Correspondencia entre copas con Evaristo Babé
Estimado Luis
Creo que estás equivocado y discúlpame que te lo vuelva a decir. Una cosa es que me gusten los buenos vinos y disfrutarlos con gente simpática e inteligente y otra muy distinta que yo sea un experto en esta materia, por mucha experiencia y amigos que tenga en el sector del vino. Bueno, en realidad, experto no lo soy ni en esta ni en ninguna otra materia. Pero ¿y lo bien que me lo paso?
Te digo esto porque me sorprendió que, con todo lo que tú sabes de vinos, me dijeras hace quince días que no conocías el ‘Fraga do Corvo’ del que te hablé mientras charlábamos con una copita de amontillado en la mano, y me pidieras que te enviara unas líneas de recordatorio al respecto.
Casualmente, estos días de comidas familiares en Madrid, he tenido la suerte de haber podido ventilarme varias botellas - ¡en compañía de otros, naturalmente! - de este vino blanco gallego de la zona de Monterrei, fácil de beber y de disfrutar. Me gusta mucho, la verdad. Se trata de un Godello -varietal que me fastidia un poco que se haya puesto de moda, pues todo incremento de demanda acaba comportando uno de precios (aunque, hoy por hoy, sean todavía moderados)- que reposa sobre sus lías durante unos meses, ganando con ello unas agradables notas en nariz y en boca (que dejo a los expertos y cursis que describan). La marca también me gusta: hace referencia a un bosque cercano a la bodega donde abundan los cuervos.
Me llevaré un par de botellas para brindar juntos por el nuevo año.
Un abrazo
Querido Evaristo
Si hay dos cosas que me gustan en esta vida, una es estar equivocado y la otra que un amigo me ponga por delante un vino que nunca he probado. La primera porque, aunque me veas a veces como un locuaz compañero de copa, lo que más procuro hacer es callar y escuchar, sobre todo de amigos como tú de los que aprendo un montón de cosas. Te acuerdas la de veces que nos hemos dicho aquello de Groucho de, “mejor callar y parecer tonto, que abrir la boca y despejar todo tipo de dudas “. Jajaja…. en qué cantidad de situaciones nos hemos visto en una esas, ¿verdad?
Cuando vuelva la semana que viene de nuestro Madrid te llamo, me cuentas y descorchamos ese godello junto a este vino blanco italiano, Loggia Della Serra, que me juego contigo unos langostinos, medianos y templaditos, a que no lo has catado todavía. Para eso esta uno, ya sabes. Un vino muy envolvente, también criado unos meses con sus lías, que le dan mucho cuerpo y buenos aromas a melocotón y albaricoque, pero seco, como son los buenos blancos.
De tiempo en tiempo, uno encuentra un vino así, embaucador y armonioso, de una región silenciosa como es la Campania italiana, que cuando lo sirves y lo pruebas, entiendes de donde le sale la luz al vino, del Mediterráneo sin dudar.
Evaristo, ¡cómo me voy a haber equivocado contigo!, por favor sigue mandándome misivas sobre vinos que vayas abriendo, porque, como te decía antes, mi debilidad son los vinos no catados y no relatados. Y más aún, los no contados en voz alta.
Cuídate y cuida nuestras licencias de beber para relajar y agudizar la mente.
Otro abrazo
Nota del impulsor. No me importaría hacer de Jeeves y servirle un Jerez a Evaristo. Para mí, Babé es un tipo muy divertido. Un gentleman.
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