Sofisticada geometría en Espacio Abierto Jerez

Jose Pedraza expone 'Caminos, no obras' en la sala jerezana, hasta el 31 de enero

Audaces y eternos: los protagonistas de las exposiciones de 2025

Una de las obras del autor.
Una de las obras del autor.
A. C.

08 de enero 2025 - 13:31

Hasta el próximo 31 de enero se puede visitar en Espacio Abierto Jerez la exposición 'Caminos, no obras', de Jose Pedraza. El horario de la sala es de mañana, de martes a viernes, de 10,30 a 13 horas; horario de tarde, de lunes a viernes, de 17,30 a 20 horas.

El autor apunta que para comprender a simple vista el carácter de esta exposición, "empezaré contando que soy arquitecto, que no pintor, y mis padres (y familia casi en general) se dedican al noble y ahora valorado oficio (y arte) de la alfarería y la cerámica".

Nacido en La Rambla, un pueblo alfarero de la campiña sur cordobesa, en una familia muy humilde y vinculada estrechamente a la cerámica y a la agricultura, el padre de Pedraza empezó con apenas 8 años a trabajar en la alfarería, que le vio crecer, casarse y hacerse padre. "Mi madre comenzaba a pintar sus primeros cacharros con 12 años. Con 18 años me mudé a Sevilla y, como era de esperar viniendo de un pueblo tan pequeño como el mío, viví unos años de autoconocimiento y crecimiento, tanto personal como profesionalmente, mientras estudiada Arquitectura. Allí termino viviendo en Triana, conviviendo con su tradición alfarera, antes de mudarme repentinamente a Barcelona para trabajar en el estudio de Carme Pinós, quién también conoce, estudia e integra la cerámica con una mirada sofisticada y contemporánea en sus obras. Aquí es cuando empiezo a interesarme por la docencia y, tras tres años en la Escuela de Arte de Fuerteventura, aterrizo en Jerez donde resido actualmente".

"Mi vida, por tanto, ha estado marcada por dos referentes claros: mientras mi madre pinta la cerámica con esmaltes, mi padre se esmera en hacer nuevas piezas con el barro. Y esto, sin pretenderlo ni esperarlo, ha sido el epicentro de una indagación personal en torno a la vida, los procesos y las huellas que van dejando estos menesteres en mí. Me he pasado, quizás como tú, toda la vida viéndola como una acumulación de obras culminadas que se suman y se amontonan. A veces incluso superpuestas o desordenadas. Una sucesión de hechos y estaciones o paradas que conquistamos (o nos conquistan) y nos hacen tomar distintos caminos, a veces no tan claros. Nunca me di cuenta de que este carácter finalista de “hacer obras” me generaba cierto desasosiego: ¿acaso la vida es tan banal que la podemos simplificar en nacer, hacer y acumular, e irnos poco a poco muriendo?".

"La vida -añade- en sí no es una obra con un resultado meditado, sino más bien un camino, a menudo sobre los andamios de la incertidumbre. Por ello, suelo promulgar y pensar que en una vida caben muchas vidas, y la ruta que seguimos puede detenerse, cambiar o continuar en cualquier momento. En este punto es cuando me interesé más por el proceso o los caminos, que por aquello que se conoce acabado. Mientras la obra divulga, el camino me enseña y demuestra. La obra enmudece, mientras el camino grita y, a veces, hasta duele. El camino siempre refiere y alumbra la obra, pero la obra nunca desvela el camino. La obra crea expectativas, el camino las trata de cumplir. La obra trasciende al tiempo, el proceso muere en mí y aquí".

Y estos caminos que nos presenta el artista le llevan a lo más primitivo e íntimo que es y tiene, "pero que no siempre he considerado así: la cerámica. Del suelo al tejado, de las manos a una mesa. La sofisticada geometría tras las manos que mueven y amasan el barro. El trazo de las mujeres que han pintado la vida sobre el barro cocido. Las piezas con las que he crecido, que he usado y he visto en todos aquellos lugares donde mi personalidad se ha torneado así, tal cual podéis conocer ahora. Este proceso es vital, transversal, actual y dinámico. No pretende un final, por eso luce sincero, herido y a veces desnudo, trabajado sin pretender ser bello, emocional sin pretender ser perfecto. Tomadlo como una espera o pausa en este camino que vivo, siento, dibujo y, ahora, os muestro".

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