La tonelería jerezana
EL REBUSCO
Un gremio de artesanos con tradición de siglos
Una historia por hacer
"Que todas las botas de hoy en adelante e ficieren para embarcar e cargar vinos que los fagan de buena madera que tal cumple para este vino", así proclamaba un bando municipal de 1482.
A lo que hay que añadir que en los protocolos notariales, que se guardan en el Archivo Municipal, hay numerosas referencias a la fabricación de botas como a las artesanos que las hacían, Así se recoge en el tomo 811 del año 1585, donde los toneleros jerezanos, Bartolomé García Colmenero y Diego Díaz de los Cameros, se comprometen con el comerciante inglés, Quichini (sic), residente en Sanlúcar, a fabricar 147 botas de madera de Inglaterra, con un coste de 1396 reales por bota, a 9 reales por bota, con sus duelas, tripitrapes y arcos.
Como vemos, un sector de la industria de nuestros vinos con una larga tradición, pero del que se sabe bien poco. Aún falta por hacer su historia, los nombres de aquellos artesanos y los trabajaderos, que repartidos por toda la ciudad, producían la enorme cantidad de botas para cubrir la necesidad de las bodegas. Valgan estas notas para aportar algunos datos de interés sobre esta actividad industrial que hasta hace bien poco mantenía procesos de producción tradicionales, pero que ante la creciente demanda de las destilerías de whisky, sobre todo de Escocia, han sabido adecuarse a los nuevos tiempos modernizando sus instalaciones.
Tonelerías
En un reportaje de la revista española La Actualidad, publicado en el especial de los meses de julio-septiembre de 1967, que se encabezaba con el llamativo titular de La guerra de los vinos; España vence a Inglaterra, se aportaba algunos datos del sector del jerez. Entre ellos la existencia de seis empresas de tonelería, que daban trabajo a 793 obreros.
Treinta años antes, en el informe encargado por el alcalde Bernabé Rico Cortés, en 1936, se aportaba un censo clasificado por profesiones de la Oficina local de colocación obrera, con una relación de 451 operarios en el sector de la tonelería. En este documento se relacionaban sus nombres, edad y dirección. Entre ellos, varios miembros de la familia Orge.
Datos que aportan una información de interés, pero escasa para tener una idea exacta sobre esta actividad profesional a lo largo de los últimos siglos.
Aquí traemos algunas de las existentes, desde la segunda mitad del XIX hasta nuestros días, con la particularidad que las bodegas con más medios contaban con sus propias tonelerías.
Una de las más antiguas es la creada por los hermanos José y Antonio Páez Partida, que en el membrete de sus cartas comerciales indicaba su fundación en 1860. Una familia con larga tradición en la elaboración de botas.
Con el tiempo sus sucesores tomarían los nombres de Meana y Paz, en Pozo Olivar, y Antonio Paz Varela y Cia., en calle Pajarete.
De este periodo es la de José Soto Núñez de Villavicencio, cuyo trabajadero se situaba en la Cruz colorada, en el actual parque de la Plata, con unas 16 personas trabajando en el mismo.
Las Guías de Jerez, de 1884 y 1892, recogían 23 y 19 tonelerías respectivamente.
Ya entrado el siglo XX, la revista del Ateneo, de 1924, publicaba un número especial, dedicando una de las páginas, con foto del montaje de las botas, al maestro tonelero Manuel Fernández Ortega.
Esta empresa contaba con unos diez trabajadores, y entre sus clientes se destacaba las bodegas de González Byass.
Por esas fechas, hay que mencionar también el trabajadero de Juan Fernández Maestre. En uno de los documentos fotográficos de aparición reciente aparece él junto a unos veinte empleados, entre ellos jóvenes aprendices. Sobreimpresa en la imagen la fecha del día del patrón de 1929, muy posiblemente indicando el día de la inauguración.Estaba ubicada en la calle Salas nº6.
Del periodo intermedio, mitad del siglo XX, son las de El Ángel, regentada Juan Luis González Gómez, en la carretera de Arcos, en el Km. 2,400; como la propia de las bodegas de Zoilo Ruiz-Mateos.
En los tiempos actuales hay que mencionar las cinco más sobresalientes, y con un importante volumen de trabajo.
Huberto Domecq S.L., tal como se indica en su web, es una empresa fundada en 1996, pero con tradición familiar desde 1930 y que ha desarrollado, en estos tres cuartos de siglo de existencia, una estabilidad generacional.
Su vinculación familiar con la industria del vino les ha otorgado la posibilidad de conjugar el conocimiento exhaustivo del oficio de tonelero, con elementos como la calidad y la innovación.
Regida por Huberto Domecq y su hija María Jesús Domecq, poseen unas amplias naves cercanas a la laguna de Torrox.
El trabajo de la tonelería de Antonio Páez S.A., va asociado a los grandes vinos, la tradición y la calidad. Esto ha sido posible gracias al talento de nuestros maestros toneleros, que han sabido transmitir, a través de generaciones, sus conocimientos, experiencias y su amor por el trabajo bien hecho. Sus instalaciones están en el polígono industrial, en calle Sudáfrica nº 77.
La historia de la tonelería Páez va unida a la del hombre que le da su nombre, Antonio Páez Lobato, nacido en Jerez de la Frontera en 1923.
Cuenta con unas magníficas instalaciones que hacen posible tener una cartera de clientes, con bodegas de renombrado prestigio, en las regiones vitivinícolas españolas de Jerez, La Rioja, Ribera de Duero, Toro, Extremadura y de firmas extranjeras en Japón, Irlanda, Reino Unido, Estados Unidos y Portugal.
La tonelería de José Ares Merino está ubicada en la carretera de Cartuja. Se caracteriza por la construcción de barriles pequeños para particulares y establecimientos hosteleros, "aunque en nuestra tonelería también fabricamos barriles de todos los tamaños y hacemos restauraciones de toneles antiguos de 500 litros para algunas bodegas del marco, principalmente para González Byass". Esta empresa, en la que trabajan cinco expertos toneleros, conserva todavía gran parte del hacer artesano en la fabricación de las barricas, aunque la automatización se ha ido incorporando poco a poco en ciertas fases del proceso.
VASYMA (vasijas y maderas) es una de las empresas más importantes en el sector auxiliar de la industria vinícola jerezana, fruto de la experiencia profesional y la vocación empresarial de sus fundadores, José Puerto y Ventura Núñez. Sus instalaciones tienen 9000 m2 en el Parque Empresarial (Ctra. Nacional IV), Calle Einstein, 6.
Por su parte, la tonelería TEVASA (Terrenos y Vasijas S.A.), ubicada en la barriada rural Las Pachecas, fue creada en 1983, y del trabajo de sus 85 toneleros surgen las 24.000 botas, la mayoría de las mismas acaban exportadas a Escocia para envejecer el mejor whisky.
Su propietario, Narciso Fernández Iturrospe, había adquirido experiencia en los años sesenta, en el aserradero de su padre, en Lugo. La Forestal Peninsular, S.L., tenía como principales clientes a tonelerías de Jerez y El Puerto de Santa María.
El siguiente paso, en 1983, fue fundar su propia fábrica, asentada ya en la provincia de Cádiz.
Maestro tonelero
Por Jerez circula una leyenda urbana vinculada a este gremio, y a uno de los utensilios manejados por los toneleros. No referimos al asta de toro para refrescar las duelas cuando estas se calientan al fuego, dándoles la forma curvada característica.
De ahí, y no del primer toro lidiado en el coso jerezano, es el origen de esta historia.
Es por ello que no es del agrado de muchas personas que se les llame por el apelativo de "maestro".
Y concluimos con esta estrofa del poema que el escritor uruguayo, Carlos María de Vallejo (1889-1946), residente en nuestra ciudad durante unos años, escribió en 1928, y que tituló Toneleros bailadores:
Al golpeteo de los martillos/ se agitan los brazos gesticuladores/ y en el picadero de la barraca/ se comban las duelas/ (rebeldes a la genuflexión)/ acorsetadas por los aros de hierro.
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