Idas y venidas del 'viejo' palacio Riquelme de Jerez
Patrimonio
Los comienzos de las obras de rehabilitación del monumento de la plaza del Mercado podrían acabar con la maldición de la ruina que ha perseguido a este espacio desde el siglo XVI
Comienzan las obras en el Palacio Riquelme de Jerez
Jerez/Los intentos de recuperación del jerezano palacio Riquelme empezaban a tener más historia que el propio monumento en sí. El inicio este martes de la primera fase de las obras de rehabilitación de este espacio apuntan a ser por fin las definitivas, que no se queden en un mero lavado de cara. Supuestamente, además de una intervención de carácter preventivo que se centrará en la zona de fachadas y en las dos primeras crujías; el proyecto contempla también la recuperación y rehabilitación de espacios del inmueble actualmente desaparecidos para darles contenidos. La propuesta irá acompañada además de la reordenación de la plaza.
Precisamente, la instalación de los andamios llega un año después de que el anterior gobierno socialista pusiera en marcha una serie de visitas guiadas al palacio. "La filosofía es: sí, esto es una ruina, pero una ruina nuestra. Y como este palacio es interesante de conocer por ser atípico en sus maneras de edificación, pues merece la pena explicarse", dijo en su día el entonces delegado de Cultura, Francisco Camas. Las visitas se llenaron.
Unas visitas guiadas que ya se plantearon en 2016, cuando recién llegado el gobierno municipal en 2015, se proyectó la recuperación de Riquelme “para ubicar un centro de divulgación de las principales señas de identidad de la ciudad”. Fue en ese mismo año cuando el Ayuntamiento llevó a cabo las últimas obras de consolidación del monumento para frenar el progresivo deterioro.
Con Riquelme, los distintos gobiernos que han pasado por el Ayuntamiento han soñado todo tipo de proyectos, hasta una pinacoteca. Pero la realidad era el elevado presupuesto que requería y su posterior mantenimiento.
La ruina, su eterna compañera
Ahora llega un nuevo intento. Riquelme ha visto pasar el tiempo a la espera de su gran oportunidad. Y es que la ruina lo ha ido acompañando casi desde que nació. Todo empezó a lo grande, con un desparrame de sueños en piedra alentados por un mundo mitológico protagonizado por héroes de la antigüedad. Nabuconodosor, Rómulo y Remo, Constantino, Camila Magna, Hércules... Y Hernán Riquel(me), el del rico yelmo, quiso ser uno más y demostrar su poderío con la construcción de su gran morada. Un palacio en el que de puertas adentro estaba la civilización y fuera quedaba el mundo salvaje. Así lo representó en la fachada con motivos iconográficos de la Edad Media. Pero tanto esplendor se quedó sólo en la portada. La avaricia rompió el saco y sumió a su propietario en la ruina, que siglo después no abandonaba el monumento.
El origen de la casa es islámico, pero la obra más importante que se hace es la del siglo XVI. La fachada del edificio es de 1542. El caballero veinticuatro Hernán Riquel se la encarga al portugués Fernando Álvarez (que hace también Ponce de León), quien desarrolla una portada sorprendente y novedosa, la primera renacentista grande que hay en Jerez, que no concluye por la ruina en la que se sumerge Riquel, que pide una serie de préstamos avalados por malas cosechas.
Un palacio que estuvo habitado desde su creación hasta principios del XX por la familia Riquelme. Después, a mediados del siglo pasado, fue casa de vecinos, donde nació Antonio Perdigones. Una tía-abuela suya era la doncella del Conde de los Andes, a través de la cual consiguieron ser durante unos años los guardas del edificio, propiedad de la duquesa de Montemar, último descendiente Riquelme que, según dicen, se arruina en los casinos. Después se convirtió en caballerizas. Y llegó el abandono absoluto -tiempo en el que empezaron a llevarse todo del palacio-, la degradación del barrio y la expropiación por parte del Ayuntamiento en los 80.
Desde entonces, todo han sido intentos, de una u otra manera, por que el palacio no se olvide, aunque sin mucho más recorrido arquitectónico, sino más bien sentimental. Con el paso de las últimas décadas, el monumento ha sufrido desprendimientos varios, como el derrumbe de uno de sus muros en diciembre de 2022. Riquelme ya no podía esperar. Es ahora o se acabó el patrimonio que dejó el viejo Riquel. Una maldición que romper.
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