La suspensión de la Semana Santa pone la puntilla a la flor cortada

El sector agoniza ante la paralización del mercado por la cancelación de eventos y fiestas sociales, incluidos bautizos, bodas y comuniones

El sector, en plena campaña de producción por la primavera, reclama ayudas urgentes para no desaparecer

Un invernadero de Costa Noroeste repleto en estos días de flores para su comercialización.
Un invernadero de Costa Noroeste repleto en estos días de flores para su comercialización.
Á. E.

16 de marzo 2020 - 20:08

Los floricultores de Costa Noroeste afrontan sus horas más difíciles por la paralización del mercado a causa de la pandemia el coronavirus. La obligada suspensión de las procesiones de Semana Santa viene a poner la puntilla a un sector tocado de antemano por las cancelaciones de eventos y fiestas sociales, entre ellos los bautizos, bodas, comuniones y también las Fallas de Valencia, desdicha que se une al desplome de las exportaciones, principalmente a Holanda, también afectadas por la propagación del COVID-19.

El sector está “herido de muerte”, asegura en un comunicado la Coordinadora de Organización de Agricultores y Ganaderos (COAG), desde la que reclaman ayudas urgentes para los floricultores andaluces y para los productores de planta ornamental, “que se quedan en la ruina por el coronavirus”.

La flor cortada tiene en Costa Noroeste, Lebrija y Los Palacios su centro neurálgico de producción en Andalucía. En la comarca que abarca la zona de Chipiona y Sanlúcar hay 350 hectáreas y más de 500 familias dedicadas al cultivo, que da empleo a unos 3.000 trabajadores. Según Luis Manuel Rivera, responsable del sector en COAG-Andalucía, los floricultores se ven obligados a endeudarse para afrontar la campaña de primavera, la más importante del año.

En concreto, los floricultores ya habían hecho fuertes inversiones en la compra de bulbos y esquejes para la Semana Santa y para contratos con el Reino Unido por el Día de la Madre, que se celebra el próximo domingo, pero “todo se ha venido abajo con el virus, también la subasta de Holanda, que el viernes pasado fue catastrófica y hoy nos han avisado para que enviemos un 30% sólo de lo que se mandó el martes porque están tirando flores”.

Cartel que anuncia el cese de actividad en un invernadero de la Costa Noroeste por el coronavirus.
Cartel que anuncia el cese de actividad en un invernadero de la Costa Noroeste por el coronavirus.

La situación es muy crítica, asegura el responsable sectorial, quien alerta del serio peligro de supervivencia del sector si no se articulan ayudas para tanto las pérdidas como la importante deuda que arrastran los floricultores, en muchos casos con préstamos que tienen como aval las propias casas de estos agricultores.

“No es sólo lo de este año, es la inversión de muchos años en infraestructuras de invernaderos y en modernización”, explica Rivera, no sin recordar que la inmensa mayoría de los floricultores son autónomos que, ante el “negro panorama” que tienen por delante, ayer echaron el cierre, es decir, dejaron de cortar flores por la caída del mercado.

Dada la gravedad de la situación, COAG Andalucía ha remitido a la Consejería y al Ministerio de Agricultura sendas solicitudes de ayudas urgentes para el sector de la flor cortada dentro de las medidas económicas de apoyo a los sectores perjudicados por la crisis sanitaria. Asimismo, se insta a la Consejería a que elabore cuanto antes un informe que cuantifique las importantes pérdidas económicas y la realidad del sector de la flor cortada y plantas ornamentales.

La delegación de Agricultura del Ayuntamiento de Chipiona ya se ha puesto manos a la obra para redactar un informe sobre los daños. A falta aún de estimaciones, Rivera expone el caso de un floricultor de la zona que ha invertido más de 100.000 euros en la siembra de lilium oriental, de las flores más caras, a lo que hay que añadir el gasto de calefacción para calentar los bulbos durante cuatro meses, los tratamientos fitosanitarios... “Si no vende, lo pierde todo, hasta la casa que tuvo que poner de aval en la póliza bancaria”.

Luis Manuel Rivera insiste en que, sin esta ayuda, “vamos a desaparecer, porque en este sector llevamos muchos años al límite de nuestras fuerzas, por eso nos tenemos que endeudar para poder afrontar las campañas. Por ello, la suspensión de la Semana Santa y de todas las festividades de primavera en Europa, porque para nosotros es fundamental la exportación, hiere de muerte al sector”.

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