La ampliación de la zona de crianza del vino de Jerez será realidad a la vuelta del verano

Bodegas

Las bodegas de Trebujena, Chiclana, Chipiona o Lebrija podrán comercializar sus vinos como jerez tras la entrada en vigor de las nuevas normas de la DO

El vino de jerez da un paso de gigante para afianzar su futuro

Botas dispuestas en criaderas y soleras para la crianza del vino de Jerez.
Botas dispuestas en criaderas y soleras para la crianza del vino de Jerez. / Miguel Ángel González
Á. E.

15 de agosto 2022 - 05:00

Los municipios de la zona de producción del Marco de Jerez ya tocan con los dedos la posibilidad de comercializar sus vinos con el sello de la Denominación de Origen. El sector espera que la Consejería de Agricultura publique en el BOJA a la vuelta del verano, entre finales de septiembre y principios de octubre, los nuevos pliegos de condiciones de los vinos de Jerez, trámite que consagrará la ampliación de la zona de crianza del Marco, hasta ahora reservada en exclusiva para las bodegas del triángulo formado por Jerez, El Puerto y Sanlúcar.

Las bodegas de Trebujena, Chiclana, Chipiona..., enclavadas dentro de la zona de producción y que hasta ahora únicamente podían hacer uso de los términos Fino, Amontillado, Oloroso –por ejemplo, Fino de Chiclana– para la comercialización de sus vinos podrán incorporar a sus etiquetas el nombre de la Denominación de Origen Jerez-Xérez-Sherry, reivindicación histórica a la que el pleno del Consejo Regulador dio luz verde, junto a otros cambios de calado, tras el acuerdo sectorial ratificado en 2021 que puso fin a largos años de negociación.

Precisamente, el alcalde de Trebujena, Ramón Galán, subrayó días atrás la importancia de la próxima incorporación de su municipio a la zona de crianza con motivo de una visita a sus viñas y cooperativas en plena vendimia, “trámite que se encuentra en su fase final” y con el que “se abre un horizonte esperanzador para Trebujena”, manifestó.

El Consejo Regulador tiene previsto reactivar en próximas fechas la comisión de reglamento para facilitar la adaptación de las normas de funcionamiento interno de la Denominación de Origen a las nuevas reglas del juego, trabajo que ya está avanzado según explicó el presidente de la institución jerezana, César Saldaña, al término del último pleno del vino, celebrado a finales de julio.

Los nuevos pliegos amparan las categorías Fino Viejo y Manzanilla Pasada y autorizan variedades de uva autóctona en desuso

Junto a la ampliación de la zona de crianza, los nuevos pliegos de condiciones incorporan otros cambios de calado como el rescate de variedades de uva autóctonas en desuso, entre las que figuran Cañocazo, Mantúa, Perruno... o el establecimiento de las nuevas categorías de vino Fino Viejo y Manzanilla Pasada, para las que se establece una crianza mínima de siete años.

De esta forma, la Denominación de Origen contará con la categoría estándar de los vinos amparados, que exige dos años de crianza; la nueva categoría del Fino Viejo y la Manzanilla Pasada, a partir de siete años; un siguiente escalón de los vinos certificados con 12 y 15 años de vejez media; y la categoría más alta reconocida por el Consejo, de la que forman parte los VOS y VORS, con 25 y 30 años de vejez mínima.

El 'Sherry Cask' se enroca en el Consejo

El pleno del Consejo Regulador sigue sin ponerse de acuerdo sobre la comisión del envinado o ‘Sherry Cask’, en concreto en su composición, en torno a la que hay criterios muy dispares. Pese al desacuerdo, el Consejo Regulador no renuncia a la idea de buscarle el mejor encaje posible al ‘Sherry Cask’ para garantizar su coexistencia pacífica con el negocio del vino de Jerez y la Manzanilla de Sanlúcar, más necesaria que nunca en vistas de otra vendimia corta en el Marco que agravará el déficit de materia prima para atender las necesidades de reposición de existencias de las bodegas y del envinado de botas para el envejecimiento de whisky.

El Consejo Regulador seguirá lanzando propuestas mientras se decide si se crea una comisión específica que aborde la regulación del envinado o se encarga directamente de ello el pleno, que en cualquier caso tiene siempre la última palabra.

El órgano de máxima decisión del Consejo tampoco adoptó ninguna decisión sobre la propuesta de la comisión de la Manzanilla de proteger a los vinos de crianza biológica –Fino y Manzanilla- a fin de impedir que los que entren en el circuito del envinado, es decir, toquen botas nuevas, puedan comercializarse a la postre como vinos amparados por la Denominación de Origen.

Los nuevos pliegos que regulan los vinos de Jerez y la Manzanilla no recogen las modificaciones mayores previstas en el acuerdo sectorial, en concreto la incorporación de los vinos sin fortificar y la prohibición de criar Fino en Sanlúcar, para la que se establece además un periodo transitorio de diez años, pendientes aún del visto bueno de Bruselas.

El Consejo Regulador ha solicitado también un periodo transitorio a la Junta, en este caso de unos meses, para retrasar a enero de 2023 la entrada en vigor de distintas cuestiones de carácter técnico vinculadas a los cambios introducidos en los pliegos de condiciones, por ejemplo, cuestiones organolépticas para la certificación de los vinos amparados que requieren cierto entrenamiento de los miembros del comité de cata.

Nueva ofensiva para etiquetar el vino como el tabaco

El grupo de expertos para la lucha contra el cáncer, que asesora a la Comisión Europea, vuelve a la carga en su pretensión de vincular el consumo de alcohol con el desarrollo de esta enfermedad, sin distinguir entre el consumo moderado y la ingesta nociva, así como de incorporar al etiquetado advertencias sanitarias similares a los avisos del tipo ‘Fumar mata’ que aparecen en las cajetillas de tabaco.

Pese al rechazo a mediados de febrero en el Parlamento Europeo de la propuesta presentada en este sentido, el grupo de expertos junto a asociaciones y movimientos sociales anti-alcohol firmantes de la denominada ‘Declaración de Oslo’, insisten en su ofensiva con idea de reabrir el debate para que se incluya en el reglamento comunitario sobre el etiquetado de productos alimentarios, que entrará en vigor a finales del próximo año, la obligatoriedad de los avisos sanitarios en las botellas de vino, entre otras restricciones y prohibiciones al alcohol. El reglamento obligará igualmente a incluir códigos QR con los ingredientes y valores nutricionales de las bebidas alcohólicas, que hasta ahora estaban exentas de dar esta información al consumidor.

El presidente del Consejo Regulador del jerez, César Saldaña, informó a los vocales del vino en el último pleno sobre la estrategia común acordada por los representantes de las principales denominaciones de origen españolas y la Federación Española del Vino, que además de recabar el apoyo de los eurodiputados españoles de todos los grupos políticos en defensa de las bebidas alcohólicas y su consumo moderado, han decidido ser “proactivos” ante estas propuestas para comunicar al consumidor las cualidades de este producto.

Según Saldaña, “tenemos que prepararnos frente a los cambios del reglamento del etiquetado de las bebidas alcohólicas, que no son fáciles”, y la posibilidad de que se reactive el debate sobre los efectos cancerígenos y los avisos sanitarios, ante lo que tratarán que la nueva norma tenga base científica y no “ideológica”.

El sector aboga igualmente por la inclusión, con carácter voluntario, de pictogramas en las etiquetas dirigidos a menores de edad, personas de riesgo y embarazadas.

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