"Tu alma no quiere que sufras, sino que te liberes"
La terapeuta jerezana Susana A. Villegas de Burgos ofrecerá este viernes, 10 de junio, una charla-coloquio sobre la regresión de vidas pasadas y presentará el libro 'El alma sin velo'
Jerez/"La ciencia sin religión está coja y la religión sin ciencia está ciega", decía Einstein. La terapeuta jerezana Susana A. Villegas de Burgos ofrecerá el próximo viernes, 10 de junio, en los Claustros de Santo Domingo, a las 19 horas, una charla-coloquio sobre la regresión de vidas pasadas. Además, presentará el libro 'El alma sin velo', que ha escrito en compañía de otros 11 compañeros terapeutas. Entre ellos, destaca la presencia del doctor José Luis Cabouli, toda una autoridad en el tema de la regresión.
Susana Villegas destaca que el dolor "está en el alma, es el alma la que pide sanar. La forma que tiene de hacerlo es a través de nuestro cuerpo. No es necesaria la hipnosis, y es que partiendo de un síntoma accedemos a ese estado expandido de conciencia que te conecta con esa experiencia que originó eso que estás viviendo. Hay que dejar que el alma se exprese".
"La terapia regresiva -explica- permite la reconstrucción emocional de aquellas emociones traumáticas de nuestro pasado. Nos libera del peso de la angustia y nos cura de su influencia dañina. Lo que se realizan son cambios en la manera de percibir distintas situaciones, ayuda a integrar emociones que quedaron estancadas y que bloquean el presente. Básicamente, es hacer consciente lo inconsciente".
Susana Villegas ha sido durante muchos años fotógrafa. "Para mí no existían los feos. Todos tenían algo bonito. Lo más importante para mí, más que el momento de disparar, era los previos, la preparación. Ahí sacaba lo mejor de ellos, fotografiaba su alma", cuenta. Su vida le llevó a seguir trabajando con las almas directamente, acompañándolas para que descubrieran qué las tiene estancadas.
¿Qué hizo que dejara la fotografía, su pasión? "Pues mi padre falleció con 62 años, muy joven. Lo que está para ti te persigue, si no lo encuentras tú antes. Y es que yo era la que vivía más lejos, la que menos posibilidades tenía de quedarme con él en el hospital. Pero el fin de semana que murió, un amigo me prestó el libro 'Vida después de la vida' de Raymond Moody. A las pocas horas de terminarlo, él falleció. Fue el primer alma que acompañé a la luz, sin ser consciente de ello, al tener la lectura tan reciente. Cuando vi que hizo el último respiro le dije: papá, ve hacia la luz, fíjate que hay seres queridos que han venido a buscarte. Aquí estaremos bien. Esto me salía de dentro y es que lo acababa de leer. Pasaron los años, no le di mayor importancia sólo que me ayudó a llevar mejor la muerte de mi padre. Pero cuando falleció mi madre me pasó lo mismo, me quedé yo con ella ese fin de semana. Empecé a investigar sobre el origen de las enfermedades, a cuestionar cosas. Me formé como coach".
En las sesiones, "las personas me llegaban con un problema, pero también sabían cómo querían verse, incluso tenían las herramientas adecuadas. Y, aún teniéndolo todo, por qué no lo hacían. No hago las cosas por inercia, me lo cuestiono todo. Hay personas con las que es más fácil la terapia, identifican más rápido las herramientas. Pero hay otras que no. Ahí llegó la terapia regresiva".
Fue un antes y un después. "Ahí descubrí que hay cosas que están en tu subconsciente que actúan sobre ti y no somos consciente de ello. La terapia regresiva hace consciente lo inconsciente, lo que permite cambiar la realidad. No es hipnosis, se hace a través de la conciencia expandida, algo que todos tenemos pero que con los cinco sentidos no alcanzamos. Se accede a ella a través de una emoción. Imagínate, si alguien viene a la consulta con ansiedad y siente en el pecho como si alguien le hubiera puesto un peso encima, llevo a esa persona a la experiencia original donde sintió esa presión. La persona empieza a contar lo que le está pasando. La mente racional tratará de justificarlo todo, que es la que nos bloquea. Tras la sesión, esa persona se libera, quizás quede removida unos días por lo que ha vivido, pero su alma deja de vivir esa angustia. Ten en cuenta que para el alma no existe el tiempo y se puede quedar vidas y vidas sintiendo esa presión. El terapeuta hace que el paciente reviva esa vida, todas esas emociones y pensamientos que están en el subconsciente, sentencias que influyen en nuestras vidas y que afectan a los que están alrededor, que es quizás la parte más dura. La medicina lo puede considerar como algo genético, pero es un mandato heredado que está vigente hasta que lo rompes".
Tras esa parte más dura de la regresión, "llega el momento más bonito que es cuando abandonas tu cuerpo. El terapeuta hace unas preguntas fundamentales antes de morir: cuál es tu último pensamiento, qué partes ya dejas de sentir y qué crees que te faltó aprender en esa vida. Te puedo decir que lo que sale del alma es maravilloso. Entre lo que tú dijiste en ese último pensamiento y lo que faltó aprender en esa vida es la mochila con la que vas a la siguiente. Ahí están tus asignaturas. Todo ese dolor a nivel energético hay que dejarlo en ese cuerpo, ya no te pertenece y recuperar tu energía, porque hay una fragmentación del alma que se ha quedado en esa experiencia y en otras traumáticas a lo largo de tus múltiples experiencias de vidas, en esta y en las pasadas. La percepción de las cosas empieza a cambiar".
"Hay personas, por ejemplo, que tienen el papel de víctima en varias vidas y son necesarias diversas regresiones, en las que se avanza muchísimo, pero el detonante quizás esté cuando lleguen a una vida en la que han sido verdugos. El universo sólo entiende de equilibrio y tiene una paciencia infinita hasta que asumas lo que tienes que asumir. Aquí no hemos venido a cambiar nadie, sino a reconocer el verdadero ser que somos, lo que hay dentro de nosotros y eliminar ese cajón de sastre lleno de experiencias sin terminar que no nos pertenecen pero forman parte de nuestra educación. Eso no eres tú, hay que liberarlas. Tu alma no quiere que sufras, sino que te liberes".
"Estamos -añade- en un momento en el que es muy importante tomar conciencia de lo que somos, por qué estamos con lo seres que estamos y, sobre todo, para qué tengo que vivir esto. Es la mejor pregunta y la respuesta está dentro de ti, cuando dejas de juzgar, de hacer responsables a los demás de lo que estás viviendo, cuando te conviertes en observador. Y eso hay que trabajarlo".
Villegas es miembro de la directiva de la Asociación Española de Terapia Regresiva (AETR), además de coach del alma. "El libro que presentamos -concluye- tiene como objetivo divulgar la terapia regresiva y sus múltiples posibilidades a nivel terapéutico y, sobre todo, darle la mano a la ciencia. No estoy en contra de la medicina, pero no sólo hay que tratar a nivel físico, sino también las emociones. Esas puertas ya se están abriendo".
También te puede interesar
Lo último
Encuentro de la Fundación Cajasol
Las Jornadas Cervantinas acercan el lado más desconocido de Cervantes en Castro del Río (Córdoba)