Una vida dedicada a los animales
La familia León-Páez se entrega día y noche al cuidado de los animales abandonados y maltratados · Su verdadera satisfacción es poder "salvar la vida" a muchos de ellos y darles una alternativa a la calle
Con la llegada del verano son muchas las personas que dejan a los animales abandonados porque no quieren hacerse cargo de ellos en vacaciones. Algunos son maltratados u olvidados por una sociedad que cada vez más ve en la adquisición de estas mascotas simples modas. Muchos perros cuando crecen ocupan más espacio del que invadían al principio cuando eran cachorros. Sus dueños los tiran en la carretera sabiendo que muchos de ellos caerán enfermos o simplemente morirán.
La familia León-Páez es consciente de esta problemática y se encarga de recoger todo tipo de animales que se encuentren desatendidos. No sólo perros, desde un pavo hasta un conejo han pasado por la casa rural situada en Las Tablas que tiene esta familia. Mercedes Páez comenta que son muchos los animales que se encuentran abandonados y que son maltratados por sus dueños a la vez que afirma que "los animales a cuatro patas no me dan miedo, me dan miedo algunos humanos sin corazón".
La concienciación por parte de los ciudadanos es muy importante y difícil en los tiempos que corren. Los animales se merecen un trato digno. Pablo León hijo de Mercedes reconoce que algún amigo se ha cansado de su perro y se lo ha dado a él. "Yo prefiero cuidar a los animales y tratarlos como tales porque no son objetos, son seres vivos", comenta el joven a la vez que afirma "lo más importante es que ellos sientan que tú les tratas con cariño, que verdaderamente te importan". Esta familia no sólo tiene animales en su casa rural situada a las afueras de Jerez la propia Mercedes confirma que en la casa donde viven habitualmente tienen unos ocho perros, siete gatos, un cerdo y tres tortugas.
En la casa rural se pueden encontrar caballos, patos, gallinas, pavos, conejos y unos treinta perros. Hay muchas historias de cómo llegaron algunos de estos caninos hasta sus manos. Mercedes comenta que muchos son perros abandonos del lugar que "se acercaban a mi puerta y yo les daba de comer". Alguno llegó enfermo como es el caso de 'Criollo' que la pata se la había cogido un cepo ilegal. Reunieron el dinero para operarlo y ahora disfruta a tres patas de su vida canina. "Nos encontramos perros amarrados en árboles, abandonados, tirados por la carretera, enfermos. La gente no tiene corazón. Los últimos animales que hemos recogido son un pavo que estaba maltratado por su dueño y un conejo abandonado. Creo que este pavo será el único que no se coma por Navidad", señala Mercedes.
El mantenimiento para la calidad de vida de estos animales es caro. Desde la vacunación de los perros hasta la limpieza del recinto y su alimentación. Pablo también es un amante de los caballos y tiene varios en la misma finca. "Los caballos son mi vida, aquí conviven desde gallinas, caballos e incluso tenemos un cerdo. Habilitar un lugar con estas características es algo que no está al alcance de todos los bolsillos". El joven asegura que este año se quedó sin ir a la feria por operar a una de las perras que sufría cáncer. "La satisfacción de poder ayudar a algunos de estos animales es más grande que una noche de fiesta con los amigos", apunta el joven.
Una de las críticas que hace esta familia es que en muchas perreras se sacrifican a perros aún teniendo muchos más medios económicos que ellos. "Si no hubieran tantos perros abandonados no habría tantos caninos en las perreras pero si necesitan más ayudas que las pidan. No estoy de acuerdo con que se maten a perros de la misma manera que mataban a las personas en la época nazi", señala Mercedes. Consternada, esta mujer fue en busca de una perrita a varias perreras de Jerez pero no la encontró en ninguna de ellas, incluso le informaron de que posiblemente hubiera sido sacrificada. "Es inadmisible una actitud así por parte de esta sociedad. Debemos entre todos aprender a amar a los animales o al menos no maltratarlos", comenta emocionada.
Los animales y las personas, las personas y los animales, tan diferentes y parecidos a la vez. Ellos sufren como nosotros, nos acompañan en nuestros momentos de soledad y nos protegen en los de debilidad. Con la llegada de este verano, muchos de estos perros u otros animales se encontrarán con la cruda realidad de unos dueños que no los quieren en sus casas, que no viajarán con ellos de vacaciones. Otros tendrán la suerte de toparse con la familia León-Páez, una familia que no olvida la importancia del cuidado y el respeto por aquellos que están ahí siempre que lo necesitamos.
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