El viñedo del jerez apunta a un 20% más de producción tras el "desastre" de la última vendimia
Asevi-Asaja estima que la cosecha podría superar los 53 millones de kilos de uva, la mayor en cinco años aunque corta para atender las necesidades del sector
Las previsiones meteorológicas juegan a favor de los intereses de los viticultores por el predominio hasta finales de julio del poniente y las blanduras nocturnas
La vendimia del jerez de 2023 arrancará en la segunda semana de agosto
Los viticultores del marco de Jerez tienen algunos reparos a hablar del buen estado que presenta el viñedo a menos de un mes vista del inicio de la vendimia por las penurias que atraviesan el resto de cultivos a causa de la sequía y las altas temperaturas.
Muchos prefieren no hablar no sea que se tuerza una campaña que, hasta ahora, marcha sobre ruedas. "Toquemos madera", espeta el presidente de los viñistas independientes de Asevi-Asaja, Francisco Guerrero, que mantiene su previsión de una cosecha corta, aunque mayor que la de la campaña anterior, que se quedó excesivamente corta.
Las previsiones de Asevi-Asaja apuntan a un aumento del 20%, "algunas viñas se quedarán en el 15% y otras en el 25% dependiendo de su ubicación, aunque algunas más nuevas pueden llegar incluso al 30%". con lo que la producción final se situaría por encima de los 53 millones de kilos, igualmente escasos para las necesidades actuales de las bodegas y el envinado de botas para 'Sherry Cask'.
En principio, los pronósticos meteorológicos hasta el 31 de julio anuncian predominio de los vientos de poniente frente al levante, el peor enemigo en estas fechas para el viñedo por su efecto secante, que provoca la pérdida de peso de la uva en contra de los intereses de los viticultores, que al fin y al cabo, cobran por kilos.
El tiempo, pese al calor, acompaña y ayuda a que la uva madure bien sin sobresaltos como los de la última campaña, en la que la vendimia se adelantó excepcionalmente a finales de julio tras encadenarse cerca de veinte días de ola de calor con vientos de levante y temperaturas por encima de los 40 grados.
"El mes de julio es el que marca la vendimia y el de este año está siendo razonablemente fresco, con días de calor, pero intercalados con vientos de poniente y blanduras nocturnas frente al desastre de la última vendimia", explica Joaquín Gómez Besser, enólogo y asesor de la cooperativa Albarizas de Trebujena, quien confirma que "la viña está aguantando muy bien el calor".
A su juicio, aún faltan mínimo dos o tres semanas para el inicio de la vendimia del jerez, depende de las prisas de cada operador. "Los que buscan calidad sacrifican cantidad", indica en alusión a que algunos prefieren esperar a finales de agosto para cortar la uva, aún a riesgo de sufrir una merma importante, para alcanzar los parámetros de grado y acidez más acordes a sus intereses.
Este año no hay problema en esperar, a no ser que en agosto empieza a soplar el levante y cambie el panorama, pero el año pasado era un riesgo que muchos viticultores no se atrevieron a correr, porque "a finales de julio por día que pasaba se perdía un 3 o un 4% de la cosecha, y cuando se cobra por kilos, es demasiada pérdida".
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