya que habla de igualdad, ¿considera que usted ha roto muchos techos de cristal en la carrera judicial? No en vano, usted fue la primera mujer magistrada especialista del orden jurisdiccional Social de España y primera magistrada de lo Social en el TSJA...

R.Durante mucho tiempo hemos tenido techos de cristal, pero hay que recordar una cosa. Al principio, la ley decía que para ser juez había que ser hombre, algo que no cambió hasta 1975. Ahora mismo, en la carrera judicial hay un porcentaje mayor de mujeres que de hombres, pero, sin embargo, no estamos bien representadas en los cargos discrecionales. Hay muy pocas presidencias de audiencias provinciales ocupadas por mujeres, algo que no tiene sentido cuando hay magistradas especializadas y con currículos brillantísimos. Por ello, este Consejo General del Poder Judicial dictó nada más entrar en septiembre un acuerdo diciendo que los acuerdos discrecionales tiene que haber una proporción de 60-40% entre ambos sexos. Pero dejo claro que no hablamos de cuotas, porque en la carrera judicial no se tiene que aplicar porque las mujeres estamos muy bien formadas, tanto como los hombres. Lo que pasa es que al principio nos costaba, pero ahora no tiene sentido. Es necesario que en la cúpula judicial se vea la intervención femenina, aunque ahora mismo tenemos la gran suerte de contar con la primera presidenta del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo [Isabel Perelló].

P.¿La paridad es cuestión de tiempo?

R.Hace tiempo que debió dejar de ser cuestión de tiempo; debería ser voluntad de hacer nombramientos en favor de las mujeres. Yo no quiero una cuota. Para mí, la cuota sería ofensivo con todo lo que he trabajado y he estudiado. Pero creo que con este nuevo Consejo General del Poder Judicial, que tiene un mandato de cinco años, vamos a ver un cambio muy importante en este sentido.

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