González Byass, la leyenda del tiempo
Les gustará a ustedes que yo escriba con sinceridad, como decía Don Wenceslao, y no me guarde nada. Yo deseo que el tiempo transcurra lento y cuando ambas cosas no tienen nada que ver, no sé muy bien qué vamos a hacer.
He dejado pasar unas semanas antes de sentarme y empezar con la liturgia de escribir estas líneas y compartir unas palabras precisamente sobre la sinceridad del tiempo.
Aquella mañana soleada de mediados de junio nos acercamos a escuchar el sonido atemporal de las puertas en González Byass, a llenar las retinas con los bellos geranios y visitar el botellero histórico, inaugurado hace cuatro años, donde la compañía guarda su legado líquido.
Un lugar donde entra la luz y el aire vivo mientras recorres el pasado, presente y futuro de González Byass, descubriendo sus tesoros enológicos embotellados, y que se va a seguir ampliando en un aljibe adyacente que están recuperando.
Un largo viaje en el tiempo desde 1847, fecha de la que data la botella más antigua del botellero, con más de 5.000 referencias, entre otras, de las soleras fundacionales de Matusalem o Viña AB, moscateles prefiloxéricos o la colección íntegra de todas las añadas de Tío Pepe en rama.
Y encontrar la manera de compartir y hacer un poco nuestro, el orgullo de Pedro Rebuelta cuando nos enseña y describe la colección de olorosos de cada década del siglo XX (llamada Millenium), máximo homenaje líquido al gran vino jerezano.
Antonio Flores nos regaló una cata de los nuevos finos que próximamente saldrán al mercado, directos sin escalas desde el pago de Carrascal, un Fino de Añada 2016, un novedoso Fino de Pedro Ximénez de 2015 y un Fino de Moscatel de 2018.
Les dije que no me iba a guardar nada, así que lo no dicho es que vendrá un Tío Pepe sin fortificar, pero eso ya lo contaremos en otro momento, cuando tengamos el tiempo de nuestro lado.
Hago mías las acertadas palabras de Paul Johnson, periodista e historiador inglés, cuando decía que "todo lo que les cuento es una satisfactoria mezcla de conocimiento, argumentación y opinión personal"… sincera.
Dicen que el tiempo es el mejor bodeguero de Jerez y aquel día retrasé el reloj varias veces, sólo para intentar que aquellas copas duraran más. Hoy, como ayer, no habrá tiempo que perder para poder sentirse Jerez.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por El Centro Inglés
Contenido Patrocinado
Especial