Las vidas de la Feria (y II)
Feria del Caballo
Llega abril de 1903 y se celebra la primera feria de la primavera del González Hontoria. La asistencia es masiva y hasta hoy perduran algunas de sus casetas.
Jerez/¡Que siga la fiesta! Cuando comienza el año 1903, tras el éxito de la fiesta en septiembre en el nuevo emplazamiento del González Hontoria, todo el mundo espera con nerviosismo la llegada de la primavera para la primera feria, entonces de abril, a dicho recinto. La infinidad de mejoras que el espacio ferial necesitaba estaba en la mente del alcalde (Julio González Hontoria), y es la primera autoridad local la que personalmente hace las gestiones para embellecer el Real y así el Ayuntamiento compra al floricultor Mr. J.P. Martie, "mil plantones de eucaliptus con destino a la vía pecuaria, Parque de Capuchinos y Ronda", cuenta el libro 'La feria de Ganados de Jerez: del Hato de la Carne al Campo de Instrucción' (Editorial EA), de José Ignacio Gómez Palomeque y José Antonio Cirera González. Pero ya desde el año 1897 se celebraba en dicho Campo de Instrucción la importante 'Fiesta del Árbol'. Pero uno de los problemas era el riego de los cientos de eucaliptos que según los informes se iban a plantar.
Se busca todo tipo de financiación para solventar los innumerables créditos que tal adecentamiento requiere, y se inicia una curiosa manera de lo que hoy se llamaría publicidad estática, seguramente de las primeras de la época: "Los señores comerciantes e industriales que deseen anunciarse en los asientos de los bancos de cemento que se han de colocar en los terrenos del Parque y Feria de Capuchinos, pueden solicitarlo de la Alcaldía. Los anunciantes abonarán el costo del banco, más el gasto que ocasione el grabado de su anuncio en el banco".
"A principios de este año de 1903 se va formalizando el plano físico del Real, donde tuvo su protagonismo el arquitecto municipal Francisco Hernández Rubio. En sesión municipal de 16 de enero se aprobaron las disposiciones para la adquisición y montaje de casetas en el recinto", cuentan Cirera y Gómez Palomeque. El proyecto de construcción de una caseta municipal se acordó en este mismo día y las obras se efectuarían por la Administración. Muchas sociedades van tomando iniciativas al respecto. El Casino Nacional, conocido años atrás como de Isabel II pidió en la persona de su presidente, entonces Manuel de Bertemati y Maderne, la concesión de un sitio para su caseta ferial y sería el que abriera la lista de las sociedades más importantes de la ciudad. Blas Gil López, dueño del Hotel los Cisnes, levantó una caseta para fomentar su negocio, traspasándola años después al Marqués de Torresoto. Hasta nuestros días han llegado la caseta del Casino Jerezano, actualmente caseta Municipal, y la del Casino Nacional, hoy de las Bodegas González Byass.
"Apoyando a los paseos del Real, el Ayuntamiento siguió con la medida de iluminar de modo extraordinario las calles Larga y Lancería con luces eléctricas y farolillos y desde días antes de la inauguración, se habían dado suelta en el Arenal de globos anunciadores y fantoches iluminados tanto de la exposición de ganados, como de las veladas en el parque. Uno de estos globos llegó jornadas después hasta cerca de la ciudad de Granada", apunta el libro.
Pero no todos los aspectos de la feria eran lúdicos, y es que algunos colectivos de obreros, aprovechando esta fiesta, intentaron hacer llegar su voz y derechos para hacerse fuertes en sus justas peticiones, tal es el caso de asociaciones de obreros metalúrgicos, cerrajeros y constructores de edificios, que exigían la jornada de ocho horas al dueño de la fundición de Vallesequillo.
Llega la primera jornada de las veladas, el 29 de abril de 1903, justamente cuando acababa la feria de ganados, y como reflejaba la prensa local, "el marco para ese gran cuadro esta ya hecho y para años venideros solo habrá que conservarlo: el parque y las amplias calles del real de la feria las suntuosas casetas construidas, las iluminaciones y festejos contribuiría aumentar el atractivo de la feria".
La Banda del Música del antiquísimo Regimiento de la Reina, desfile de carruajes, la batalla de las flores, y las mujeres con la mantilla blanca como complemento de un vestido elegante. La asistencia de público fue multitudinaria, a una feria que duró cinco días, ya que se prorrogó por las lluvias. Los barracones y atracciones hacían las delicias de los asistentes, como la 'pista diabólica', o el que representaba la historia del famoso crimen de la plancha en la calle Fuencarral de Madrid.
Y así, la Feria cumple en el Hontoria su primera vez. Y han pasado las décadas, hasta 112 años en este 2015. Se merece entonces esta fiesta un brindis, por las ediciones que pasaron y por las que vendrán.
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