El Stabat Mater de Pergolesi en Sanlúcar

Programa: Pavane (G. Faurè). Laudamus Te (Vivaldi). Stabat Mater (Pergolesi). Intérpretes: Ana Troncoso, Soprano. Inmaculada Salmoral, Mezzosoprano. Quinteto de cuerdas Staff Opera Club (Violines, Inés Montero y María Manzano. Viola, David Jiménez. Cello, Margarita García. Contrabajo, Irene Mata). Dirección: Inés Montero. Parroquia de Santo Domingo (Sanlúcar), sábado 22 de marzo 2025.
El Stabat Mater de Pergolesi es una de las obras barrocas más interpretadas en la actualidad, pues gozó desde su estreno de justa fama por ser una composición en la que su autor plasmó una gran inspiración y una excelente sabiduría melódica y armónica. Aquejado de la entonces mortal tuberculosis, y agobiado por la que presentía su próxima muerte, consiguió expresar en esta secuencia toda su inquietud y negros presagios ante la enfermedad. Escrita en 1736, el año de su fallecimiento con solo 26 años de edad, resulta ser uno de los epicentros del estilo contrapuntístico que se desarrollaba en el triángulo formado por Italia, Francia y Alemania, pues desde sus primeros compases dibuja, a través de unas atrevidas disonancias, una gran emotividad y patetismo, que solo alcanzaron las obras del insuperable Juan Sebastián Bach.
La secuencia o plegaria religiosa del Stabat Mater, en doce versículos, ha sido repetidamente puesta en música por grandes autores, desde Palestrina a Karl Jenkins, pasando por Vivaldi, Haydn, Schubert, Rossini, Dvorak, Poulenc, Penderecki, entre otros muchos. Se relata en ellos el sufrimiento de la Virgen María ante la crucifixión de su hijo Jesús.
No había, por lo tanto, una obra más adecuada que esta para presentar en estos tiempos tan cercanos a la conmemoración católica de la Semana Santa, y hacerlo en un templo tan imponente como es la parroquia de Santo Domingo de Sanlúcar, construido para la orden dominica en el siglo XVI y que, incomprensiblemente no está aún declarado BIC a pesar de su antigüedad y belleza arquitectónica.
La compañía Staff Opera Club, que lleva ya más de diez años emprendiendo loables iniciativas en el terreno de la lírica musical, con diversos montajes operísticos y escénicos que han gozado de gran repercusión, se encargó este pasado sábado de presentarnos esta maravillosa obra religiosa en su versión camerística original, dado que el acompañamiento a las dos voces solistas fue encomendado a un quinteto de cuerdas, lo que resaltó aún más el gran intimismo y espiritualidad de la hermosa cantata. Existen al menos dos versiones posteriores al compositor que ampliaron la instrumentación, añadiendo incluso el coro. Una de estas dos versiones, realizada por el autor ruso Aleksey Lvov, fue elogiada por el mismísimo Richard Wagner, aunque con algunas reticencias técnicas.
Tras la interpretación de dos piezas de Fauré y Vivaldi como preámbulo, las solistas Ana Troncoso e Inmaculada Salmoral, cantantes habituales en esta compañía, llevaron el peso de la obra de Pergolesi en sus respectivos papeles vocales. Superaron el reto con gran acierto, manteniendo en todo momento una buena sincronía y brillando las dos voces de forma equilibrada con un bello timbre, buena afinación y ajustado legato. Una buena labor junto a un disciplinado quinteto instrumental, integrado por entusiastas jóvenes de un notable nivel artístico, que dieron lo mejor de sí en una noche con unas connotaciones místicas; pues la capilla en la que tuvo lugar el concierto, verdaderamente monumental, es la que resguarda las imágenes titulares de la cofradía de los Estudiantes, con ese prodigioso crucificado de Miguel Adam presidiendo majestuosamente, que añadió el fervor y la intimidad necesaria a la audición de una obra emblemática en el repertorio de la música religiosa que trasciende hacia la divinidad.
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