Personajes con su bota

El Rebusco

Muchas bodegas mantenían su peculiar libro de visitas

Firmas de ilustres personalidades impregnadas de vino

Lola Flores deja su recuerdo en González Byass, 1953.
Lola Flores deja su recuerdo en González Byass, 1953.
José Luis Jiménez García

05 de septiembre 2022 - 05:02

La fama de nuestros vinos, guardados en imponentes complejos bodegueros, ha traspasado nuestras fronteras, es un gran atractivo enoturístico. Por ese motivo, sobre todo por ese, es por lo que muchas personas se han sentido atraídas por conocer esta zona de Andalucía.

Esto es así desde hace varios siglos, aunque de forma masiva desde la segunda mitad del siglo XX, cuando el país se convirtió en una potencia turística.

Los comentarios que dejaron escritos ilustres visitantes sirvieron para difundir un prestigio que muchos otros conocían en Europa y América cuando lo consumían en sus lujosas mansiones. Era el vino de los altares y el de la mesa de los reyes.

Así lo confirma Pedro Plasencia en su libro ‘Los vinos de España vistos por los viajeros europeos’ (1994): ‘Si hubiéramos de ser exhaustivos en la mera enunciación se cuántas referencias elogiosas los viajeros europeos del XVIII y del XIX dedicaron a los vinos de Jerez aburriríamos al más paciente de los lectores’.

En anteriores entregas del Rebusco hemos ilustrado los artículos con imágenes de personajes famosos, bien por su actividad profesional o por status socia, firmando botas de vino en bodegas del Marco del jerez.

Carol Ann Duffy, Poet Laureate, y su regalo del 2009.
Carol Ann Duffy, Poet Laureate, y su regalo del 2009.

Músicos como el mexicano Agustín Lara, y el cantante Miguel Bosé; los cuatro últimos cuatro Poetas Laureados Ted Hughes, Andrew Motion, Carol Ann Duffy y Simon Armitage; el actual emperador del Japón, Naruhito; cineastas y actores de renombre internacional como Steven Spielberg, Orson Welles, Peter O´Toole, Dorothy McGuire, Esther Williams o Carmen Sevilla, entre otros muchos representantes de la escena y la gran pantalla; científicos de la talla de Alexander Fleming; escritores como Mario Vargas Llosa, y políticos de primera fila en el caso de Edward Heath. Este último firmó la misma bota en las dos ocasiones que visitó las bodegas Williams&Humbert.

La lista es amplia entre embajadores, toreros, flamencos, miembros de la realeza, deportistas, economistas, etc.

Una tradición que viene de lejos, ya que una de las más antiguas, conservada en González Byass, está signada en 1883, y corresponde a la de escritor español Leopoldo Alas ‘Clarín’.

Un elemento de singular valor patrimonial que algunas bodegas han sabido mantener en un esfuerzo por conservarlas en buen estado. Nos referimos a González Byass, Fundador, Osborne, Real Tesoro, Williams&Humbert, e incluso las que el Ayuntamiento posee en su particular ‘bodeguita’ del edificio Consistorio.

Botas firmadas que, con el devenir de los tiempos, y cambios de propietarios, han desaparecidos; valga los ejemplos de Bobadilla, Valdespino, Sandeman, Sánchez Romate o Rumasa. Incluso las compañías relacionadas en primer lugar han eliminados, por diferentes circunstancias, un puñado de esas dedicatorias marcadas en el frontal de las botas con una pequeña tiza blanca.

Firme en la bota

Para la ocasión hemos traído casi una docena de esas botas firmadas en el momento en las que fueron firmadas por el personaje homenajeado, una fórmula protocolaría que se conserva hasta nuestros días. Estas van desde el año 1943 al 2009.

Franco plasma su firma en Domecq, 1943.
Franco plasma su firma en Domecq, 1943.

La primera recoge el momento en el que el general Francisco Franco firma con todo boato, junto al marqués de Domecq, la bota el 6 de mayo de 1943.

Sobre las diversas visitas del dictador a Jerez parece que hay cierta confusión, ya que en ocasiones lo hizo de forma privada para disfrutar de jornadas de cacería que le organizaban los latifundistas jerezanos.

Hay constancia, tres de ellas recogidas en el NO-DO, la de marzo de 1940, junio de 1946, mayo de 1961 y 30 de octubre de 1970.

En González Byass hay una bota firmada con la fecha de 3 de noviembre de 1950.

La princesa Sofía y su bota del Consejo, 1971.
La princesa Sofía y su bota del Consejo, 1971.

La realeza está representada por la Princesa Sofía, que junto al príncipe Juan Carlos, fueron agasajados por el alcalde de la ciudad, Miguel Primo de Rivera, el 26 de marzo de 1971. Ambos firmaron la bota que se conserva en la bodega San Ginés del Consejo Regulador.

En ese mismo lugar, los representantes del Consejo agasajaron a la que en el 2009 fue elegida por la reina Isabel II Poet Laureate, Carol Ann Duffy.

La penúltima de una lista que se remonta más de allá de 1668, cuando fue designado para el cargo John Dryden.

La etiqueta para las 600 botellas que le correspondía por su elección fue diseñada por Stephen Raw, y la contraetiqueta reproducía un poema de la poetisa titulada At Jerez, dedicado a Shakespeare.

Por Domecq y González Byass

Variados son los nombres de artistas pertenecientes al mundo del cine, el teatro, la televisión, o la música, que dejaron impresa sus firmas en las botas de las andanas de las bodegas del Marco. ¿Para cuándo un libro que las documente con detalle?, mientras tanto aquí reseñamos algunos de ellos.

Como veremos, son Domecq y González Byass las bodegas que acaparan la mayoría de ellas.

La cómica Mary Santpere en González Byass, 1971.
La cómica Mary Santpere en González Byass, 1971.

La entrañable cómica catalana, Mary Santpere, pasó por Jerez a mediados de marzo de 1971con motivo de su actuación en el Circo Price. En González Byass fue atendida por Manuel María González-Gordon, José Luis Perrino y Fernando Andradas.

La Voz del Sur, en una crónica del periodista Falcón, recogía la noticia el 16 de marzo, y la dedicatoria de la actriz: ‘Vivan los vinos de Jerez, lo dice una abstemia’.

Juanita Reina y Caracolillo en Domecq, 1977.
Juanita Reina y Caracolillo en Domecq, 1977.

Una de las más importantes representantes de la canción española fue Juanita Reina. Tanto ella, como su marido, el bailarín Caracolillo, dejaron su recuerdo en alguna que otra bodega.

Las bodegas de Real Tesoro recibieron a la pareja el 21 de abril de 1971. Siendo los anfitriones Juan Pedro Cabrera y Manuel Salado Barberá. En la bota, que dudamos se conserve aún, escribieron: ‘Para nosotros esta es la mejor bodega de Jerez. Con nuestro cariño’

Parece ser que a Domecq fueron más de una vez, ya que en la dedicatoria de 1977 Caracolillo puso esta nota: ‘Otra vez aquí’, al lado del texto de su mujer: ‘Entoldando mantilla mi rostro sobre la peina, y bebiendo en Sevilla una copa de Jandilla es Reina’.

El actor español Manuel Dicenta en Domecq, 1949.
El actor español Manuel Dicenta en Domecq, 1949.

Un gran actor español, del teatro, el cine y la televisión, fue Manuel Dicenta. Su participación en una obra representada en el Teatro Villamarta a principios de mayo de 1949 le permitió acercarse a González Byass, donde recibió la insignia de la Orden del Tío Pepe de la mano del Marqués de Torresoto.

Esto fue lo que dejó para el recuerdo: ‘Yo entré aquí ‘sereno’ y salí de presidente del Consejo de ministros’, con la fecha del 7 de mayo.

Cantinflas y su dedicatoria en Domecq, 1985.
Cantinflas y su dedicatoria en Domecq, 1985.

En el plano internacional hemos seleccionado al actor mexicano Mario Moreno Cantinflas, con fuertes lazos de amistad con Álvaro Domecq.

Su estancia en Cádiz con motivo de pregonar los carnavales facilitó que se acercara a Jerez invitado por la familia Domecq, hecho que tuvo lugar el 16 de febrero de 1985. Así lo dejó patente en el texto de la bota: ‘Con mi cariño, y a mis amigos de Domecq’.

El actor Charlton Heston firma su bota en Domecq, 1975.
El actor Charlton Heston firma su bota en Domecq, 1975.

La visita del actor norteamericano Charlton Heston a Domecq, un lluvioso 4 de mayo de 1975, pasó desapercibida para los jerezanos.

La entrevista publicada en La Voz del Sur al día siguiente sorprendió a muchos de sus fans.

Los periodistas locales, Juan de la Plata, delegado local de agencia Efe y Radio Nacional, Antonio Arias, que publicaría su charla en La Voz del Sur, Alejandro Daroca de Val y Jerónimo Roldán, acompañaron a mítico actor por las bodegas Domecq, siendo los anfitriones Manuel Liaño, encargado del gabinete de prensa de la compañía, y el gran maestro de las relaciones públicas de la empresa bodeguera Paco Pérez.

Con esta frase nos dejó recuerdo perenne: ‘With my best and thanks’.

La actriz americana Bo Derek visitó Terry y Domecq, 1982.
La actriz americana Bo Derek visitó Terry y Domecq, 1982.

Otra visita que se recuerda fue la que realizó a Jerez y El Puerto de Santa María la actriz americana Bo Derek, la mujer 10. Vendría a finales de octubre de 1982, acompañada de su marido John Derek, con la intención de buscar localizaciones para la que sería su película Bolero, que se rodaría al año siguiente.

La revista Diez Minutos les dedicaría portada y dos páginas.

Grandes de aquí

Para el final hemos dejado la representación local. Si no podía faltar Lola Flores con su arte inigualable, tampoco podíamos olvidarnos de una persona que brilló en las letras y en las relaciones humanas Manuel Ríos Ruiz.

Las idas y venidas de Lola a Jerez fueron frecuentes a lo largo de su vida. El Teatro Villamarta viviría sus momentos de gloria.

Y cada vez que venía las bodegas se disputaban su presencia.

En Domecq podemos ver su ‘Viva mi tierra’ con fecha de 8 de abril de 1952, y en González Byass, en 1953, otra con una leve variante: ‘Jerezana siempre, Viva mi tierra’.

De 1967 es la de Sánchez Romate, que incluye la firma de Antonio González: ‘Dios mío este coñac es el que este temperamento bueno. Que estupendo sabor. Viva el Cardenal Mendoza’.

El escritor jerezano Manuel Ríos Ruiz en González Byass.
El escritor jerezano Manuel Ríos Ruiz en González Byass.

El escritor y poeta Manuel Ríos Ruiz, fallecido en el 2018, no olvidó nunca sus orígenes, y su firma está (o estaba) en González Byass, de los años `70, y en la del Real Tesoro, de 29 agosto 1990.

De uno de sus poemas tomamos estas palabras añorando sus días de infancia:

‘De las bodegas emergían los olores curativos de los mostos

y el aire se henchía con sus fogaradas desde el mantillo

arenero, desde el arabesco empedrado a las veletas y a las azoteas’.

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