La subida de la gasolina, en precio récord, se come el descuento de 20 céntimos
Los gasolineros creen que el Gobierno podría reducir otros 5 céntimos con la rebaja del impuesto especial de hidrocarburos
El presidente de las gasolineras andaluzas afirma que el consumo sigue disparado pese a la escalada de precios porque “la gente está loca por salir después del covid”
Las previsiones más pesimistas apuntan que el gasoil se irá a 3 euros litro
Las estaciones de servicio consideran que el Gobierno tiene algo de margen, aunque mínimo, para reducir el impuesto de hidrocarburos dentro de la horquilla que permite la normativa europea, lo que redundaría según sus cálculos en una bajada adicional de 5 céntimos por litro, que se sumaría a la actual bonificación de 20 céntimos.
El Gobierno ha anunciado la prórroga de esta última medida por otros tres meses, hasta finales de septiembre, si bien el impacto de esta bonificación sobre el bolsillo de los ciudadanos se ha visto diluido por la tendencia alcista del precio de los combustibles, en máximos históricos con la gasolinea y el gasoil por encima incluso de los dos euros/litro.
Desde la aplicación hace poco más de dos meses de la rebaja, los carburantes han subido entre 15 y 20 céntimos por litro, aunque desde principios de año el aumento supera con creces los 50 céntimos, con lo que la escalada del precio se ha comido el descuento de 20 céntimos.
Los ciudadanos apenas notan la bonificación mientras que el Estado aumenta su recaudación, con lo que la medida no sólo le sale gratis, sino que incluso le es rentable, ya que los impuestos de los combustibles vienen a representar la mitad de su precio, con lo que por cada litro, a un precio de 2 euros, recauda un euro, de los que 80 céntimos engrosan las arcas del Estado tras el abono del descuento.
Los gasolineros entienden que el Gobierno no puede tocar el IVA de los carburantes sin la autorización expresa de Bruselas, limitación a la que, no obstante, ha hecho caso omiso Polonia, que lo ha bajado del 21% al 8%.
Según el presidente andaluz de las estaciones de servicio, Antonio Felices, la normativa europea impide bajar el impuesto, por lo que un país unilateralmente no puede hacerlo, y aunque existe la posibilidad de que la UE modifique la norma para reducir el impacto de la subida a los ciudadanos, no lo ha hecho.
El máximo responsable de las estaciones de servicio andaluzas y miembro del comité ejecutivo de la patronal nacional recuerda, sin embargo, que hay un resquicio en la normativa que permite jugar con el impuesto especial de hidrocarburos, que en el caso de España supondría una rebaja de unos cinco céntimos por litro. "Es poco para el precio actual, pero algo es algo", desliza el responsable del sector.
Felices recuerda que el precio “súper disparado” de los combustibles responde únicamente a la escalada del precio en origen por la crisis energética global, que además de a los carburantes, afecta igualmente a la electricidad y al gas, elemento este último que se emplea en el refino de la gasolina.
Los gasolineros creen que mientras dure la guerra, el precio seguirá alto, si bien confían en que la decisión de los países de la OPEP de aumentar un 50% su producción diaria, de 400.000 a 650.000 barriles, junto a otras medidas como la autorización de Estados Unidos a Repsol para exportar petróleo a España desde Venezuela contribuyan a estabilizar el mercado.
En este sentido, subraya que el repunte del precio de los combustibles afecta de forma directa a la inflación, igualmente disparada en los últimos meses, por lo que entiende que las autoridades económicas estudiarán otras medidas que amortigüen el impacto sobre el bolsillo de los ciudadanos.
Pese a la escalada del precio, el consumo de los combustibles sigue disparado, situación que Felices atribuye a que “la gente, después del covid, está loca por salir, y se nota en la gasolina, los hoteles y los restaurantes”.
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