Casilla Verde de Bodegas del Rio

El botellero del Diario

Bodegas del Río, en la desembocadura del Guadalquivir en Bonanza.
Bodegas del Río, en la desembocadura del Guadalquivir en Bonanza.

Jerez/Yo solo pasé por aquí, hace ya unos años, camino de la Algaida y, claro, detuve el coche y entré a echar un vistazo. Ya el mostrador me hizo sentir a gusto y mientras Luis del Rio atendía, yo miraba a mi alrededor diría que algo nervioso porque allí el aroma a vino y a Sanlúcar lo inundaba todo.

De vuelta a Jerez me llevé embotellada esa cercanía al mar y me detengo. No les contaré que volví más veces, de pensamiento o en la copa, e incluso en persona porque leí que “la tarea de la vida es vivir” y a ello me aplico, ya lo saben.

Pero es que hace poco he vuelto a pasar por aquí, a por su fina manzanilla y a por este vino blanco que me llevo al botellero del Diario, que seguro a Ángel Espejo le gusta. Casilla Verde es un vino con una bella expresividad y bonita acidez, que procede de la finca del mismo nombre, allá donde el camino del Tiznado hace de nexo entre los pagos de Miraflores y Carrascal, grandes terruños sanluqueños que miran a la enormidad del Atlántico. Cuidado unos primeros meses con sus finas lías y luego ya afinado, es el segundo año que la bodega lo embotella y el tiempo va jugando a su favor.

Casilla Verde, vino blanco de Bodegas del Río
Casilla Verde, vino blanco de Bodegas del Río

Les invito a que pasen por aquí, cualquier mañana del año, disfruten del mostrador y de cargar el maletero de los vinos deliciosos de esta bodega que lo tiene todo y, sobre todo, un estilo natural muestra de sus viñas y de sus manzanillas nativas y espontáneas, que es mucho decir en estos tiempos.

Y sí, sigo por aquí sirviéndoles una copa y escribiendo postales que tratan sobre vida, amor y vino. Tres cosas que son lo mismo, que en ocasiones buscamos y que casi siempre son ellas las que nos encuentran.

Ustedes no dejen de ir por allí; un día iremos juntos.

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